Por Luis Velázquez Alvaray
Al concluir mis estudios en la Universidad Central de Venezuela, ingresé a la planta docente de la Universidad de los Andes. De allí egresé como abogado y maestría en Ciencias Políticas. Lo señalo ahora, que nuestra alma mater está cumpliendo 240 años, soportando difíciles momentos, al igual que todo el sistema educativo nacional. Al salir al exilio fue por partida doble: dejar nuestras dos querencias; Venezuela y la ULA.
La ULA, es un emporio del saber, es un reflejo, allí dejado por el gran rector Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. Esta casa, serena y apacible, además ha contado con notables profesionales, tanto en sus consejos rectorales, como en la dirección de las distintas áreas del saber, ofreciendo al país y ahora al mundo, numerosos pensadores, numerosos investigadores de primer orden, que la autocracia desecha, le estorba el pensamiento crítico, y en general todo el que piense distinto.
Centro de estudios ubicada en los Andes venezolanos, fue fundada por la iglesia católica el 29 de marzo de 1785, reconocida primera como seminario, llegó a ocupar los principales puestos en el top de las universidades latinoamericanas, su trascendencia académica ha sido un baluarte para la investigación, conformando en el país un símbolo de identidad por la calidad de sus enseñanzas, su manejo administrativo y la proyección de los valores en aras de la unidad familiar, con profesionales formados en todas partes del mundo, que han puesto muy en alto su mitra como signo de honor, majestad y dignidad.
Una de las universidades con mayores estudiantes becados y un sin números de profesores, que mediante sus investigaciones retornaron al país a dejar en sus pupitres las enseñanzas requeridas. La ULA, fue un lucero inteligente para orgullo de nuestro país.
Todo miembro de nuestra casa de estudio ha sabido proyectar, como un tesoro, nuestra alma mater. Hoy en día, en todo el país, la institucionalidad está en crisis: vulnerada, saboteada su democracia interna y se le han negado constantemente sus recursos, perdiendo más del 40% de sus investigaciones; la mayoría del personal se ha marchado, disolviéndose aquel constante ir y venir en aprendizaje – acción. Perder aquella fuente de búsqueda en la que se centraban sus numerosos centros de investigación.
Los recursos para la exploración del saber se han esfumado mediante una acción detestable de quienes usurpan el poder en el país. La investigación hoy está en cero, desmoronándose la principal fuente de una universidad: cual es mantener al día el avance científico-tecnológico, humanístico y realizar aportes mediante acciones de cooperación internacional.
Todos los que pertenecemos a la universidad debemos colaborar en un plan, y así la comunidad internacional conozca el gran daño que se ha causado al sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación. Daño del cual forma parte, como hemos señalado, nuestra casa de estudio. La insistencia en salir de la tiranía es el paso fundamental para que la ULA, vuelva a hacer la gran casa de estudio del país.
domingo, marzo 09, 2025
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