Hoy el discurso político se vacía de significaciones que lo articulen contextual e ideológicamente al ciudadano.
Los actores políticos se fosilizaron, permanecen allí manifestando su presencia corporal vaciada de moral, culpabilizando al otro, a la vez que transita la vereda desgastada de vicios y corruptelas con sus escasos acólitos.
Al parecer estos años de Confrontación Aparente ayer y hoy Confrontación Difusa, ha privado el darwinismo social, esto es, lo esencial es ser depredador y no la presa.
El discurso político populista embosco finalmente al ciudadano contemplativo de la confrontación aparente, mientras el Estado megalómano (J F Revel) extendía su poder a la Sociedad Civil, minimizando los espacios de la acción ciudadanas de la Sociedad Civil minimizando la iniciativa privada, mediatizando la moral natural y la creativa e innovación educativa de la familia.
Expresión refrenara que dibuja perfectamente este periodo es lapidaria frase del operador que increpa acusador “…hay que cambiarle el chip al electo…”
Pero regresando al citado texto de José, la confrontación aparente, de dos adversarios claramente identificados, centro su discurso en el personalismo del Estado poderoso de Revel, que monto la visión esperanzadora de la riqueza nacional, que deslumbro al mundo. Como punto de honor, vinieron migrantes de todo el mundo tras la fiebre del dorado o del oro negro o de la corruptela como paraíso; Virgen Santísima.
El pensar en liberta, como derecho a pensar por sí mismo fue secuestrado (Kant), por la enajenación de la inteligenciar, bajo la culpabilidad de ser incapaz de sustentar su libertad, fuera de la tutela del Estado.
La confrontación como contemplación de lucha de adverso arrojo la debilidad de la inteligencia social de conducir con decisión y valor desde la sociedad civil el crecimiento de institución fuertes, que minimizaran la tutela del estado; Esto el sometimiento del gobernó al orden jurídico.
Todo lo contrario ocurrió, se impuso el fin intencional que describió N Bobbio, en tanto que el estado y sus figurines concentraron, incrementaron y se aseguraron de justificar el poder, en detrimento el orden ético de la jurisdicción constitucional.
Así fue ocurriendo, pero el fatuus político de oficio continuaba atrayendo hienas cabreñas, vengativas que mantuvieron el ardid de apropiación de lo que les fue negado en un principio. Esperaron pacientemente que aparecieran dos personajes idénticos en su gestualidad y zalamera actitud para describir algo conceptualmente complicado como el populismo al decir del argentino Laclau.
(Especialísimos son los trabajos de Gino Germani y Torcuato Di Tella, Lechber y Portantiero)
Bajo ese manto populista se sembró el orden que dispuso la Confrontación Difusa, en la sombra de un civil y un militar confrontando algo ininteligible de contrarios que dan al traste con las leyes fundamental de la Dialéctica.
Bajo ese manto populista se sembró el orden que dispuso la Confrontación Difusa, en la sombra de un civil y un militar confrontando algo ininteligible de contrarios que dan al traste con las leyes fundamental de la Dialéctica.
La confrontación difusa avanzo y ya es una escena que todos conocemos, vivimos, no basta gastar más palabras.
Lo que sí es interesante es el pensamiento de la moral natural, para Afrontar de una vez por todas, la necesaria acción de ciudadanos emocionados por la inspiración de avanzar del caos hacia la posibilidad de la construcción del Estado Humanista y Republicano.
Nov. 2020.
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