Es de todos conocidos que a nivel mundial una corriente denominada "Nuevo orden Mundial" promueve la implantación y legislación que apruebe el aborto, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo género. Grandes corporaciones internacionales financian esa iniciativa que atenta contra el derecho fundamental a la vida, contra la dignidad humana y la familia y el designio de Dios.
Venezuela no escapa a ello. En la actual asamblea nacional de ha hecho sentir que se introducirán leyes que van en esta línea. Incluso grupos políticos de otras tendencias han hecho saber que simpatizan sobre todo con el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Lamentablemente, hace unos días, se aprobó en primera discusion la ley de protección al adulto mayor. Uno de cuyos artículos legaliza o aprueba la eutanasia, para lo cual se empleó el eufemismo de " muerte digna".
Por ello me dirijo a ustedes cómo abogados católicos y defensores del derecho a la vida y al respeto a la dignidad humana y la familia rogándoles que manifiesten su opinión contraria según la doctrina de la Iglesia. No hay que buscar la excusa de esperar si hay un pronunciamiento de la Conferencia Episcopal.
Ya se está haciendo. Más aún, obispos. Sacerdotes y grupos de laicos lo están realizando. Pero es necesaria la intervención de los abogados católicos. Se necesita ayudar a tomar conciencia de lo que conlleva la promoción y aprobación de dichas leyes. Es decir, promoción de una cultura de muerte, contraria a la Palabra de Dios y al sentir de la inmensa mayoría de los venezolanos.
En este sentido les hago una propuesta: actuar decididamente. Para ello, además de conocer los proyectos y las leyes aprobadas, manifestar públicamente la oposición a las mismas. Para eso, valerse de las redes sociales. A ello se puede unir estudios relativos sobre la inconveniencia e inmoralidad de dichas leyes. Compartir esas reflexiones por las redes y difundirlas lo más que se pueda. Y contactar a colegas para unirlos a esta campaña en favor de la vida y de la familia. Quienes puedan, en sus parroquias unirse a las actividades que se organicen al respecto, así como a los grupos provida.
La tarea es urgente y no podemos esperar más. Difunde entre tus colegas este mensaje.
No olvidemos lo que nos enseñó San Pablo, que el Señor no nos ha dado Espíritu de timidez sino de valentía y fortaleza.
Espero poder contar contigo.
Dios nos bendice
+MARIO MORONTA R. OBISPO DE SAN CRISTOBAL.