Estimados María Corina Machado, Juan Guaidó, Donald Trump, militares y policías patriotas, miembros de la resistencia civil organizada, sociedad civil independiente y venezolanos todos, incluyendo de manera importante a nuestra diáspora.
El *Movimiento Libertadores*, gestor, impulsor y heredero de la gesta histórica del 16 de Julio del 2017, es una organización de la sociedad civil independiente que tiene como fin empoderar a la ciudadanía y que no busca el poder mediante cargos de representación y de gestión pública como lo hacen los partidos políticos. En esta coyuntura histórica nos dirigimos a ustedes para proponer una solución a nuestros problemas más importantes: salir tanto del régimen delincuencial genocida como del sistema
que lo cobija.
La fuerza principal que logrará esa gesta no es más que el poder constituyente originario del soberano en alianza con los factores internacionales alineados con su voluntad. Activar esa fuerza, muy superior a la del desgobierno, requiere que cada quien haga su parte, (en particular los líderes políticos) como en la fábula del colibrí que lideró con su ejemplo la salvación del bosque. Por eso, esta carta va dirigida a ustedes para que todos hagamos nuestra parte y salvar a Venezuela de la destrucción total.
*1. Estimada María Corina Machado.*
Tu carta a Guaidó ha sido muy oportuna. Dijiste unas cuantas verdades. Terminaste de demoler el intento de usurpación y frustración adicional de esa “consulta” que hemos llamado plebiscito gatopardiano. Como bien dices, el pueblo ya fue consultado y otorgó poder a un liderazgo político que no cumplió con el mandato de los venezolanos.
No tiene sentido que una dirigencia que falló, a todas luces, pida más apoyo mediante una consulta a un pueblo que le perdió la confianza. El pueblo exige que esa dirigencia rinda cuentas de su gestión y que le ponga sus respectivos cargos a la orden para que, como dueño de la república que es, decida quiénes deben ser confirmados, y quiénes sustituidos y por quiénes. Es inaceptable que se pretenda perpetuar a todos los diputados de la Asamblea Nacional y a un poder ejecutivo nombrado por ella. Algunos diputados han hecho una buena labor, como algunos de la fracción 16J. Otros; los corruptos, los ineptos y los agentes en general del régimen genocida, no pueden continuar allí.
Es natural que haya diferencias entre la población sobre quiénes son honestos y quiénes corruptos. Quiénes están capacitados y quiénes no. Hasta es saludable incluso, cuando no hay elecciones presidenciales, que entre los líderes políticos —incluyéndote, María Corina— haya una competencia por la representación popular. Pero sólo el soberano puede dirimir esas diferencias con su decisión. Nadie puede arrogarse el poder del soberano.
Tu enfoque sobre unidad es el correcto. Hay que unirnos para sumar fuerzas y salir de los enemigos de la democracia, que son enemigos comunes en este momento, gracias a los desmanes de un régimen desesperado que está cometiendo muchos errores, entre ellos alienar con el nombramiento de un CNE ilegítimo y una farsa electoral a factores de oposición que hasta ahora habían consentido en cohabitar mediante elecciones y diálogos entreguistas.
Pero hay que pensar estratégicamente: a esos factores opositores democráticos hay que sumarlos a la lucha. No nos podemos quedar en la crítica sobre su gestión o en exigirles que pidan ayuda militar externa si sabemos de antemano que no la quieren pedir. No es aceptable que, con nuestras actitudes contribuyamos a dividir las fuerzas opositoras que unidas pueden hacer la diferencia.
Afortunadamente hay una forma de dirimir ese tipo de diferencias políticas entre los demócratas, en particular si enfrentan a un enemigo común que les puede ganar si van divididos: hacer unas primarias, en las que los electores decidan la distribución del poder de representación frente al contrincante.
Es la propuesta que te hacemos en esta carta, María Corina. Pero unas primarias a lo interno que en realidad signifiquen una elección legítima hacia lo externo, frente al desgobierno y frente al mundo, mediante un plebiscito tipo 16J que use lo bueno del evento anterior y corrija lo que falló: el liderazgo político, que con este evento debe ser cambiado. La propuesta es entonces que estés dispuesta a medirte.
Tus críticas a la sumisión de Juan Guaidó al G4 son ciertas. Pero no es lógico aspirar a que eso cambie para que en lo sucesivo trabaje con Soy Venezuela, por ejemplo, recomponiendo por arriba la cuotas de poder en esta misma Asamblea Nacional. Ustedes los de SV tienen las de ganar si se consulta al pueblo sobre cómo debe ser el nuevo liderazgo. Eso es innegablemente, un incentivo para la gente de SV como Antonio Ledezma, Diego Arria y la mayoría de la fracción 16J, por mencionar solo algunos, de manera que estén dispuestos a medirse. Pero en todo caso, lo que sí es cierto, independientemente de los cálculos políticos de la gente de tu campo, es que no puedes negar, al ser demócrata, el derecho ciudadano a decidir sobre cómo se compone una nueva Asamblea Nacional y el gobierno de transición.
