Por Diego de la Vega.
Caracas, Venezuela.20 de diciembre de 2023.
En los últimos años, la Revolución Socialista del Siglo XXI ha sido objeto de un intenso debate, tanto a nivel nacional como internacional. Sus defensores sostienen que ha logrado importantes progresos en materia de igualdad, bienestar social y desarrollo económico, mientras que sus críticos argumentan que ha conducido a una grave crisis política, social y económica a Venezuela.
Estudiando las redes sociales y observando las calles, he realizado un seguimiento y conversado con ciudadanos de diferentes estratos sociales en las calles de Venezuela. Resulta pertinente analizar los logros de esta revolución desde una perspectiva objetiva donde he podido recoger las impresiones de los ciudadanos sobre los logros de la Revolución Socialista del Siglo XXI y la mayoría de las opiniones son negativas.
Mi apreciación.
Las promesas de igualdad, condiciones de vida dignas, economía próspera, salud accesible, educación de calidad, empleo estable, libertades fundamentales y producción nacional han quedado en nada. Una ideología que, en sus promesas, debería ser apoyada por todos sus beneficios, ahora tiene que ser impuesta por la fuerza, cuando debería ser aceptada por quienes les escucharon.
La inflación galopante, la escasez de alimentos y medicinas, la inseguridad ciudadana, la corrupción generalizada y la falta de libertad son solo algunos de los problemas que han azotado a Venezuela en los últimos años. El país se ha convertido en un ejemplo de lo que puede pasar cuando un gobierno se aleja de los principios democráticos y abraza el autoritarismo.
Los venezolanos merecen un futuro mejor, y es hora de que se tomen medidas para cambiar el rumbo del país. Es necesario que se restaure la democracia, se respeten las libertades fundamentales y se promueva un desarrollo económico sostenible.
La Revolución Socialista del Siglo XXI ha fracasado en su objetivo de alcanzar la igualdad, el bienestar social y el desarrollo económico. La revolución prometía igualdad, condiciones de vida dignas, una economía próspera, salud y educación de calidad, trabajo para todos, libertades fundamentales, producción nacional y una posición estable en el mundo.
Sin embargo, cuando se siente, ve y constata la realidad de Venezuela, se hace evidente que nada ha sido lo que pregonaron para llegar al poder, la desilusión es inevitable.
- En materia de igualdad, la revolución ha profundizado las desigualdades sociales. La pobreza y la desigualdad se han disparado, mientras que la clase media ha desaparecido. Según cifras reales, la pobreza extrema afecta al 80% de la población, mientras que el 1% más rico concentra el 70% de la riqueza del país.
- En materia de bienestar social, la revolución ha deteriorado las condiciones de vida de los ciudadanos. La escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos es una constante. El sistema de salud público está colapsado y el sistema de educación ha perdido calidad.
- En materia de desarrollo económico, la revolución ha llevado a la ruina a la economía venezolana. La producción petrolera ha caído en picada y la inflación ha alcanzado niveles hiperinflacionarios. El desempleo es generalizado y la economía informal es la principal fuente de ingresos para la mayoría de los venezolanos.
La desigualdad ha aumentado, las condiciones de vida se han deteriorado, la economía está en ruinas, la salud y la educación están en crisis, el desempleo es rampante, las libertades fundamentales están restringidas, la producción nacional ha colapsado y Venezuela es un paria en el mundo.
A quienes creyeron en este sistema, ahora se les niega ir en busca de un futuro mejor. La revolución les ha arrebatado sus esperanzas y sus sueños.
Los que ostentan el poder, no quieren entender que la libertad es la base de cualquier sociedad justa y próspera.
Estos logros de la Revolución Socialista del Siglo XXI en Venezuela son una mentira.
Es una mentira que ha costado la vida de miles de venezolanos, que ha desplazado a millones de personas y que ha dejado al país en ruinas.
Queda a los ciudadanos juzgar los logros de quienes ostentan el poder y no quieren dar esa libertad que les prometieron.
Es hora de que los venezolanos se den cuenta de la realidad y exijan un cambio.
¿Quiénes pueden juzgar los logros de la Revolución Socialista del Siglo XXI?
La respuesta a esta pregunta es sencilla: el pueblo venezolano. Los ciudadanos son los que tienen la última palabra sobre el futuro de su país. Ellos son los que deben decidir si quieren seguir viviendo en una dictadura o si quieren construir un sistema democrático y justo.
Es hora de que los venezolanos se levanten y reclamen sus derechos. Es hora de que digan basta a la corrupción y la represión. Es hora de que construyan un futuro mejor para ellos y sus hijos.
Es hora de que los venezolanos se levanten y reclamen sus derechos. Es hora de que digan basta a la corrupción y la represión. Es hora de que construyan un futuro mejor para ellos y sus hijos.
HABLANDO CLARO: “Decidir tu futuro no está en manos de otros, tener las metas claras y tu anhelo para un futuro, depende única exclusivamente de ti”.
Por Diego de la Vega.
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FUENTE: >>Diego de la Vega
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