Sin que para el momento de la declaración se le hubiere atribuido la comisión de ese hecho punible a un connacional, dentro del contexto de la misma, afirmó élla de manera textual que respecto de nosotros“hay unos que en serio nos están haciendo la vida de cuadritos. Aquí el que venga a trabajar bienvenido sea, pero el que venga a delinquir deberíamos deportarlo inmediatamente”.
Mientras eso ocurre, en Soacha, un municipio del conurbano capital, acontece que “la policía en conjunto con migración y la secretaría de gobierno tiene un constante hostigamiento hacia los venezolanos, sobre todo con aquellos que por motivos de la pandemia y por falta de oportunidades de empleo debido a la situación económica se vieron en la necesidad de salir a la calle a trabajar en la economía informal.”
Quien nos informa al respecto agregó “(…) y el alcalde en una actitud que podría decirse hasta xenofóbica y hasta de discriminación tiene una persecución hacia ellos, quitándoles la mercancía e instrumentos de trabajo dejándoles en una situación más vulnerable y delicada de la que ya tienen. Están utilizando tanto a la policía, como a los funcionarios de migración para proferir amenazas de ser deportados”.
Uno como venezolano y como migrante lamenta grandemente la declaración y las prácticas narradas. Respecto de la primera, el contexto de ella no era apropiado puesto que, según el noticiero de tv donde se transmitió la misma, para el momento en la cual élla se realizó, no existían responsables pero, en el supuesto de que alguno o todos fueren venezolanos, éllos tienen nombre y apellido –aparte de su nacionalidad- y son una ínfima minoría respecto de los que en el país se encuentran contribuyendo a su desarrollo. Así lo evidencian todas las cifras.
Por lo que concierne a la segunda situación, Migración Colombia es un organismo del orden nacional y sus dos últimos directores, a quienes les ha correspondido atender el impacto de la migración venezolana, hasta la fecha han adoptado prácticas distintas a las referidas en el párrafo que transcribí.
Colombia debe implementar con suprema celeridad, una política pública que permita identificar plenamente al nacional venezolano que aquí ha llegado. Con esa decisión el país adelanta un proceso interno de seguridad puesto que conoce a cabalidad quien aquí se encuentra y por el otro, evita los inconvenientes a los venezolanos derivados de su irregularidad migratoria.
Sepan en todo caso ambos alcaldes que la mayoría de quienes llegamos desde la patria de Bolívar lo hicimos de manera obligada. Aquí vinimos para ayudar con nuestro trabajo a nuestras familias -como en su momento llegaron a nuestros pais nacionales colombianos-. El esfuerzo que desplegamos en tal sentido, contribuye con la economía nacional, de allí que no merezcamos el trato que se evidencia de sus palabras y sus hechos.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural.
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