Romanos 14:17-18
Con cuanta fuerza y energia luchamos y nos esforzamos por buscar y conseguir el alimento natural y los bienes terrenales perecederos, muchas veces con un desgaste acelerado de nuestros propios cuerpos y con el envejecimiento prematuro consecuente por no haber aprendido la sabiduria divina o celestial que nos enseña nuestro Padre eterno en las escrituras sagradas, sino por vivir en la que este mundo nos enseña, que es terrenal y diabolica según nos lo enseña el apostol Santiago en su epístola universal cuando dice:
"¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz" . Santiago 3:13-18
Quiza sean pocos o muchos tal vez los que logran entender que el reino de Dios esta establecido acá en la tierra desde que Jesucristo se constituyó en el puente o unico camino para introducirnos en este por medio de la fé en su triunfo victorioso en la cruz del calvario y con su resurrección para estar hoy reinando a la diestra del padre como Rey de reyes y Señor de señores.
Llegar a entender y aceptar que el reino de Dios no consiste en comida ni bebida sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo nos sirve de motivación para inclinarnos más por lo eterno que en lo terrenal o perecedero, ya que el día que nos toque abandonar este cuerpo mortal no nos vamos a llevar nada de lo natural que hallamos logrado, sino que sólo tendremos la oportunidad de ir a la eternidad con Cristo si lo aceptamos como Señor y Salvador o al castigo eterno con el derrotado si lo rechazamos y no lo aceptamos.
Aprendamos a cultivar la sabiduria celestial buscando momento a momento la conexion con el cielo por medio del Espíritu Santo para lograr esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano y vivir llenos del amor de Dios mostrando el fruto del Espiritu desde yá, al estar claros que somos ciudadanos del reino de Dios establecido en la tierra, moviendonos como embajadores de su gobierno, dignos de ser llamados hijos de Dios por mostrar el apego correspondiente a las leyes espirituales y naturales que Él padre en su plena potestad nos dejo en el manual de los manuales, la biblia.
Siempre hay que tener claro que por los frutos nos conoceran. Que el fruto del Espiritu se deje hacer notorio por nuestros hechos y no por las tantas habladurías.
Vivir en paz con Dios y con nosotros mismos hará que donde quiera que estemos, el entorno se llene de luz y de la paz de Cristo con la armonia consecuente que ésta trae.
Buen día. Bendiciones
SHALOM. I.R.R.M.
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