viernes, noviembre 29, 2024

El 10 de enero

No basta con repetir como loritos que Edmundo González Urrutia (EGU) se va el 9 de enero a Venezuela, para que le entallen el trajecito que piensa utilizar el día siguiente en su toma de posición como presidente legítimamente electo de la República de Venezuela, para que eso suceda. Sin embargo, debemos observar que la derrota electoral y política del capo Maduro el 28 de julio continúa impactando e incluyendo a nuestro vecino Brasil, cuando en la Cámara del Senado respaldaron con actas en mano la victoria de Edmundo González y hasta guardaron un minuto de silencio por las víctimas de la tiranía de los capos Maduro y Diosdado.

Pero parece ser, al memos visto desde ahora al 10 de enero, que es posible la juramentación de EGU. Todo hace pensar que parece posible que ocurra de esa manera u otra. Claro que muchos, muchísimos, estamos tirando el resto, sobre todo aquellos que están dentro del país, para que se dé una transición pacífica y una salida concertada de las cucarachas del siglo XXI del poder.

Como nunca antes, el país bueno, el país decente, había lanzado los dados para que salga la recuperación de sus libertades en una sola mano. Pero, insistimos, no es fácil, pero es posible si vemos su juramentación como una batalla.

Creo que la designación del senador Marco Rubio como jefe del Departamento de Estado y otros radicales es un mensaje muy claro para que se le abra la razón a quienes manejan a las cucarachas del siglo XXI. Entiendan y acepten que los resultados electorales del 28 de julio fueron aplastantes en su contra. Que Edmundo González ganó las elecciones presidenciales con un amplio margen. Que el régimen, en un ataque de estupidez pasajera, seguramente basado en un el cálculo errado sobre el triunfo de la señora Harris y en la permanencia del Partido Demócrata del siglo XXI en el poder en este país, se envalentonaron a cuenta de sentirse guapos y apoyados. Es decir: se pagaron y se dieron los vueltos con los resultados electorales.

Ínsito las veces que sean necesarias: yo mantengo la fe. La fe en los potentes cambios que ya están ocurriendo en todo el mundo y en los muchos más que están por venir. ¿Acaso no estamos contemplando un alto el fuego en el Líbano? ¿O a un Putin que ha detenido, hasta que Trump asuma el control de este país, su escalada de terror atómico?

Y a la doctora Claudia de México: ¿acaso no le va a tocar ponerse los patines con los carteles de las drogas de su país y con la poderosa industria sin chimeneas del tráfico humano y de inmigrantes, para que le quiten un posible 25% de aranceles sobre todos los bienes y servicios que exporta hacia Estados Unidos? Lo mismo que los canadienses. ¿Unos pajaritos que juegan a no pararle en lo absoluto al asunto de dejar meter en América el fentanilo que produce industrialmente China? ¿O la China del partido comunista del pueblo, la cual también, en estos días, ha llevado sus respectivos leñazos?.

Todo llega, en la viña del Señor. Todo llega.

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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/el-10-de-enero-2/

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