(Por: Ing. José Contreras Pte del Movimiento de Salvación Nacional MSN-VENEZUELA y MSN-INTERNACIONAL Humanista y Republicano)..
¿Era un mito El Dorado que con tanto afán perseguían los conquistadores en la zona que riega el Orinoco?
Ante todo, importa saber que El Dorado, que tanto trastornó los cerebros de Berrío, Raleigh, Dracke y Howhins a fines del siglo XVI era, según los historiadores contemporáneos nuestros, "el imperio fabuloso del gran Patití; magnífica residencia de Manoa, con sus palacios cubiertos de placas macizas de oro puro y circundado por un lago en cuyas aguas se reflejaba el esplendor de la ciudad famosa".
Esta no era, no podía ser la tradición verdadera, recogida por aventureros, de los inocentes labios de los guaraúnos habitadores del Delta del Orinoco, con quienes primero se pusieron en comunicación.
La sola frase "palacios con placas macizas de oro" revela que esa tradición fué adulterada por la inventiva europea, ya porque no concibiesen esplendores fabulosos sin el complemento del arte arquitectónico, obra para mejor despertar en el Viejo Mundo, la codicia de los que contribuían con sus recursos a armar las expediciones en busca de ese Dorado; pues ante aquellas selvas vírgenes y ante aquellos seres semidesnudos, era imposible creer en la existencia de tales palacios.
Pero en cambio de esa modificación, ¡ cuánto disminuía el verdadero mérito de la tradición indígena!..
Creando la fábula de los palacios encantados, los aventureros reducían a uno el lago esplendente donde se reflejaba la mágica ciudad de oro; mientras que la tradición verdadera, con ser mucho más sencilla, era sin embargo mucho más rica, a la par que mucho más probable.
He aquí esa tradición primitiva que aún conservan sin alteración los guaicas del Cuyuní:
"En el imperio de nuestro Cacique Patití había muchos Lagos de oro puro, brillantes como el sol, y que hacían cerrar los ojos al mirarlos".
¿No era mucho más halagadora esta sencilla tradición indígena que el único lago inventado por los aventureros?
¿No era más probable el yacimiento de esos lechos de oro en el desierto, que la existencia de palacios auríferos en el mismo?
*Consideramos que las tradiciones no son sino las verdades de la historia, adornadas por la fantasía popular*. Todo sueño de la imaginación se apoya en la base real y positiva; y si se tiene en cuenta que la fantasía de aquéllos primitivos habitadores del Delta era demasiado sencilla para la inventiva de la fábula, la posibilidad de la existencia de El Dorado, por ellos anunciada, crecía en la misma proporción de lo fantástico de la leyenda, pues lógico era suponer que aquellos entendimientos estrechos no podían crear tan halagadora mentira.
Y en efecto, no la habían creado. Esa tradición nada tenía de fantástica: *El Dorado existió con todo el codiciado esplendor con que lo anunciaban los guaraúnos del Delta del Orinoco, según la tradición llegada hasta ellos desde sus más remotos antepasados.
¡Riquezas extraordinarias que sólo bastaba inclinarse para recogerlas!
Decíamos que existió y hemos dicho mal: El Dorado existe hoy, lo mismo que en los tiempos primitivos, con toda su halagadora realidad sólo que al presente le cubre un velo de que carecía en los tiempos seculares de su aparición.
Pero hoy seguro estoy que los designios de lo Alto no eran, no podían ser, prodigar tesoros para que cayeran en manos mercenarias y aventureras criminales y delincuenciales, hasta incluso llegar a desplazar a nuestros aborígenes autóctonos de la región. Llegar a la inventiva de un desastre jurídico creado por el gobierno del innombrable Hugo Chávez y el usurpador y prófugo de la justicia Nicolás Maduro (esté último a través de un decreto de fecha 24 de febrero del 2016, y publicado en la G.O.N N° 40.855, bajo el nefasto decreto 2.248). Ese plan minero que condenó al Embalse del Gurí a un eminente colapso y el sacrificio de los bosques de Imataca; sino que el usurpador Nicolás Maduro empeñó y entregó un Aproximado de 112.000 Km2 de superficie es Arco Minero del Orinoco el cual está conformado por cuatro zonas: Guanay, la Paragua, el Caura, la cuenca del río Caroní y la Sierra de Imataca.
Esta zona está comprendida por una estratégica área ecológica al norte del Estado Bolívar e incluye una parte del Amazonas y otra del Del Amacuro.
La cuenca del Gurí es una fuente inagotable de agua dulce y provee un poco más del 65% de la hidroeléctrica que alimenta a la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, la cuarta más grande del mundo.
Las reservas de oro son de un poco más de 7mil toneladas que tenemos en el Arco Minero (somos el 2do país con mayores reservas del Mundo).
Finalmente mis Connacionales para la reflexión:
"El Arco es en estos momentos un atentado contra el país y las generaciones futuras, la muerte para el ambiente y los pueblos indígenas de la zona, como la contaminación del río Orinoco".
Este ecosidio se está convirtiendo el más grande cometido en la América Latina y cuidado sino en el mundo, pero a su vez un atroz genocidio que lo convierte en un delito pluripersonal que es y debe considerarse como un delito de lesa humanidad cometidos contra el pueblo venezolano por ser todos dueños y herederos de esa zona estratégica.
No podemos, ni debemos permitir que esto siga avanzando en manos de estos delincuentes e inhumanos socialistas o comunistas o mejor dicho de estas organizaciones criminales y asaltantes de nuestra amada VENEZUELA.
Desde el Movimiento de Salvación Nacional MSN-VENEZUELA y MSN-INTERNACIONAL Humanista y Republicano seguimos denunciando al mundo y pidiéndole a Dios que despierte la conciencia y el espíritu libertario de los venezolanos de bien amantes de la Libertad y la Justicia.
Viva la Libertad Muera la Tiranía en VENEZUELA y en la América Latina