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viernes, diciembre 20, 2019

Mascaritas Miércoles, 18.12

Acá, Adentro y Afuera, quien NO entienda que Venezuela tiene que librar una nueva lucha por su Independencia, es porque definitivamente es parte de este Problema.

¡Estamos peor que en diciembre de 1809!

Otra vez somos un país conquistado y
dominado por las más tenebrosas fuerzas del Mal Internacional.

Carteles del Narcotráfico, bandoleros “desmovilizados” de la vecina Colombia. Fundamentalistas islámicos consagrados al terror y a la violencia mundial como oficio. Y un miserable gobierno de chulos y reptiles que controla las áreas neurálgicas y más sensibles de todo aquello que alguna vez fue un país rico, gobiernan a distancia a la basura del siglo XXI desde la decadente y destruida Ciudad de la Muletas, las Habana.

¿Qué parte de “esto” NO se comprende?

¡Lo cuentas y no se cree!

Porque “esto” no es literatura. “Esto” es la más pura verdad en la Venezuela de diciembre del 2019.

Al menos el viejo Imperio Español de principios del siglo XIX nos veía de lejos. Estaba más interesado en resolver sus “rollos” con la familia Bonaparte y nos dejaba vivir.,

En cambio esta nueva dominación a la cual llegamos por invitación formal del mayor traidor e hijo de la gran puta que registra la historia nacional desde Guaicaipuro hasta la fecha, está acabando con el país en todas sus formas y maneras.

¡No le dan paz a la miseria!

La Nación está postrada, espantada y en huida. Los recursos de nuestras generaciones del futuro, forman parte de una piñata de muy pocos, que son saqueados en las mismísimas narices de unas fuerzas armadas totalmente degeneradas, cómplices y profundamente podridas.

En nuestra Primera Independencia, la que nos zafó del Imperio Español y de los cómplices criollos que estuvieron del lado del Rey, se desangró al país tras 11 años de luchas.

Pero solo nos cuentan un pedazo de la historia, cuando pasamos por el colegio. Se guardan muchos secretos de todo ese tiempo. El mejor atesorado, es el hecho que la Guerra de la Primera Independencia fue fundamentalmente una cruenta guerra civil. Un sangriento conflicto cara a cara de venezolanos contra venezolanos. De un grupo de hombres y mujeres montados por la Independencia, enfrentados a muerte en contra de “hermanos”, que estaban en el propósito de mantener el cordón umbilical con España y con su Rey, Fernando VII.

Con poquísimas tropas provenientes de la Península, donde los españoles luchaban una feroz guerra de guerrillas en contra del invasor francés, la Primera Independencia Venezolana se luchó casi que solo entre venezolanos.

Lo poco que llegó al país con el Pacificador Monteverde, fueron tropas auxiliares con base en… ¡Cuba!

Más adelante Pablo Morillo entrará a Venezuela con un contingente ibérico mejor preparado, cuando finalmente la Corona Española entendió que el epicentro de la Libertad de las Colonias que estaba pegadas a la Cordillera de los Andes era Venezuela. Que los aguerridos venezolanos y la visión hemisférica de Simón Bolívar y de nuestros Primeros Libertadores, eran capaces de arrancarle a España de un enorme mordisco, casi la mitad de la América del Sur.

Así, con una voluntad de acero. Con una temeridad y arrojo de dementes. A machete y lanza. A caballo a pelo, la Venezuela que quería ser libre se llevó por delante todo lo que consiguió como obstáculo.

Lo de los soldado uniformados de las películas vino después. Por años la Guerra de la Primera Independencia se trató del andar y del pelear de cientos de hombres, acompañados de sus mujeres, con alpargatas, poncho y “porsiacaso”.

Trasteando, andando y desandando caminos para aniquilar, destruir e incendiar todo aquello que no fuera República. Cualquier cosa que se atravesara con el sueño de Libertad.

Pagamos como pueblo un precio en sangre increíblemente grande. Fuimos, sin duda alguna, la Nación que más muertos puso en toda la América Andina para conseguir su libertad.

¡Y sin voltear para atrás!

Sin perdonar las traiciones, los “malos entendidos” y los “yo no fui”.

Así cayó en manos de un grupo de patriotas fanáticos el mismísimo Francisco de Miranda. Este terminaría en la garras de la gentuza de Monteverde en el Puerto de la Guaira, porque se creyó el cuento del “Vamos Bien” que significó la Capitulación de San Mateo. Para muchos, la traición que acabó con la Primera República.

Y así pasaron por las armas a Manuel Piar, pues le pillaron en un plan para montar una “revolución de Pardos”, y la República en pañales aún no estaba para esas pendejadas.

Ahora, en este tiempo, tocará escribir la “nueva” historia sobre esta tragedia del siglo XXI. Una nueva épica de “salida”. Una Segunda Independencia Nacional.

Porque Venezuela se repite. Hoy, en medio del horror de esta nueva dominación, volvemos a acercarnos a la conflagración civil.

Si una vez se pudo, otra vez se podrá. ¡Si una vez se logró la libertad, otra vez se conseguirá!

¡Viva Venezuela otra vez Libre!
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