Un nuevo accidente en la unidad de FCC de Cardón pone en peligro la salud de miles de personas que viven cerca de la refinería.
Parece que muchos de los trabajadores no han comprendido que son cómplices de todo lo que suceda a consecuencia de la operación de la refinería sin estar ésta en condiciones técnicas adecuadas.
No podrán alegar desconocimiento de la situación, ya que en reiteradas ocasiones se les ha informado. Tampoco podrán alegar que los obligaron a trabajar.
Es triste pensar que vendieron sus conciencias por unos cuantos dólares. Tal como Judas vendió a Cristo por un puñado de monedas, así mismo algunos trabajadores petroleros vendieron sus conciencias y traicionaron al pueblo.
Esperemos que lo sucedido los haga reaccionar, ese veneno que enviaron a la atmósfera tal vez tarde en mostrar sus conciencias, tal vez la manifestación de enfermedades pulmonares y neurológicas se manifiesten luego de varios días.
Unión y calle, es el grito de millones de venezolanos. Seamos solidarios con ellos.
El régimen y PDVSA no hacen nada para evitar un posible crimen ecológico de grandes proporciones como lo sería el hundimiento del buque Nabarima.
Este buque contiene alrededor de 1,3 millones de barriles de crudo que contaminarian gran parte de las costas de Venezuela, Trinidad y Tobago, y muchas islas del Caribe. Muchas de estas regiones viven del turismo, el cual sería acabado por varios meses.
Podrían surgir varias demandas contra Venezuela para resarcir los daños en las economías de estos países afectados por el derrame.
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