jueves, enero 30, 2025

Veraz… Cuando levanto mis manos (@robertveraz)

Por Robert Alvarado
"Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía." Simón Bolívar, Congreso de Angostura (1819).

¡Qué suerte tenemos quienes habitamos esta Tierra de Gracia! Llevamos más de quince años sumidos en una crisis económica o, como la han denominado los organismos internacionales, crisis humanitaria compleja, que parece no tener fin. Como resultado, casi diez millones de ciudadanos, sobre todo jóvenes, han tenido que abandonar el país. ¡Es una verdadera "hemorragia" de talento y futuro! Y para rematar, una hiperinflación descontrolada que ha llevado al gobierno a quitarle 14 ceros al bolívar en pocos años. ¡Genial, porque eso es lo que se necesita para resolver la economía! ¿No? La hiperinflación afecta tanto a los más vulnerables, o sea, a los pobres, tanto a los ricos, que en las actuales circunstancias han visto mermar su patrimonio, salvo los enchufados que lucen orondos acumulando bienes de fortuna, mientras muchos ven cómo sus ingresos se evaporan a la par de la multiplicación, no de los panes, sino del hambre y la falta de oportunidades. Y todo esto en el marco de los 25 años de la mentada revolución bonita en nuestro país. Por eso es bueno recordar que, días antes que Chávez asumiera la presidencia, ex presidentes como Carlos Andrés Pérez y Luis Herrera Campins advirtieron sobre lo que podría suceder con el hoy difunto eterno. Pérez habló de una posible dictadura, y Luis Herrera, con su característico humor, dijo que lo mejor era "comprar alpargatas porque lo que viene es joropo". Pero, claro, nadie les creyó, por ser uno adeco y el otro copeyano. Y seguimos sufriendo esos males. ¡Qué ironía!

Cuando busco respuestas ante esta agobiante situación, me dirijo a hacia lo más alto, hacia nuestro amado Dios, inspirado por canciones como "Cuando levanto mis manos" de Samuel Hernández. En ella, se canta: "Levanto mis manos / Aunque no tenga fuerzas / Levanto mis manos / Aunque tenga mil problemas". Esto me recuerda que los hombres que lucharon por la independencia de nuestro país, como Simón Bolívar, eran personas que tenían un profundo respeto por Dios y reconocían su existencia. De hecho, en su testamento, Bolívar expreso su fe de manera contundente al encomendar su alma a Dios, diciendo: "Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que de la nada la crió (sic)". Su fe fue tan grande que liberó a cinco naciones sin maldecir al pueblo de Israel ni juramentarse con dioses paganos o deidades de la santería o el palerismo. El concepto de juramento, que proviene del latín "juramentum", implica una afirmación o negación ante testigos de máxima significación, como Dios, los padres o los hijos. Pero lo que vimos el 10 de enero no se parece en nada a esa noble percepción del juramento. La ironía se extiende en tiempos de crisis, al olvidar las lecciones del héroe que inspiraría al régimen.

Eso sí, hay que tenerlo muy presente, la juramentación de Maduro marca el inicio de una nueva etapa en Venezuela, caracterizada por heridas profundas en el tejido socioeconómico. La emergencia financiera, que, por los vientos que soplan, se agudizará, ese pequeño detalle que tanto descontento genera entre la población, sigue sin resolverse, a pesar de la aparente reactivación del consumo. La crisis y el conflicto político son viejos amigos que siempre van de la mano. Después de casi dos décadas y media de gestión catastrófica y con las tensiones entre el chavismo-madurismo y la oposición, más tensas que nunca, el "Gobierno Bolivariano" se enfrenta a un futuro especialmente… interesante. Las pruebas de fraude electoral, que Maduro no ha podido desmentir, han aumentado la presión internacional. Estados Unidos y la Unión Europea han decidido redoblar las sanciones, que, como siempre, tendrá un impacto terrible en la economía. ¡Qué gran comienzo para un nuevo ciclo que lo quiere vender el oficialismo como el real despegue!

En medio del caos político y social que parece no tener fin, nos queda la opción de orar por nuestro pueblo, por el pueblo venezolano, tanto dentro como fuera del país, para que nuestros corazones sigan siendo puros y nuestros espíritus fuertes en Dios. Que la esperanza y el optimismo no nos abandonen. Que el odio, la ira, el resentimiento y el deseo de venganza no encuentren u hogar en nuestros corazones. Esto se puede lograr orando por nuestro pueblo, por Venezuela, con eso estaremos contribuyendo al cambio político, por ingenuo que parezca, para que miles de familias puedan no solo reencontrase, sino también ayudar a sacar adelante a un país que puede ser hermoso nuevamente. Y todo esto muy a pesar de un régimen que se mantiene en el poder gracias a una red de corrupción y violencia que impregna a todas las ramas del gobierno, de ahí que hablar de terrorismo de Estado en Venezuela se haya hecho cosa común en todo el orbe, como el resultado preclaro de una "revolución bien intencionada". Como para revivir aquello "de buenas intenciones está lleno el camino del infierno".

Ante este cúmulo de circunstancias que a la mayoría nos preocupan en el país, sugiero, muy humildemente, levantar las manos y orar juntos, con mucha fe y esperanza, particularmente por aquellos que sufren carestía de alimentos y medicinas, y por tantos en quienes están vivitas las heridas de la persecución política. Muy especialmente oremos por los líderes de la oposición, para que puedan reflexionar sobre las mejores opciones para poner fin a esta crisis y buscar oportunidades genuinas para la negociación y el diálogo, si es que pudiesen tener cabida en este nuevo ciclo, eso sí, sabiendo las acostumbradas respuestas que pueden venir de su adversario. No en balde, se puede decir, dejamos todo en mano de Dios, confiando en que Él nos guiará hacia un futuro menor para Venezuela.

Cualquier información o sugerencia por robertveraz@hotmail.com robertveraz@gmail.com grsndz629@gmail.com o bien por mí teléfono 0414-071-6704 y 04141574645. Además pueden leer esta columna en mí página Web: https://robertveraz4.webnode.es/ y sigan mis comentarios y opiniones por @robertveraz en twitter e Instagram. Pueden ver mis videos en YouTube: Tips de @robertveraz. ¡Hasta la próxima semana, Dios bendiga a Venezuela!