¡Pa’ que nos aclaremos con los de Adentro y con los de Afuera!
Acá el “problema” NO es solo el Sr. Maduro, su banda de facinerosos y el chavismo de los últimos días.
Acá hay un bojote de hijos de la gran puta que han acompañado, acompañan y quieren seguir acompañando a los cabrones del siglo XXI en el Gran Saqueo a la Patria Grande, que “pertenecen” al otro lado de la ecuación política nacional…
¡Los malos no están solos!
Hay docenas de “buenos” que llevan 20 largos años haciéndoles compañía en sus guisos, negocios y arreglos para seguir en la guachafita criminal de desplumar a nuestro país…
¿Cómo es que se dice ahora?
“Lo se tenía que decir… ¡se dijo!”
El asunto es que llegamos a un “llegadero” sórdido y oscuro.
Gris y seco…
¡Las medidas de la Administración Trump son demoledoras!
El Efecto Trump ha herido de muerte a la HAMPOCRACIA nacional y a sus secuaces del otro lado de la acera.
¡El golpe ha sido parejo!
Con el “juego” trancado a nivel mundial, esta difícil seguir lavando el dinero del narcotráfico gubernamental
Mover los millones del petróleo triangulado, que no solo se ha llevado a cabo por los cabrones cubanos.
Cruzar fondos, inmuebles e inversiones desde las cuentas y estructuras de impecable ingeniería financiera, montadas por los grandes apellidotes de la Godarria criolla.
Quienes…
A la final y desde el principio, fueron muchos de ellos quienes hicieron de “maestros” de estos percusios recién vestidos del siglo XXI. Casi todos salidos de barrios inmundos y caseríos de carreteras, que ni siquiera sabían hablar inglés cuando todo “esto” empezó.
O marginados del Copei y de la Acción Democrática de finales del siglo XX, controlado por caciques y delfines.
Como fue el caso de Bernal, de los hermanitos Escarrá, de Erika Faría y de docenas más que mutaron en “revolucionarios” del siglo XXI.
De forma que, tras el torque aplicado desde la Casa Blanca, acá hay un gentío que se quedó con los crespos hechos. Con los negocios “montados”. Y las cuentas, dineros y bienes trancados…
Total: ¡un problema de “muchos”!
El país está postrado. El país está de rodillas. El país, por donde metas la cabeza, está parado.
¡Pero para ellos también!
Sin visas americanas. Sin caballos y ni caballerizas. Sin apartamentos grandotes en Madrid…
¡Secos!
Noruega fue una “parada”.
“¡Pídala, mijo!, pídala”… decía mi padre.
“¡Usted no está al tanto de saber, que esta vez si que se la pueden dar!”
Allá fue igual.
Con una zafra de diputados presos. “Huéspedes” muchos en embajadas amigas en Caracas. “Desaparecidos” otros en la mítica Fuerte Tiuna. Torturados en las Tumbas. Y amenazados la mayoría con el horror que como oficio practican los angelitos que acompañan a la porquería del siglo XXI, el gobierno ilegítimo controla la Agenda. El Territorio. El Gobierno. Las Fuerzas Armadas. Los colectivos en Hampa. La poca gasolina que aún queda. Y el suiche de la electricidad que salta y brinca de un lugar a otro del país, en oscuranas sin horarios ni tiempos “programados”
Y, como “vamos bien”…
Presionar por una cartilla de peticiones absurdas, a cambio de más elecciones fraudulentas era y es de lo más natural…
Lo patético es el comentario de uno de los “negociadores” del lado de los “buenos”.
Para Zambrano su “fe” de mentecato en el poder del voto como instrumento de cambio, es criminal…
… o de ¡cómplice!
También lo decían los viejos.
“El viajero se reconoce por la maleta”.
Cuando veamos en una mesa de negociación a los secuaces del Sr. Maduro, sentados con un Pablo Medina o con un Diego Arria para “ajustar” los detalles de salida menos traumática posible para estos hijos de putas del siglo XXI, el país y yo tendremos alguna esperanza real en ese tipo de conversación.
Mientras que los “expertos” sean Stalin y otros de la misma variedad y origen… ¡PUES NO!
… como dice la Tía Zora.
No hay de otra.
De la única forma que esto vuelve a tomar forma de solución en serio, es con presión de calle.
Pero…
¡Por favor!
No hablamos de “fotos de calle”.
De amuñuñamientos populares.
De peregrinaciones visionarias de quien sea, levantando el ánimo, haciendo bailoterapias o ejercicios de coaching colectivos.
Se trata de convocar y llevar a cabo acciones directas y concretas, que terminen por derrumbar al régimen.
Que lo coloquen de forma clara, visible y universal en su más perfecta cara.
Huelgas y paros. Protestas de cualquier tipo, índole, “matices” e intensidades…
Al estilo Egipto.
Al estilo “armar peo”, porque hay razones de sobra para ellos.
Al estilo “vete ya”…
El liderazgo de verdad, no el construido desde la mediática de quinta generación, tiene que convocar al caos.
Ahí, en ese vector, es donde el pueblo venezolano tiene juego perfecto para empujar el cambio…
A riesgo, por supuesto, que los ídolos del momento, sean rebasados y superados por un país que ya NO se cree más cuentos de ningún tipo o temperatura posible…
Mascaritas
Mayo 31, 2019
sábado, junio 01, 2019
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