Las iglesias cerraron sus portones le pusieron precio a los temores
En la esperanza, los sueños se transformaron el culebrones fotovoltaicos cuyo final inconcebible no tiene fecha
Telenovelas para pasar el tiempo sin darnos cuenta que el tiempo pasa despiadado e inapelable
A la lengua, el sonido y el don de la palabra la transformaron en sordos diálogos con ecos sin sentido, repetitivas estrofas de sonetos cuya melodía mutó en bulla, sonidos cacofónicos y ensordecedores.
La libertad perdió sus alas y sus plumas se llenaron de pesados plomos, por voluntad divina o por ignorancia humana.
Será que algún Dios de nuestro Olimpo, enfurecido perdió como nosotros, su misericordia y su perdón.
La ética y la moral se lanzaron a la abismo en la desesperación frustrante de no encontrar el camino, el andar se hizo tedioso e infinidades de óbices obstaculizaron el andar;
diría demasiados, infinitos e incontables.
Sin palas ni remolque no pudieron continuar en las andanzas, demasiado pregonar ensordecido
Rebaños pastorales cuya misión de pensamiento jurado y comprometido, lo fundió en un ejército cabizbajo y desarmado, conscientes de su propia inexistencia,
Sistema subjetivo del deseo oscilante,
Resaca subterránea de lo inarticulado cuyo Humanismo dicotómico y binario sólo lo condujo a la confesión de la culpabilidad de lo inestable.
Víctimas de su propio yo
Adiós al equilibrio y a la justicia
Hemos envejecido más por el abandono, que por los años.
Prejuicio de victorias desplomadas y de ídolos decadentes
Sin honor y sin clemencia,
grito herido y desalmado
de un trovador perdidamente enamorado,
Del vacío,
De la nada.
Siempre ha sido así y
así será para siempre;
hasta que el hombre una el juicio y el sentimiento.
Entendimiento que lo conduzca al escape de su propia paranoia.
Eva desnuda y lacerante con cuerpo de serpiente, palabras complicadas que confunden la sencillez del su sentido.
Arq. Laura Bolla
Octubre 2020
Maracaibo