1 Juan 3:21-24
Reprender: Accion de Amonestar, Exhortar, Reconvenir, Redargüir.
Una de las bondades de Dios para con sus hijos es obsequiar el regalo del Espíritu Santo, y sabemos que éste en nosotros es un AYO "Traducción de la voz griega paidagogós" , que significa «el que guía a los
niños», pero que no alude a la figura del maestro didáskalos tambien maestro.
Sí, el nos guía en nuestros inicios como a niños que necesitan la dirección de un pedagogo para su formación y aún como maestro cuando ya hemos crecido pero que sabemos de la necesidad de seguir en formación para formar el verdadero carácter de Cristo.
Dice la escritura que el Espíritu Santo nos redarguye de justicia, juicio y pecado.
Redarguir es reprender y es lo bonito de tenerlo en nosostros, ya que muchas veces cuando vamos a fallar o a cometer pecado, está esa voz interior que nos inquieta para darnos cuenta que algo no está bien o simplemente no es agradable delante de los ojos de Dios y también nos hace ver y entender cuando hemos fallado o pecado para asumir esa actitud de arrepentimiento que nos vuelve a la comunión con el Padre por medio del genuino arrepentimiento y perdón.
Lo más hermoso en una relación padre - hijo es la confianza y esta debe ir cargada de mucha transparencia. Y así debe ser nuestra relación con Dios, totalmente transparente, sabiendo plenamente que El conoce todas las cosas, los pensamientos y escudriña los corazones. Dios no puede ser burlado. No nos engañemos a nosotros a mismos.
Si el Espíritu Santo nos redarguye sobre alguna cosa pongámonos a derecho y en orden para vivir en su promesa de poder acercarnos al padre, presentar nuestras peticiones y obtener las respuestas de aprobación.
La vida en Cristo no es tan complicada como han pretendido mostrarla muchos con sus enseñanzas cargadas de religiosidad, es una simple y sencilla vida de relación con el padre por medio del Espíritu Santo con el cual hemos sido sellado al confesar con nuestra boca que Jesucristo el Hijo de Dios es nuestro señor y salvador creyéndolo fielmente en nuestro corazón. Hecho tal, que se hace manifiesto entre los humanos porque manifestamos un profundo amor por nuestro prójimo. Ya que ciertamente no podemos decir que somos de Cristo y que amamos a Dios sino somos capaces de amar al prójimo y aún desarrollar un amor más profundo para poder amar a nuestros enemigos, si a esos que muchas veces pretenden hacernos la vida de cuadritos.
He creído profundamente que el amor a Dios no solo se dice sino que se hace, sí, se hace cuando se manifiesta con hechos y no con palabrerias.
Hagamos evidente que Dios padre está en nosotros por medio de su Espíritu Santo y nosotros en El por nuestros hechos que evidencien un apego a la palabra, que nos conduce a vivir bajo la dirección divina y que por lo tanto nos hace susceptibles de estar atento a su voz para guianza y aún para la reprensión cuando esta haga falta o sea necesaria.
Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. Hebreos 3:14-15
Que nuestros corazones se hagan sencibles a su voz y a su presencia y guardemos siempre sus enseñanzas, mandamientos, normas, leyes y estatutos.
Buen Día. Bendiciones.
SHALOM. I.R.R.M.
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