En Colombia las instituciones están de brazo partido luchando en contra de un Petro que busca en ese país hacer lo mismo que logró Chávez en el nuestro: convertir a los poderes públicos en sucursales del crimen, en parapetos de cartón piedra subordinados al jefazo de la banda.
De esa manera, el fiscal colombiano va lento pero seguro tras la cabeza de Petro, luego de que el hijo del presidente «aprendiz de capo» lo encochirara con el pajazo del dinero que recibió para su campaña proveniente del narcotráfico. La misma historia sin fin del otro bandido de Lula Da Silva en Brasil. No se trata de otra serie de Netflix, es la nueva política, con “p” chiquita, de una parte muy importante de la América Latina. El legado de Pablo Escobar y Fidel Castro, que sigue vivito y coleando, sembrando y cosechando al hombre del siglo XXI.
Muy por el contrario, el NARCO-RÉGIMEN en Venezuela, el triunvirato Maduro-Padrino-Diosdado, tiene cerca de 25 años de camino mal andado, pero a favor de sus negocios. Régimen y enchufados se mantienen en el ejercicio diario de desplumar todo aquello que tenga algún valor dentro y fuera de nuestro país; el trabajito de desmantelamiento y destrucción de todas y cada una de las instituciones que alguna vez medio funcionaron con independencia en Venezuela, hay que reconocerlo, ha resultado impecable.
Muy pocas, poquísimas, instituciones venezolanas, se han resistido a la aplanadora de la corrupción, la extorsión, el chantaje y la complicidad en los negocios del imponente y omnipresente ex estado todopoderoso venezolano. Desde hace añales el país está en los bolsillos de unas mafias sin escrúpulos, ni el menor sentido de la venezolanidad, ni la más mínima pizca de sensibilidad humana por un pueblo que se derrama o que pasa las de San Quintín si todavía está adentro, ejerciendo un control completo y absoluto sobre todo lo que se mueve en Venezuela.
Por eso resulta ridículo creer que la cachifa que es la presidente del TSJ ilegal, Gladys Gutiérrez, le haya negado a Delsy Eloína la inhabilitación definitiva a la señora Machado para que no pueda aspirar a lanzarse ni como reina del carnaval de Curiepe o que, por su cuenta, un ladrón de reproductores en los sótanos de Parque Central, el tal Maykel Moreno, llevase a cabo el proceso de extradición desde el Reino de España de Antonio Ledezma a Venezuela.
Todo eso es corte y costura dentro de un reinado de ineficiencia, robos, asesinatos y trampas de todo tipo, que no tienen como explicar la destrucción completa de un país. La total ruina del sistema eléctrico, los salarios en bolívares para pagar todo lo que se consigue en dólares, la judicialización de la protesta sindical y la repetición de docenas de Franklin Brito, esta vez de PDVSA, porque les paguen todo lo que les deben.
Tenemos que terminar de entender que todo esto que suena, que está pasando y que estos malhechores han venido destrozando en toda Venezuela es consecuencia de que el estado y el gobierno han sido asaltados por mafias y malandros de barrios peligrosísimos. De pranes de altísima peligrosidad que se disfrazan de políticos. Pero que no son otra cosa que los jefes de los mismos individuos que estaban haciendo de las suyas allá en Tocorón, en condición de huéspedes de una de las instalaciones “benéficas” de doña Iris Varela. ¡Son la misma cosa!
Por eso: ¡Dios, Venezuela Libre y Cese de la Ocupación!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/la-obra-benefica-de-dona-iris/
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