En un mundo globalizado donde prevalezcan la justicia, la legalidad y el bien común, un país no debe permanecer sometido por una estructura criminal que convirtió el poder político en refugio y plataforma del delito. Esa es la realidad que hoy padece Venezuela.
Las recientes y anteriores declaraciones del General Hugo “El Pollo” Carvajal, extraditado y procesado por narcotráfico dónde se declaró culpable, dejan al rey desnudo y desaparece la excusa en la que se escudaban algunas autoridades, para no tomar decisiones, y cuando eso pasa la indecisión, ya no tiene disfraz, sólo queda una arrastrada cobardía remunerada, las declaraciones son la verdad que el pueblo venezolano ha gritado durante años: Venezuela es hoy un Estado criminal.
Según el General Carvajal, la tiranía que tiene secuestrado el poder en Venezuela, ha hecho de la estructura institucional un instrumento para el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la represión sistemática de la disidencia. “El Estado venezolano se convirtió en un cartel”.
La gravedad de estas afirmaciones, viniendo de uno de los hombres de confianza que por años formó parte del círculo de poder, confirma que lo que hoy exporta Venezuela no es gobernabilidad, es corrupción, violencia, narcotráfico, persecución política, y un éxodo humano sin precedentes en la región.
A pesar de esta tragedia, los integrantes de los organismos internacionales creados para proteger la democracia, los derechos humanos y la seguridad regional, como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Corte Penal Internacional (CPI), siguen mostrando indiferencia. Su inacción los ha convertido en testigos pasivos, y por omisión, en cómplices de una tiranía que ha hecho del crimen una política de Estado.
El pueblo venezolano ha sido sometido al hambre, la represión y el exilio. La región sufre las consecuencias del narcotráfico y el crimen transnacional que se originan en Venezuela. La comunidad internacional ya no puede ni debe alegar desconocimiento o falta de pruebas, la verdad ha sido dicha
en voz alta e inteligible, por quien formó parte de ese entramado de poder y corrupción.
La historia será implacable con quienes, teniendo el deber de actuar, eligieron mirar hacia otro lado para favorecer sus intereses y dejar huérfanos de libertad y y respeto a los ciudadanos de una nación.
Cnel (GN) Antonio Semprún
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FUENTE: >>Cnel (GN) Antonio Semprún
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