En eso consiste, pues, nuestra propuesta: que el pueblo decida y que el nuevo liderazgo electo asuma legítimamente la representación, en una lucha contra un enemigo de facto más que de iure —pues así nos lo han impuesto— y que en el proceso que sigue, mediante ese nuevo liderazgo, se gestionen las alianzas nacionales e internacionales para rescatar al país. Por ejemplo, invocando el artículo 187.11 que tanto has pedido, como todos nosotros, recurriendo al principio de necessitas para justificar legalmente acciones ejecutivas contundentes. Este principio se invoca cuando hay una emergencia nacional, como en nuestro caso y es imprescindible ejercer el derecho natural de los pueblos a la rebelión para la restitución de sus derechos humanos, políticos, económicos, sociales, de soberanía y de defensa propia.
Por último diremos que la transición debe contar con tiempo y con apoyo político. La lucha es, no solo contra Maduro sino contra el sistema — tal como has dicho muchas veces —. No es cierto que esta es una lucha de derecha contra izquierda o capitalismo contra socialismo y sabemos que así lo crees, más allá de tu posición ideológica. Aquí en Venezuela debemos primero salir del caza-rentismo para que luego se den las luchas doctrinarias naturales en una democracia. En eso hay que reconocer que estamos más atrasados que cualquier país democrático, en que se dan esos debates. Para salir de esa pre-democracia necesitamos una alianza de los honestos contra la corrupción endémica, independientemente de su ideología.
La solución es por diseño y es sencilla, como se sabe en lo técnico, pero es bastante difícil en lo político porque las redes de la corrupción tienen mucho poder y muchas conexiones, incluyendo las internacionales, el crimen organizado, lo económico-empresarial y lo militar. Por eso la necesidad de una alianza férrea en ese sentido, y más allá de los partidos, incluyendo a nuestros militares institucionales y la sociedad civil independiente, además de la internacional y geopolítica.
Estamos seguros de que tienes voluntad política para no solo permitir que esto ocurra sino también para apoyarlo de todo corazón, sabiendo que la transición debe ser inclusiva en lo ideológico, para que luego, con un país ya enrumbado, puedas tener éxito como líder política en una democracia promisoria que necesita de mucho mercado y menos estado, eso sí es verdad, incluso desde la transición misma, en un entorno de justicia como motor del desarrollo.
Valga también esta carta, María Corina, como una solicitud para que nos reunamos y que oigas directamente nuestros planteamientos en este momento en hay nuevas oportunidades que hay que aprovechar como buenos gerentes de crisis, buscando el bien del país y acomodando el interés de todos los que pueden aportar mucho en este momento y en el futuro, como tú.
*2. Estimado Presidente Juan Guaidó.*
Saludamos con beneplácito su iniciativa de unir a la oposición democrática frente al nuevo intento de fraude electoral del desgobierno. Igualmente, su decisión de adoptar un mecanismo alternativo de participación en el que el pueblo sea un factor determinante para la activación de todas las fuerzas potenciales que tenemos disponibles y que no hemos usado frente a los usurpadores. Es lo que hemos estado proponiendo, como lo dijimos, en una interpretación positiva, a la carta de Conferencia Episcopal Venezolana.
Muchos sectores hemos invocado el poder originario como la única manera de resolver esta crisis política. Y eso hay que aprovecharlo al máximo. Su decisión de tomar en cuenta todo este clamor pujante y mayoritario despeja muchas dudas entre gente que no creía posible un evento como este (por razones logísticas, de seguridad, de tiempo). Su consideración y flexibilidad demuestra lo que hemos dicho desde hace tiempo: si hay voluntad política, se puede hacer. Sin embargo, tanto por principios como por estrategia óptima, la unidad debe ser sincera y la invocación al poder originario debe hacerse sin manipulación. Es el objeto de esta misiva.
Sobre el tema de la unidad comento que en la segunda guerra mundial se unieron Roosevelt, Churchill y Stalin, —nada menos—, contra un enemigo común que pretendía imponer su dominio con violencia. Pero no podemos pretender que la unidad sea en torno a la actual Asamblea Nacional y a su persona. Roosevelt y Churchill no pidieron a Stalin que se pusiera bajo su mando para derrotar a Hitler. Así mismo, en nuestro caso debemos pensar en un comando unificado de diversos, cada quien con sus aportes y mando de sus “tropas”. En este sentido, el llamado a María Corina, por ejemplo, no puede ser para que ella y su campo apoyen el liderazgo del G4. Eso no tiene sentido y pretenderlo sería un engaño al pueblo que implora por una verdadera y sincera unidad, pues se sabe que eso de la sumisión no va a ocurrir. Y no debe ocurrir, por lo demás, por razones estratégicas que detallamos en nuestra propuesta.
