La batalla entre las potencias globales era previsible, pues ya fue anunciado. La pugna de los grandes por controlar el mundo. Es decir, por controlar las ganancias. Por hacerse más grandes. No más grandes en calidad humana, en ser útiles.
Aclaramos, no por ser mejores servidores a la causa humana. Sino por servirse a ellos mismos, a sus egos, sus vanidades. Su afán de lucro. Su ímpetu de ser voraces generadores y consumidores de antivalores, y de mercancías inútiles que les venden al mundo como instrumentos de bien, pero que son tan solo hojalatas.
De allí, el control de los grandes capitales, las grandes empresas, las cadenas financieras y tecnológicas gigantes. Una de ellas las telecomunicaciones, las redes sociales, la nanotecnología.
Acaso no es cierto que el narcotráfico, el crimen organizado internacional controla más del 30% del Sistema Financiero en el Mundo.
Eso le da fácil acceso a las armas, a los avances tecnológicos, y a todos los negocios estratégicos de la dinámica del mundo, a prostituir y penetrar todos los mecanismos nacionales e internacionales que rigen el globo terráqueo.
Son las peores formas en que el capital, el dinero por océanos de billetes, se infiltra y nos destruye.
Mientras nosotros nos peleamos por banalidades, y nos a ahogamos en un vaso de agua, en el amplísimo universo de las vanidades humanas.
Ante lo cual lucimos hoy tan vulnerables.
El control de las enfermedades, las vacunas, los laboratorios, de los equipos médicos más avanzados.
Todo esto que pudiera estar al servicio de la humanidad - sin lucros-. Podría ser posible, reuniendo las mejores voluntades y el esfuerzo; la colaboración humana, en favor de si misma.
Para ello hace falta tener el valor de enfrentarlos; enarbolando sin complejos las verdades.
Solo una Confederación Mundial puede estar en capacidad de esta enorme tarea.
Acaso no vale la pena el esfuerzo...?
Producir y solo permitir que se produzca lo que no perjudique a la raza humana.
El trabajo productivo, la protección al ambiente, la desintoxicación de las redes sociales y de las comunicaciones del control totalitario que se ejerce sobre ellos, y del crimen organizado internacional en todas sus formas.
Porque allí está la autodestrucción de nuestra raza, de nuestro mundo, y del objetivo del universo.
Un esfuerzo exclusivo dirigido a grandes sectores de la industria.
Al Sistema de Salud Pública del Mundo.
A las grandes soluciones de las enfermedades más sensibles.
A enfrentar el egoísmo extremo, los fanatismos, el afán de lucro, y del genocidio en favor de banales intereses, de grupos familiares, dinastías,sectas religiosas, del hedonismo, de la exacerbación de la vanidad, del absurdo henchido exponencialmente.
Un esfuerzo dirigido a hacer este mundo más amable.
Un esfuerzo de los más elevados espíritus, de las más y mejores voluntades del planeta, que sabemos existen.
Un esfuerzo como el que abunda desordenadamente , pero mundialmente planificado, para salvar al planeta, de los mensajeros de las sombras, de los depredadores de la raza humana.
Una Corporación Mundial por la Sobrevivencia de la Tierra, de la Raza y por la Fraternidad Humana.
Javier García
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FUENTE: >>Javier García
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