El gobierno está sometido a grandes presiones debidas a su pobre desempeño. Eso no es un secreto, ni para ellos ni para los venezolanos. Eso los tiene al borde de un abismo electoral sin precedentes. En la medida en que se acerca el 28 de Julio, el estado de ánimo que genera el apremio, les puede llevar al desespero y a intentar asumir posiciones no deseadas para el país.
El candidato a la re elección y el continuismo, a cada rato, habla sobre el mantenimiento de la “paz” en Venezuela. Lo que que se ha convertido en uno de los principales lemas de su campaña. Eso nos obliga a acercanos al término “paz”.
Desde el lugar en el que se encuentra Nicolás Maduro, la paz de la que habla se refiere a condiciones para que se siga la presunta paz que según él se alcanzado con su gobierno. Una paz, que más que ser una realidad es una presunción.
En este contexto, Maduro lo que desea es seguir en el poder. Poder que, dada su trayectoria, seguirá haciendo lo que ha hecho y logrando lo que ha logrado: una crisis nacional sin precedentes.
Esa línea de pensamientos y deseos, en la cual amarra el seguir en el poder a una presunta paz, y ayudado por la camarilla que lo rodea, lo ha transportado al borde de ese abismo que no puede resolver con votos -porque no los tiene.
Las alternativas que puede tener a mano son pocas, y para nada van a resultar en una verdadera paz. Lo cual no es una amenaza. Es una la correcta percepción de la realidad.
La llamada paz de los cementerios, es una vieja expresión que no conviene a ningún sector. Además que envilece. Y eso que reiteradamente ha llamado “paz” el régimen, hay que preguntárselo a las madres de los más 300 jóvenes asesinados en las protestas estudiantiles (2014-2026), así como a los familiares de los más de 300 de presos políticos que en este momento pueblan los calabozos venezolanos, y de los otros tantos miles sometidos a medidas judiciales en su diversas modalidades.
Esos familiares, presos y judicializados no tienen paz. Y como no la tienen, no la pueden ver.
En cuanto a la dirigencia del régimen, resulta que tampoco deben estar percibiendo la presunta paz del país. Es más, la situación electoral les debe estar quitando el sueño.
En ese sentido, de las preocupaciones personales, es en lo que pueden parecerse el régimen y la oposición: les falta paz y tranquilidad en sus hogares.
Si algo ha caracterizado al gobierno de Maduro y a su antecesor Chávez, es el talante autocrático. Un ingrediente que agrava la situación, porque puede llevar a los jerarcas del régimen a conducirse por caminos peligrosos. Peligroso para ellos, peligrosos para la oposición y peligroso para el país.
Conociendo las características, tanto de personajes como de sus planteamientos, no es errado imaginar la naturaleza de sus sugerencias al candidato a la reelección: no vamos a antregar … nosotros te apouamos … hagamos lo que tenemos que hacer … después de tres días esos opositores se van a ir… nadie se recordará…
¿Cuál sería la mayor tentación?.
No es otra que la de cambiar los resultados en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Una acción que creen que se haría limpiamente son ensuciarse las manos. Todo digital y electrónico. Operado por unos técnicos, que al final serían los culpables visibles – si es que los descubren- y sin apretarle en un primer momento las tuercas a los opositores. Eso pudiera venir después.
La opción tiene su precedentes en Venezuela. Basta recordar la tristemente célebre expresión: “resultados irreverseibles”. Palabras pronunciados bajo el amparo de las horas de la madrugada, y todo un operativo de calle encabezadas por las fuerzas represivas.
En lo que falla quienes aconsejan esta opción, a los más altos niveles, en sus desespero cometen el error de pensar que la apretada de tuercas, ejecutado el fraude, será a unos cuantos opositores.
Las proyecciones de los resultados del 28 de Julio, apuntan a millones de venezolanos. Una reacción masiva que ya existe, y que no tiene que esperar a la madrugada que sigue al 28 de Julio.
Ya están en la calle, como lo están demostrando las visitas de María Corina Machado y Edmundo González en cada punto de la geografía nacional.
¡Los venezolanos no son tontos!
Editor, www.eastwebside.com
@ermartinezd
NOTA: Este análisis debió ser publicado el día de hoy en www.eastwebside.com. Ante una falla técnica en nuestra página, nos vimos obligados en recurrir a esta vía para garantizar su distribución. El Editor
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FUENTE: >>Eduardo Martínez
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