Ex Diputado AN-APURE
Los líderes políticos que opinan, sobre la conveniencia de negociar el fin del conflicto venezolano, negando la posibilidad de abrir la transición con la participación de algunos actores del chavismo, y la FANB propiamente, enarbolando banderas solicitando guerra e intervención militar, desconocen profundamente los efectos de una acción de esta naturaleza, las consecuencias que está puede tener para el futuro del país, es un dato abstracto alejado de su realidad.
Muchos utilizan estos términos meramente como retorica política, desconocen el miedo que puede provocar en la población, no valoran las pérdidas ni las muertes posibles, son términos que en la realidad van más allá del planteamiento que esbozan con ligerezas motivado a sus; enemistades racionalizadas, odios enquistados, y aborrecimientos refinados, esos actores políticos en su historia han sido unos privilegiados del sistema, desconocen de carencias sociales, su lucha por el poder los confronta más y más con el régimen y a este responde igual contra ellos, sacrificando así ambos bloques, a la población que estoicamente resiste y clama por un entendimiento que encauce al país en la paz y la democracia.
La propuesta de transición.
El Departamento de Estado Americano, a través de la oficina de negocios de Bogotá, a cargo de James Story, en dos oportunidades ha emitido un marco para la transición, propuesta concertada, con los distintos grupos internacionales, que muestran preocupación por la situación de Venezuela, donde la vulnerabilidad de los Derechos Humanos se ha convertido en una política de Estado de la dictadura de Nicolás Maduro, la última propuesta aun más polémica, por establecer el levantamiento de las sanciones incluso para factores determinantes del chavismo en la usurpación del poder y la profundización del deterioro de la democracia y las instituciones en el país, estableciendo además, la posibilidad de participar en la transición conjuntamente con la coalición de partidos de la democracia, ofreciendo garantías para el alto mando militar, concediendo necesariamente la dirección de la FANB en la transición, toda esta propuesta lleva implícita la necesidad de evitar a toda costa un desbordamiento de violencia que se extienda por décadas, e impida la gobernabilidad de sectores democráticos.
La transición con actores del chavismo, se convierte quizás en un elemento indispensable para evitar una guerra, donde se pueda perder lo poco que nos queda, es una opción para salvar, y no para darle continuidad a la tragedia que significa su sistema, hacerle frente con discursos feroces es absurdo, significa no valorar la carga de violencia interna y los efectos que esta puede alcanzar si se interviene bruscamente, Venezuela padece en buena medida los efectos del narcotráfico colombiano, asumir la violencia que por años a sometido al vecino país es una opción muy latente, que debemos evitar.
Tenemos vestigios muy fuertes a manos de los grupos irregulares, cerrarnos a la transición, es propiciar la extensión del dominio de nuestro territorio, situación que desconocen muchos actores políticos; la guerra está presente, el dominio de las FARC, y el ELN, por ejemplo en los Estados, Apure, Amazonas, Bolívar, Táchira, entre otros, hace que nuestros pobladores tengan mucho sufrimiento, porque la guerra se acentúa en los, mineros, en los campesinos, en las poblaciones marginadas, mientras las grandes ciudadades aun esta calamidad ha estado ausente, mientras los campesinos son esclavizados por la violencia de estos grupos. Se lleva tanto tiempo en esta situación que no hay noticia que impacte, el desplazamiento de los pobladores ya es normal, los actos de sometimiento a comunidades enteras que no pueden vender sus cosechas libremente, o su ganadería no tienen eco en ninguna parte, porque esta es nuestra guerra, aquí la enorme diferencia entre la experiencia del sufrimiento que causa la violencia que atropella la vida social y la idea vaga, que expresan algunos dirigentes políticos, que creen saber qué es lo mejor para nuestro pueblo.
La violencia que se vive en muchas poblaciones venezolanas, es espantosa, penetra e influye en todo, cuando se presenta viene con pavor y con la muerte.
Como establece un adagio popular; no es igual invocar al diablo que verlo llegar.
Todo líder debe obrar para evitar la guerra, solo allí encontraremos la paz y la democracia, estamos a tiempo de ser responsables con el país, la oposición democrática no debe actuar para reproducir los métodos, la conducta, los odios del régimen, no se trata de impartir impunidad, al contrario el país necesita lideres que logren reinstitucionalizar el Estado, para ello la justicia debe ser implacable, pero debe ser con el firme y demostrable propósito de unir a todos los Venezolanos, de reconciliar a todos los ciudadanos y a partir de allí construir una sociedad idílica sin odios y sin resentimientos.
El fin del conflicto para el pueblo que sufre, no es una quimera, es una necesidad por la que se clama, por la que se implora, y los verdaderos líderes deben trabajar para curar tantas heridas.
Es urgente la transición para salvar a Venezuela.