Sobre el tema de invocación al soberano, ustedes no pueden tampoco, si son sinceros, pedir apoyo al pueblo para que se prorroguen, sin dejarle la opción a que los sustituya, si ese es su deseo. El pueblo es como un banco que les dio un inmenso crédito a unos inversionistas en el 2015. Es claro que la AN no generó los intereses esperados y prometidos: la salida del régimen genocida. Es de esperarse que el banco quiera su capital de vuelta (su capacidad de decidir sobre liderazgos políticos, mediante votos) para dárselo en crédito a unos nuevos inversionistas que produzcan el retorno esperado.
Es ilógico, pues, pretender darle al pueblo, en esa “consulta”, solo la opción de otorgar de nuevo el crédito a los mismos inversionistas de los que ya no confía. Sería un robo del capital del banco. Una usurpación del poder soberano. La gente no iría a votar en un evento como ese, que por tanto no tendría poder de convocatoria y se convertiría en un fracaso al cual no podemos darnos el lujo de exponernos frente al enemigo común. Por contraste, la gente sí que concurriría masivamente, dada su gran necesidad política, a un evento en que se haga posible, por elección y no una mera consulta de apoyo, un nuevo liderazgo en que sí tenga confianza y que presente un “plan de inversiones” que realmente produzca el resultado esperado. Que es perfectamente posible, de acuerdo a lo que argumentamos en nuestra propuesta: ensamblar y artillar el Hummer, cuyas partes están hoy disponibles pero dispersas, y enfilarlo contra el Volkswagen belicoso y destartalado del desgobierno y su apoyo cubano y terrorista.
Es claro que, de acuerdo a las encuestas confiables, una medición electoral como esta arrojaría como resultado que los partidos del G4 saldrían con menos fuerzas que las que tienen ahora. Debemos ser sinceros también en esto. Pero les conviene más una situación como esta que tener que sumirse a un régimen que, si no hacemos las cosas como Dios manda y aprovechamos la gran oportunidad que tenemos producto de sus errores y ambiciones desmedidas, infligiría una derrota política devastadora contra el pueblo venezolano y convertiría al país en un paraíso delincuencial “democrático”, una Cuba empeorada en la que van a ser no sólo perseguidos sino completamente anulados. Ni Estados Unidos intervendría para liberarnos en una situación como esa, por el inmenso costo que eso implicaría. Peor que en Irak y Libia.
Si Usted facilita una verdadera unidad y una verdadera decisión política del soberano, saldría con la frente en alto de cara al futuro, como joven político con aspiraciones posteriores. Y los partidos del G4 podrían recomponerse en la era democrática, para seguir luchando políticamente en libertad, en una nueva república, y aspirar de nuevo a tener liderazgo que en esta ocasión muy probablemente perderán por su gestión deficiente, de cara a la ciudadanía. En eso consiste ser serios y asumir responsablemente los costos que hay que asumir de la gestión propia, de cara a la unidad y a la participación ciudadana para destrancar el juego.
La elección mediante plebiscito vinculante que proponemos, además, no puede ser solo para renovar y revitalizar con nuevos miembros la Asamblea Nacional. Debe ser también para elegir una Junta de Transición. Solo el soberano tiene ese derecho y es estratégico que lo ejerza para colocar a líderes capacitados, honorables y dispuestos a participar en una lucha férrea que viene por delante contra el sistema corrupto-corruptor y toda su red de dominio que llega incluso al cultural en el seno de la ciudadanía. En particular, para que esta Junta pueda liderar la instauración de una nueva república mediante una cirugía mayor, con transfusión de ayuda humanitaria, que cuente con una nueva Constitución, y medidas económicas, sociales, institucionales, territoriales y de recuperación de la soberanía y la seguridad interna. En eso consiste ser serios de cara a un futuro que no puede seguir dejando la enfermedad sin remedio institucional presentes en el chavismo, pero también en la cuarta república, en que el sistema caza-renta impidió los cambios necesarios, como los intentos que hizo CAP II y su brillante equipo económico (que por cierto hoy debe ser reivindicado como acto de justicia histórica).
