Nicolás Maduro no es sólo un tirano aferrado al poder. Es algo peor, es el jefe del Cartel de los Soles, el hombre que logró lo que no pudo Pablo Escobar, ponerse al frente de un Estado y utilizarlo como plataforma del crimen organizado. Desde el Palacio de Miraflores, Maduro dirige el narcoestado más peligroso del planeta.
Pablo Escobar soñó gobernar Colombia para proteger el negocio de la cocaína, y no pudo. Maduro, en cambio, sí, por instrucciones de Fidel Castro fue ungido por Hugo Chávez, y se convirtió en presidente de Venezuela y desde allí armó un entramado criminal y colocó a generales, ministros y jueces al servicio del narcotráfico. El Cartel de los Soles es el Estado venezolano convertido en su brazo protector.
Si el petróleo hoy represado en el subsuelo venezolano, era el oro negro, la cocaína se convirtió en el platino blanco de la tiranía. Con la que, compran lealtades y sostienen alianzas internacionales. Maduro ha hecho de la droga la plataforma de su poder, ha extendido sus tentáculos desde Caracas hasta las mafias de Europa, África y Norteamérica.
Cada kilo de cocaína que sale de Venezuela es un tiro a la cabeza en cualquier parte del mundo, son jóvenes atrapados en la adicción, son familias destruidas, son comunidades enteras sometidas a la violencia. La amenaza localizada que representó Pablo Escobar en los años 80 en Colombia, Maduro la entendió globalmente. Venezuela es hoy la fuente internacional de tragedias humanas vinculadas al narcotráfico.
Maduro además de ser el jefe del cartel de los soles, es el
carcelero de centenares de presos políticos, es el “fentanilo” de esta catástrofe, es la jeringa que inyecta la droga y la muerte. Mientras usurpe el poder, las rutas del narcotráfico seguirán expandiéndose y las muertes por sobredosis, seguirán aumentando. No se trata sólo de un problema venezolano, es un problema de la humanidad.
Cuando Nicolas Maduro decidió usar la droga como arma letal, para matar ciudadanos norteamericanos, le declaró la guerra a los Estados Unidos. El responsable de esas muertes es el jefe de un poderoso cartel de drogas y no el presidente de Venezuela
Nicolás Maduro transformó, a Venezuela en el mayor narcoestado del mundo, superó a Pablo Escobar y convirtió a Venezuela en su guarida. La cocaína que financia su tiranía ha cruzado fronteras, llevando violencia y destrucción a todo el mundo.
Cnel (GN) Antonio Semprún
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FUENTE: >>Cnel (GN) Antonio Semprún
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