El destino de la Venezuela libre, soberana y democrática que aspiramos tener está próximo a definirse. El *Primer Gran Impulso* que recibió esta legítima aspiración se concretó el 23 de octubre del 2023, con las primarias, cuando los venezolanos depositaron en María Corina Machado el liderazgo político y electoral de manera abrumadora con un 93% de los votos. De esta manera los venezolanos de todas las tendencias consolidaron un nuevo liderazgo nacional y manifestaron su rotundo rechazo a una casta politiquera que por 25 años les abandonaron y transitaron el cómodo y lucrativo camino de la cohabitación. Evento que obligó al régimen a desplegar todo tipo de obstáculos ilegales para evitar su candidatura a la presidencia de la república y finalmente aceptara al embajador Edmundo González Urrutia, quien el 28 de julio del 2024, propiciara el *Segundo Gran Impulso*; infringiéndole al régimen y su candidato Nicolás Maduro una contundente y penosa derrota electoral de un 68% contra un 30% de los votos (7 a 1), resultado inédito en el país, que aniquilo todo el andamiaje fraudulento e institucional encabezado por el régimen desde el CNE, en su despropósito hegemónico de poder totalitario; resultado que propicio su cierre voluntario desbordado de desprestigio e incredulidad. CNE que en modo alguno puede ser ente rector de un futuro proceso electoral para el 2025, como anuncia el régimen y sus cómplices cohabitadores, al que no acudirán los venezolanos si no es sometido totalmente a un profundo y radical rediseño, donde la nefasta partidocracia no lo siga dolosamente controlando para ponerlo al servicio de sus indignos intereses particulares.
El desconocimiento del régimen al resultado electoral del 28 de julio, configuro *un golpe de estado de facto y de grave desacato a la voluntad soberana de los venezolanos*. La nación y la comunidad internacional democrática, incluidos factores afines al régimen, han condenado tan deleznable posición y aspiran para el 10 de enero próximo, día de toma de posesión del presidente Edmundo González, hayan rectificado tan nefasta conducta. De persistir, sería la concreción del golpe de estado a manos de individuos al margen de la constitución y leyes, *actitud que lesiona el derecho constitucional a la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional,* y avanzar como una seria amenaza a la estabilidad democrática, paz y convivencia de naciones del continente.
El *Tercer Gran Impulso* lo constituye, a mi manera de ver, el reciente y también abrumadora victoria electoral del expresidente Ronald Trump y su partido republicano, que logran el control legislativo en ambas cámaras del Congreso de los Estados Unidos y en la mayoría de los estados de la unión, triunfo que ha generado gran satisfacción en su pueblo y serios temores y pánico en gobernantes y diversos sectores del mundo. Su propuesta de hacer *avanzar la paz a través de la fuerza*, tiene serias implicaciones para la convulsionada realidad geopolítica global. Al frente de esta política internacional ha nombrado como Secretario de Estado al senador Marcos Rubio, ciudadano Americano Cubano, que ha tenido como centro de su actuación política una firme defensa de los intereses de Norte América en el mundo, de la libertad y la democracia en general, como también ser un firme adversario de regímenes totalitarios o dictatoriales, en especial en nuestra américa latina como lo ha señalado reiteradamente respecto a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Esta postura del nuevo gobierno republicano, ha generado también en nuestro país mucha alegría, expectativas y esperanza entre quienes aspiramos tener un país libre, soberano, justo, democrático y próspero; mucha incertidumbre en quienes hasta ahora trepan entre el bien y el mal beneficiándose de ello, llámeseles alacranes, enchufados, cohabitadores, chavistas desplazados del desgobierno por ellos iniciado, sectores empresariales y de los medios; miedo y pavor en la cúpula y operadores del régimen dentro y fuera de los diferentes niveles del desgobierno, sectores de la élite de la FANB gobernante, principal sostén del régimen, testaferros, coloniaje invasor, narcotraficantes, trata de personas, etc. y una minoría de apoyo popular muy inferior a la alcanzada el pasado 28J, donde la mayoría fueron a votar por Nicolás Maduro coaccionados.
El zarpazo a la voluntad popular por parte del régimen sigue siendo ampliamente condenado por gobiernos y organizaciones internacionales multilaterales, sumándose los apoyos, alianzas y respaldos efectivos al respeto de la voluntad popular a concretarse a partir del 10 de enero. Las democracias de américa, del mundo, sus verdaderos líderes, entienden su deber fundamental de defenderla; de no ser así, está condenada a su fracaso como sistema de gobierno soportado en la voluntad popular de sus naciones, de sus pueblos depositarios originarios de la soberanía y fuente de las leyes, esencia de su vigencia.
