Escuchar a estos revolucionarios hablar de abastecimiento absoluto a lo largo y ancho del país lejos de ser una falacia es una canallada propia de quienes han hecho de sus bajos instintos el epicentro de sus acciones, ni buenas ni malas, pésimas, nefastas, como señores feudales piden para si todos los privilegios dificultándole al pueblo las más elementales condiciones para una adecuada calidad de vida, no tanto por motivaciones asociadas al ejercicio del gobierno, ideológicas, sino por hacer las veces de los peores ciegos, que no quieren ver ni reconocer la realidad que los circunda, con ese desfase nuestros gobernantes han generado fenómenos sociales impensables en otras épocas de nuestra vida republicana.
Por estos días las fotos de un aficionado mostraban al gobernador Vielma Mora “de shopping”, un privilegio que solo los boliburgueses pueden darse, no todos, solo los más connotados en aquello de hacerse con los dineros públicos; hasta hace poco menos de un quinquenio cualquiera podía darse el lujo de irse de tiendas, para distraerse, cazar
ofertas, cordializar, aparentar o presumir. Era común escuchar aquella expresión anglosajona “voy de shopping”, ir a las tiendas supuestamente a comprar en una búsqueda entre la oferta y la demanda de una variedad de productos, pero el comprador, la mayor de las veces compradora, solo buscaba distracción viendo las tiendas. No es fácil salir de esos recuerdos, hoy la inseguridad, la violencia, pero sobre todo la carestía y la pelazón a causa del dinero que no alcanza para nada hace imposible que nos dejemos llevar por el deleite de recorrer tienda tras tienda, si lo hacemos desperdiciaríamos tiempo valioso para encontrar los pocos productos alimenticios, de higiene o farmacéuticos que se consiguen en la calle, en lo cual ahora hay que invertir una considerable cantidad de tiempo de nuestras vidas, haciendo colas o recorriendo gran parte de nuestros pueblos y ciudades, y como la pureza de subsistir no podía conservarse al 100%, a un jodedor no se le pudo ocurrir algo mejor que dedicarse a bachaquear.
Inicialmente le endosaban el bachaqueo a las clases populares, resulta que ahora los que antes alardeaban de irse de shopping ahora les toca salir a bachaquear, ahora ni los amos del valle hablan de irse de shopping, eso ha quedado para Delcy Eloina, Calixto Ortega, Jorgito, la hija de Diosdado, a decir verdad, Celia se muere de las ganas de ir de tiendas, pero el caso de sus sobrinitos le impiden darle rienda suelta a su compulsividad de compradora, otra que goza un puyero en las tiendas es María Gabriela, y eso lo hacen porque no son más que bachaqueros de dólares baratos para ganarse un buen diferencial; son los principales beneficiarios del control cambiario, y eso es bachaqueo, los bolichicos de la narcotiranía son los verdaderos y auténticos bachaqueros, los únicos que actualmente pueden gozar una y parte de la otra al irse de shopping, mientras acaban incluso con el bachaqueo justo cuando miles y miles de venezolanos estaban comenzando a cogerle es gustico
¡A malaya quien pudiera!, me dijeron en la Plaza Bolívar de Cubiro al indagar entre transeúntes de esa región turística su opinión sobre la conocida práctica del shopping, costumbre en extinción al igual que el bachaqueo, saboteado por los CLAP y más recientemente por los comerciantes asiáticos con sus productos brasileños, que desde el sur del coloso de américa del sur están invadiendo el territorio nacional, desplazando a los productos a precios regulados pero con los cuales igualmente se puede bachaquiar, pero no tanto como antes porque cada día mas venezolanos tienes acceso a esos productos brasileiros, tan de buena calidad que no se extrañen que dentro de poco veamos pasándolos por los caminos verdes o ante la mirada complaciente de los verdes para Colombia, donde el diferencial entre las monedas de Venezuela (Bolivar) y Colombia (Pesos) hace la actividad altamente lucrativa para quienes la practican, la misma gente del gobierno que dice luchar contra el contrabando de extracción, terminología técnica cuyo significado coincide con la del termino bachaqueo.
Del shopping pasamos al bachaqueo, ahora por obra y gracia de la revolución ambos parecieran estar en extinción, lo que no desaparecerá será la voluntad de los venezolanos para recobrar su calidad de vida, por a decir verdad no hay nada mejor que irse de shopping sabiendo que se vive en democracia, sin inseguridad ni violencia, en un país próspero sin conflictividad social como la que nos está acogotando, algo que en lugar de desanimarnos debe impulsarnos a revertirle el desdén a quienes secuestrando las instituciones públicas usufructúan de ellas impunemente. El shopping como el bachaqueo nunca serán practicas detestables como algunos quieren hacerlas ver, lo detestable es que unos grupitos de corruptos pretendan que aceptemos como normal y hasta bueno que nos nieguen el acceso a productos de primera necesidad, que sigan deteriorando nuestra calidad de vida, mientras ellos se van de shopping en momentos cuando supuestamente se esfuerzan para acabar con nuestras penurias.
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sábado, octubre 01, 2016
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