Ya no se sabe qué pensar, el Gobierno sigue jugando con la mentira y los aspavientos, la oposición habla cada día y cada dirigente dice lo que le parece más llamativo, trata de generar titulares que le den espacio en los medios y la siempre esperada popularidad, pero nadie aporta soluciones concretas. Los venezolanos de los grupos medios y populares –o sea, los que siguen pelando– no tienen ya tiempo para aguantarse los palabreríos oficialistas ni de las dirigencias opositoras, en las colas sólo hay espacio para cuidar el puesto y ligar que algún camión traiga los productos regulados que con mucho esfuerzo logran comprar. Si les alcanzan los escasos reales, no todos son bachaqueros.
La Iglesia manda una carta firme y poniendo los puntos sobre las íes a los integrantes de la mesa de diálogo, quienes, en vez de analizarlos y procurar darles cumplimiento, se enredan los unos y los otros en retóricas y alardes que molestan a todos. Pero la gran mayoría de los electores está consciente, de que ni del oficialismo empeñado sólo en seguir aferrado al poder, ni de la MUD que no termina de entender dónde está parada, solo sueña con que la gran masa de pendejos los elijan para Miraflores y la Casona –en caso de que las hijas de Chávez finalmente acepten irse de allí– va a salir solución alguna; los presos políticos también, por
eso fueron a una huelga de hambre que en la noche de este martes hubo que colgar en el perchero de la desesperación.
El Vaticano envió su esquela exigiendo lo que la oposición ha venido solicitando desde tiempos casi prehistóricos, o sea, el cronograma electoral que el CNE no va a diseñar porque sigue de vacaciones esperando el llamado de Miraflores; la liberación de los presos políticos, que a los jefes carcelarios y de otras autoridades represoras, a Maduro y dirigentes del Polo Patriótico les entra por una oreja sorda e imperturbable y les sale por la otra; que a la Asamblea Nacional se le dé el respeto y autonomía que le atribuye la Constitución, y el oficialismo responderá que por ellos lo que el Tribunal Supremo y la Sala Constitucional decidan esta ajustado a la Ley, y alguna otra cosilla más.
Este 6 de diciembre, que los jefes de la MUD anunciaban rebelde y tormentoso, sí se produjo un cambio. A eso de las 7 de la tarde y en cadena nacional desde Carabobo, un enrojecido Maduro mostró su reloj ruso –venido de un viaje espacial, según él– para marcarles a los mudeños el tiempo que les daba para ir disciplinadamente a la mesa de diálogo.
Jesús Torrealba y Timoteo Zambrano, ¡fíjense en qué manos estamos!, revolucionarios inquebrantables, no se fueron a la mesa para no darle el gusto a Maduro, sino al mucho más cómodo y elegante Hotel Meliá Caracas y se reunieron con los representantes alojados allí. Sin embargo y para asombro ciudadano el embajador de El Vaticano declaró que se habían puesto de acuerdo en reunirse de nuevo ¡el 13 de enero del próximo año!, parece que tienen compromisos navideños impostergables. Diálogo en navidad no es diálogo.
Asombroso, absurdo, inexplicable, el madurismo las pega casi todas, se salen con las suyas y la MUD poco más o menos no da pie con bola –de todos modos habrá que esperar a oír, filtrando entre adjetivos y boberías, cómo se justifican. Ya uno comenzó diciendo falsedades, como que todo había sido un éxito y habló de una ¿doble presión? No obstante, todo sigue igual o peor; los presos políticos siguen presos, los hambrientos se mueren de hambre y los enfermos fallecen por falta de medicinas y, para colmo, acuerdan que se reunirán el 13 de enero de 2017; hay que tenerlas muy grandes y blindadas, una cara dura y campeones mundiales de la indolencia. No les importa nada sino sus intereses. ¡Patético!
Entretanto, colaboramos con estas discusiones aconsejando a las señoras Lilian Tintori, Mitzy de Ledezma además, van a estar muy frías en invierno, se regresen a preparar y compartir sus hallacas en Caracas, a los presos políticos, enfermos, hambrientos tomen vacaciones hasta el 13 de enero, porque el diálogo, el oficialismo y la MUD decretaron sus feriados navideños.
Venezuela entra en el letargo decembrino perfectamente calculado y, hasta nuevo aviso, el poder sigue en manos maduristas, apoyados por los tiranos cubanos. La euforia de la fe y esperanza se desvaneció en desesperanza. Los ciudadanos estamos al margen de la ignominia política y se hace necesario comenzar a explorar nuevas alternativas que permitan retomar el rumbo hacia la democracia y libertad. El país demanda ser reivindicado, el cambio vendrá, no tengo duda, hay gente trabajando.
El infortunio se mantendrá, aun a costa de la destrucción nacional, porque se desmovilizó un país ávido de ilusión, dejado de lado por algunos dirigentes ofuscados de poder. Lamentable y triste, pero es una realidad que debemos enfrentar con valentía y coraje en los tiempos por venir.
¡Cuidado con la furia de un pueblo paciente!
@ArmandoMartini
sábado, diciembre 10, 2016
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