Valga esta carta adicionalmente, Presidente Guaidó, como una petición de audiencia para que Usted escuche directamente nuestra propuesta y nuestro ofrecimiento de mediación en la búsqueda de la unidad, persiguiendo sinceramente el bien del país, deponiendo aspiraciones momentáneas que tienen oportunidad posteriormente, en la democracia que debemos y podemos construir.
*3. Estimado Donald Trump.*
Primero que todo, agradecemos su decidido apoyo por la restauración democrática en Venezuela. Ningún presidente de EEUU nos ha apoyado como Usted. Tanto en voluntad como en efectividad de sus políticas.
También queremos alertarlo contra la propuesta de Elliott Abrams de una transición paritaria entre el G4 y el PSUV. Aunque en otros países esa es una solución de manual, en Venezuela la situación es muy distinta. Sobre todo si aprovechamos la presente oportunidad y actuamos para salir, no solo de Maduro, sino del sistema que incuba el terrorismo, el narco tráfico y la subversión de la democracia occidental.
En la carta que anexamos detallamos esa alerta con una solución alternativa que coincide con lo que estamos diciendo a María Corina Machado y Juan Guaidó. En esa solución, EEUU sería un aliado no solo táctico sino estratégico. Y jugaría un rol esencial en este proceso de activación de fuerzas, junto con la OEA, desde la conformación misma del “Pacto Unitario”, o Frente Patriótico, como lo llamamos nosotros. Sabemos que incluso si pedimos pizza, no necesariamente Usted la traería a domicilio. La idea de la propuesta es que nosotros también trabajemos para una “fiesta de traje” (como le decimos los venezolanos a un potluck): que cocinemos pabellón criollo y arepas para que todos disfrutemos el resultado de la fiesta, con cada quien poniendo su parte. Aquí está la carta:
https://www.movimientolibertadores.com/doc/Cazarentismoyplebiscitotipo16JEnglishV2.pdf
Por último, le deseamos muchos éxitos en la elección presidencial. Estamos seguros de que no solo va a ganar sino que va a arrasar. Cuenta con todo nuestro apoyo.
Valga esta carta finalmente, estimado presidente Trump, como una petición de audiencia para plantearle nuestra propuesta, ya que somos, modestia aparte, un buen proxi, entre otros, de la sociedad independiente de los partidos políticos, que además tiene una propuesta aglutinadora y efectiva para buscar y lograr el bien común y la cooperación de nuestros dos países.
*4. Estimados militares y policías patriotas, miembros de la resistencia civil organizada, sociedad civil independiente y pueblo venezolano incluida la diáspora.*
No nos queda mucho más por decirles. Más que todo queremos agradecer por los muchos aportes y la resistencia y la voluntad inquebrantable de lucha que han mostrado, en particular los héroes caídos en esta lucha, los presos políticos, los maltratados, sometidos al hambre y al saqueo institucionalizado y por los esfuerzos continuados de todos ustedes para recuperar la patria que nos vio nacer, para devolverla a su esplendor y lanzarla a un futuro promisorio, como país único en el mundo.
Queremos decirles que con esta propuesta les estamos dando una última oportunidad a los políticos venezolanos. Para que hagan su parte, como en la fábula del colibrí.
Pero si no lo hacen, preparémonos para el plan B, de plebiscito para elegir un gobierno en el exilio, en coordinación con la resistencia interna y el plan C, de insurrección militar y popular, con un nuevo liderazgo político. No cejaremos en nuestro empeño de recuperar a Venezuela, nuestra madre abandonada, por tantas corruptelas, tantos intereses mezquinos.
Será nuestro aporte al mundo también, pues a pesar de que hemos padecido cosas que jamás deben ocurrir en adelante en ningún lugar del mundo, hemos también protagonizado gestas históricas ejemplares para estándares mundiales, como la Consulta del 16J. Que ahora queremos profundizar y generalizar convirtiéndola en elección.
Abajo anexamos nuestra propuesta para quienes todavía no la conocen, a ver qué les parece, en la que ustedes son los protagonistas principales. Se lo merecen por derecho. Pero también por su tesón y su espíritu del colibrí, que ha luchado incluso contra corriente para “hacer su parte”, trayendo las gotas de agua para recuperar nuestro entorno originario, el hogar de todas las plantas, los animales y los ciudadanos venezolanos bien formados y orgullosos de sus playas, sus montañas, sus bosques, nieves, ríos y selvas y sus tepuyes únicos y llenos de riqueza y hermosura natural como ningún país en el mundo. Triunfaremos, más temprano que tarde con toda esta agua y energía, pues con tantos colibríes y con su ejemplo, *gota a gota hace un Tsunami.*
https://www.movimientolibertadores.com/doc/ConsultayCNElegitimoMLPlanBVF.pdf
*Todos somos libertadores*
FUENTE: R/S/W
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