De las declaraciones recientes de los principales colaboradores del presidente Trump, se desprende el firme y efectivo propósito de su gobierno de ir en contra estos regímenes dictatoriales en América; y además, en el caso concreto de Venezuela, la determinación reiterada de hacer respetar la voluntad soberana del pueblo de Venezuela expresada el 28J. como accionar a la brevedad de manera precisa y efectiva, todos los mecanismos legítimos disponibles que pongan fin al impune accionar de quienes nacional e internacionalmente han confabulado sus más deleznables intereses tiránicos y depredadores contra Venezuela. Toda esta postura da un *Cuarto Gran Impulso* de alianza cierta y muy importante al objetivo común y superior a la acción libertaria nacional.
Siendo esto significativamente oportuno e importante y ante la posición ilegitima del régimen de juramentar a Nicolás Maduro el 10 de enero próximo, obligante es a los venezolanos tener claro, dentro y fuera del país y sin renunciar a la histórica, digna y ejemplar jornada electoral del 28 de julio de defensa y fe en Venezuela y sus instituciones, de cuál ha de ser el accionar de todos por la nación a rescatar y reconstruir. El 10 de enero es una fecha emblemática para la nación y su futuro. Varios son los escenarios respecto a la juramentación presidencial; donde, de no producirse antes una situación sobrevenida que determine quién sea el presidente, el 10 de enero habrá uno o dos presidentes. Lo que si es cierto para los venezolanos es que cualquiera sea la resultante, el destino será el mismo para todos. En cualquier escenario posible se impone luchar nacional como internacionalmente, a riesgo de perder nuestro país, bien para rescatar la libertad y la democracia de su secuestro y usurpación, *o para fortalecer y reconstruir la nación mediante un profundo y radical gran cambio en toda su estructura política, administrativa y constitucional.* ¿De qué manera racional, adecuada, oportuna y efectiva hacerlo?, ¿Con que herramientas constitucionales e institucionales hacerlo?. ¿Como incorporar eficazmente todas las regiones al imperioso y necesario desarrollo regional y nacional?, ¿De qué fuentes de recursos sostenibles disponer para atender efectivamente el deslave económico y social producido, mientras urgidos se avanza en la reconstrucción nacional?, ¿Cual debe ser nuestro libre, soberano y autónomo posicionamiento internacional?; en fin, tener un país donde no puede tener lugar la improvisación, la ineptitud, la partidocracia, o padecer de la aventura de ávidos aspirantes del poder obtenido bajo el engaño del mesiánico discurso populista solucionador de las precarias necesidades de los pueblos.
Este accionar debe ser antecedido de un planteamiento que defina de manera concreta, seria y responsable, cual es la ayuda legitima y efectiva a implementar y ejecutar de manera concertada que desde ya debe plantearse a la nueva administración Trump, a gobiernos y organizaciones amigas a través de la autorizada vocería nacional de María Corina Machado como líder política y electoral fundamental del país y del liderazgo institucional representado por Edmundo González Urrutia, presidente de los Venezolanos, en el entendido que la disposición de un apoyo de la comunidad internacional a nuestro propósito así lo requiere y pasa primero por su requerimiento de saber de qué manera, forma concreta deseamos de su apoyo solidario efectivo. De modo que para esto se debe acudir al aporte de venezolanos de meritoria trayectoria profesional, reconocida experticia al servicio de la nación y poner de lado a quienes hasta ahora han integrado comisiones de la partidocracia, signadas por ignorancia y complacencia cómplice con el régimen, absolutamente fracasadas, sin visión de estado acorde al interés nacional, sin legitimidad ni representación alguna. Integradas por representantes incondicionales de “lideres” carentes de partidos y apoyo popular, soporte del régimen por 25 años. Reconocidos cuando en situaciones como la actual salen de sus sitios de confort, para empezar con su falsa predica de diálogo, acuerdos entre las partes para una vez mas ser parte de ellos. Viven de eso.
Estos cuatro grandes impulsos, de profundo contenido de voluntad popular, político y democrático, coincidentes entre Venezuela y los Estados Unidos, representan la valiosa e impostergable oportunidad, deber y derecho de ser libres, de de rescatar y reconstruir nuestra nación, de romper las cadenas de la opresión, de la vida de subsistencia extrema, de la privación injusta de la justicia y libertad, del destierro y migración, de la ignorancia política y cómplice, de radicalismos dogmáticos violadores de los DDHH, de la corrupción y narcotráfico, de la quiebra de valores y principios, de los promotores de las agendas genocidas y totalitarias. Todos enemigos de la libertad y del género humano.
luis granados
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FUENTE: >>https://luisfgranadosm.wordpress.com/2024/11/15/el-gran-impulso/
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