¡Finalmente nuestros héroes ya se dignaron a considerar al hambre, a las tremendas necesidades de un pueblo en vías de extinción, como parte de su agenda política, de su discurso político! Agotadas las estupideces y los cuentos sin pies ni cabezas de los viajes idiotas de Edmundo, y cada vez con menos que decir, se colgaron por fin de la vida de mierda que le toca vivir a una Venezuela encerrada como alijo de los rufianes del siglo XXI.
Y claro, por supuesto que acompañamos a quien sea en la intensión de solicitar que se le apliquen todas las restricciones, todas las medidas que puedan existir o que se tengan que inventar para destruir a los desgraciados del siglo XXI.
Lo diga María Corina o el mismísimo demonio: mientras menos “libertades” financieras tengan aquellos crápulas para moverse, hacerse más fuertes y dañar más a los venezolanos mucho, muchísimo, mejor para todo el país.
Allá los tontos que todavía se creen los cuentos chimbos de Maduro y del resto de sus secuaces sobre el destino público de las ventas de crudo, del gas y de todas las demás riquezas que Venezuela coloca diariamente a precios de mercancía robada. ¡Que lo son, por cierto!
Ni una pulla, ni un solo dólar de los tantísimos que generan los recursos que exporta Venezuela se transforman en remedios, o en camas para los hospitales, o en pensiones y jubilaciones dignas, ni en escuelas, ni en pago de maestros, ni en universidades, ni en sistemas viales que hayan crecido o al menos mejorado en estos últimos casi 30 años.
Ni que decir de las plantas de producción eléctrica, o de sus sistemas de distribución, que se encuentran en el más total abandono y completa ruina. ¡Nada! Todo ese realero se lo roban a manos llenas los pajarracos del régimen, sus chulos internacionales y un montononón de enchufados.
Mientras tanto, mientras tienen años y años queriendo que solo enfoquemos el asunto Venezuela por las criminalidades de aquella gente, el país, Juan Bimba, las grandes mayorías se están muriendo de hambre. ¡Hasta que finalmente se acordaron!
En Venezuela, adentro, bajo el control del colombiano, de los cubanos asesinos y torturadores, de los iraníes, de los rusos, de los chinos y de cuanta porquería está allá, hay gente. ¡Debajo de toda esa mugre está Venezuela! Un gentío que exige ser considerada y tomada en cuenta para algo más que marchar e ir a votar de un lado al otro en una ciudad.
Y en Venezuela, la política y lo político no aumenta el tamaño del pobrísimo plato de comida que alcanzan a llevarse a las bocas las grandes mayorías. Y, por favor, ¡me disculpan tanta palabrota! ¡Es que no hay ningún derecho, vale!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/palabrotas-necesarias/
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