Así, increíblemente, están una parte de los ciudadanos venezolanos. No entienden ellos como es posible que se discuta el liderazgo actual del país que representa MCM.
Si alguna característica ha tenido aquél en Venezuela es que, respecto del mismo, siempre se discute y si lo dudan, allí van algunos ejemplos:
A Betancourt se lo discutió la juventud de su partido AD en los albores de la democracia, esa que luego constituyó el MIR.
No muchos años más tarde, lo hizo Ramos Gimenez al dividirle el partido y originar una discusión en el Consejo Supremo Electoral sobre la tarjeta para participar en las elecciones del 63, así como el buró sindical de su partido al imponer, este último para esa elección, la candidatura de Leoni, en contraposición a la de Caldera que era la que el proponía.
Luego se lo discutieron Prieto en el 67 originando la división del MEP y CAP al tratar de imponer la candidatura de Morales Bello para las elecciones internas del 78.
A su vez a CAP I, se lo discutió Betancourt al imponer primero la candidatura presidencial de Piñerúa en 1978 y luego a Manuel Peñalver como secretario nacional de ese partido en 1981 y posteriormente, a Lusinchi, se lo discutió tanto el buró sindical adeco, al proponer e imponer la segunda candidatura presidencial de CAP, como este mismo.
Pero la discusión del liderazgo no es monopolio blanco.
Así, a Jóvito Villalba -en URD- se lo discutió Alirio Ugarte Pelayo y a Gustavo Machado en el Partido Comunista, se lo hicieron Teodoro y Pompeyo Márquez. A su vez, a Caldera en su partido Copei, le ejecutaron lo propio Luis Herrera, Pepi Montes de Oca y Eduardo Fernández hasta que, en 1998, a todos los anteriores que estuvieron vivos para diciembre de ese año, se los discutiere Chávez, a quien a posteriori -el 2007- le hiciere lo mismo Baduel.
Entiendo que a algunos la historia les disguste, pero, a veces, como el bolero de Pedro Flores, “Recordar es vivir”.
Algunos olvidan que Henrique Capriles Radonski adujo el 2013 que había ganado las elecciones y se las robaron -tal como habría ocurrido ahora- y acontece que menos de un año después, MCM, Leopoldo López, Ledezma y otros mas, desconocieron ese liderazgo y plantearon, dos veces, “la salida”, así como otras estrategias contrarias a la posición institucional, bien de la Mesa de la Unidad Democrática -MUD- o de la Plataforma Unitaria, lo que no hacían por traidores sino porque los consideraban contrarios a sus intereses y ocurre que hoy, otros actores, hacen lo mismo con MCM, lo cual es tan válido para ella como lo fue para otros.
Así entonces, resulta una ficción absoluta, desconocer la realidad relativa a que el liderazgo siempre se discute, lo cual es por demás natural e ínsito a la condición humana. Bajo esos supuestos, indubitables, nadie tendría porque escandalizarse respecto de la decisión de estos tiempos que vivimos, por parte de cualquier otro dirigente político, de tratar de imponer su visión del país, pues está en su derecho de hacerlo, discrepando del liderazgo vigente.
Desconoce la historia quien exige sumisión o conformidad absoluta; esta solo existe en las personas que, por decisión propia, deciden que otra piense por ella.
El ciudadano, así lo creo, está en capacidad de discernir y concluir respecto de lo que a su juicio -y porque no, a sus intereses- es lo mejor para el y en función de ello, adopta sus decisiones, sin que un tercero, por mas preminencia que estime tener, esté facultado para calificar su decisión de manera peyorativa.
Los motivos que originaron las discusiones respecto del liderazgo que algunos tuvieron en su momento fueron personales en unos casos y de fondo en los otros, tal como ha sucedido en el presente siglo. En todo caso, acostumbrémonos todos a la discusión respecto del mismo máxime cuando que, como en el caso venezolano, existe una divergencia evidente en la estrategia a seguir a los efectos de resolver la situación política que nos ocupa pues, mientras el liderazgo vigente representado por MC apuesta por el quiebre via presion internacional, quienes le adversan internamente apuestan por negociar, disyuntiva esa insoluble pues allí, no hay punto medio dado que el quiebre implica rendición, a lo que el adversario no está dispuesto, dadas sus implicaciones.
En todo caso, téngase finalmente en cuenta que, si no hay discusion de liderazgos -por las razones inicialmente señaladas- muy posiblemente aquél se tornará pétreo en perjuicio de todos.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
Déjanos saber tu opinión en los comentarios más abajo y no olvides suscribirte para recibir más contenido sobre noticias
FUENTE: >>Gonzalo Oliveros Navarro
Si quieres recibir en tu celular esta y otras noticias de Venezuela y el mundo, descarga Telegram, ingresa al link Https://t.me/NoticiaSigatokaVenezuela.
REDES: Twitter: @SigatokaNegra1 ; Instagram: @sigatokanegra ; Canal Telegram: @NoticiaSigatokaVenezuela ; Email: sigatoka.negra@yandex.com ; Tumblr: sigatokanegra

No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR EMITIR TU OPINIÓN
Todos los contenidos publicados en este sitio web son propiedad de sus respectivos autores. Al utilizar este sitio web afirmas tu aceptación sobre las Condiciones de uso, la Política de privacidad, uso de cookies y el Deslinde de responsabilidades legales.