08-12-2016.
Un susurro histórico que viene dando quehacer desde la gran equivocación de sacar a Carlos Andrés Pérez y pretender lograr con ello la estabilidad del Gobierno de turno. Pasado varios años y gobiernos entendieron que no solo fue un error en comprender que el mundo político lo iba a realizar y lo peor, que no sospecharon es que estaban centrados en su propio interés logrando la descomposición de la institucionalidad política de la naciente democracia venezolana.
Además, de presidente en presidente, se les quiso aplicar la misma fórmula y lograron hundir mas y mas al país en un maremoto sin compón. Es una realidad cuya culpa era no entender que no se necesita de un “caudillo” que resolviera todo el complejo mal causado a la democracia, siendo esto una responsabilidad de todos los ciudadanos, las instituciones del saber y la sobriedad en las
decisiones comunes y de consenso que hay que tomar para enrumbar al país.
Con los comunistas no hay dialogo, en la experiencia de los cubanos en 59 años no lograron en lo mas mínimo un acuerdo para lograr la democracia en ese país. Los Castro cuya perversión heredaron sus discípulos tales prácticas, así las piensan y lo establecen, sin responder a ningún mecanismo conocido, que no sea la fuerza brutal de sus acólitos y la ignorancia de su entorno. Así está pasando en Venezuela, a pesar de la cultura democrática, el diálogo ha sido utilizado para beneficiar a los enchufados de ambos lados y darle larga a la agonía y la hambruna artificial al mismo estilo comunista del siglo pasado.
¿Estamos entrampados? claro y evidente se logra percibir esta tragedia en pleno siglo XXI donde la historia como los hechos diagnostica y evidencian lo que va ocurriendo a los compas del macabro juego político venezolano. Salidas, las hay; un esfuerzo de todos, sin mezquindad, respeto y solidaridad. Sin presidencialismos e interés particulares como partidistas que no nos distraigan del objetivo. El camino a lograr, el consenso, el lema de la cruzada #RenunciaMaduroYa.
Por otro lado, la inoperancia de las leyes, se vive en el país. La constitución se pinta como panfleto en feria y las líneas se trazan con el muy particular de los pinceles. La corrupción, la agresión, la imposición y todo lo terminado en una actuación de orden personal o grupal. El país se les fue de la mano a todos y lograr alguna forma de equilibrio, es tener que confiar en la unión de los venezolanos y la presión de organismos, que ya preocupados por Venezuela insisten en salidas electorales. (Estrategias con direccionalidad y calle)
Finalmente, la salida de Maduro no es sinónimo de arreglo del país, solo se lograría salir de la estorbosa presencia de la incompetencia. Por otro lado, la dinámica y las propuestas con profunda inmediatez sobran en los discursos de los sectores que las proponen, de estas, la sociedad no tiene una que asuma la importancia y el giro en la relación con los ciudadanos, las familias y las comunidades. Lo cual, indica que tenemos que realizar un esfuerzo para colocar las cosas en orden para los próximos años.
Por Dr. José Ernesto Pons / @joseponsb /El Estado Psicosocial Latinoamericano
Un susurro histórico que viene dando quehacer desde la gran equivocación de sacar a Carlos Andrés Pérez y pretender lograr con ello la estabilidad del Gobierno de turno. Pasado varios años y gobiernos entendieron que no solo fue un error en comprender que el mundo político lo iba a realizar y lo peor, que no sospecharon es que estaban centrados en su propio interés logrando la descomposición de la institucionalidad política de la naciente democracia venezolana.
Además, de presidente en presidente, se les quiso aplicar la misma fórmula y lograron hundir mas y mas al país en un maremoto sin compón. Es una realidad cuya culpa era no entender que no se necesita de un “caudillo” que resolviera todo el complejo mal causado a la democracia, siendo esto una responsabilidad de todos los ciudadanos, las instituciones del saber y la sobriedad en las
decisiones comunes y de consenso que hay que tomar para enrumbar al país.
Con los comunistas no hay dialogo, en la experiencia de los cubanos en 59 años no lograron en lo mas mínimo un acuerdo para lograr la democracia en ese país. Los Castro cuya perversión heredaron sus discípulos tales prácticas, así las piensan y lo establecen, sin responder a ningún mecanismo conocido, que no sea la fuerza brutal de sus acólitos y la ignorancia de su entorno. Así está pasando en Venezuela, a pesar de la cultura democrática, el diálogo ha sido utilizado para beneficiar a los enchufados de ambos lados y darle larga a la agonía y la hambruna artificial al mismo estilo comunista del siglo pasado.
¿Estamos entrampados? claro y evidente se logra percibir esta tragedia en pleno siglo XXI donde la historia como los hechos diagnostica y evidencian lo que va ocurriendo a los compas del macabro juego político venezolano. Salidas, las hay; un esfuerzo de todos, sin mezquindad, respeto y solidaridad. Sin presidencialismos e interés particulares como partidistas que no nos distraigan del objetivo. El camino a lograr, el consenso, el lema de la cruzada #RenunciaMaduroYa.
Por otro lado, la inoperancia de las leyes, se vive en el país. La constitución se pinta como panfleto en feria y las líneas se trazan con el muy particular de los pinceles. La corrupción, la agresión, la imposición y todo lo terminado en una actuación de orden personal o grupal. El país se les fue de la mano a todos y lograr alguna forma de equilibrio, es tener que confiar en la unión de los venezolanos y la presión de organismos, que ya preocupados por Venezuela insisten en salidas electorales. (Estrategias con direccionalidad y calle)
Finalmente, la salida de Maduro no es sinónimo de arreglo del país, solo se lograría salir de la estorbosa presencia de la incompetencia. Por otro lado, la dinámica y las propuestas con profunda inmediatez sobran en los discursos de los sectores que las proponen, de estas, la sociedad no tiene una que asuma la importancia y el giro en la relación con los ciudadanos, las familias y las comunidades. Lo cual, indica que tenemos que realizar un esfuerzo para colocar las cosas en orden para los próximos años.
Por Dr. José Ernesto Pons / @joseponsb /El Estado Psicosocial Latinoamericano