viernes, febrero 21, 2025

Lidiar con la incertidumbre

Por Antonio José Monagas.

En principio, vale manifestar que las líneas que dan sentido a esta temática, no derivan de alguna vocación apasionada o beligerante. Contrariamente, se inclina a desenredar viejas diatribas que, al errar en su tránsito por la ruta de la praxis social, evidencian un manejo arbitrario, poco convencional, de realidades relegadas por ser tratadas al margen de valores políticos y morales.  

Son esos valores, los que al final de todo, proveen de arte y técnica al ejercicio de la política y del gobierno, indistintamente del lugar y tiempo que ocurren los hechos. Además,  a soslayo de la ideología que suscriben los hechos que acusan los problemas que afectan realidades o situaciones en la lupa del análisis.  

De nada sirve alejarse de la realidad viva y actual, para intentar revisar la situación-problema desde una perspectiva imaginaria, pues su revisión hará ver más dudas de las advertidas. 

La historia ante el análisis político
Para completar la tarea trazada, no podría soslayarse la asistencia de la  historia política contemporánea en su intención de dar cuenta de aquellos problemas que acontecen en la cotidianidad del ser humano, como protagonista de los problemas que terminan afectando al ejercicio de la política. Por tanto, deberá entenderse y aceptar la delicadeza y discrecionalidad de la historia, por lo que no se arriesga a sacrificar verdades expuestas por la pluma del historiador. 

Acá vale tomar en cuenta la reflexión del francés Charle Delessert cuando refirió que “cada historiador cuenta su propia historia”. Quizás otros, podrían decir que cada historiador aprecia el pasado a su modo y parecer, no obstante, estas consideraciones podrían pautar la razón para deducir que cada sistema político busca montar la historia que mejor se ajuste a sus intereses y necesidades. 

Sin embargo, lo que por ahora importa es fijar un retrato de aquellas realidades que mejor cuadran con la necesidad de desafiar la incertidumbre, que al ser el ámbito de penumbra por el cual transita toda decisión que apunte a superar toda meta anteladamente fijada, es crudamente exigente.

El aporte de Weber
El sociólogo alemán Max Weber, logró dar cuenta de que todas las acciones humanas (éticamente orientadas) refieren dos formas de moral: 1) La de exponerla con base en la convicción y 2) La de mostrarla desde la responsabilidad(Véase en “Economía y Sociedad”, de Max Weber). Tan interesante formulación permite advertir cómo actúa el ser humano toda vez que enfrenta situaciones inciertas. Justo por ello, puede examinarse a plenitud la actitud ciudadana, aún por encima de cualquier sacrificio que llegue a confrontar. Sólo así, puede validarse su moralidad y sentido ético en el fragor de la incertidumbre. 

El postulado de Weber no ha dejado de utilizarse. Por consiguiente, puede definir el rango de ciudadanía desde el cual busca ampararse y así, no demostrar la integridad que pretende asomar y resguardar. Más, cuando ese ser humano investido de ciudadano, se moviliza en los predios de la política. 

Nuevas realidades en escena
Es posible que algunas pretensiones asumidas con el auxilio de la política, no superen la barrera de la verdad, más, si está asistida por la sinceridad y la honestidad. Sin embargo, el problema principal no es ese. Es, cuando a falta de pruebas, ese ciudadano opta por escurrirse a través de las fronteras erigidas por la situación en pugna, la política equivocadamente concebida y peor aún, ejercida, 

La distancia moral nunca podrá escudarse en las sombras de la incertidumbre, particularmente, cuando la política se ve equivocadamente concebida y peor aún, ejercida. 

Ni siquiera por mal definida que pueda estar la incertidumbre, no dejará de ser la vía expedita para dar con la verdad o exactitud de cualquier problema de rango político, social o cultural.

Los problemas de un ejercicio mal concebido de la política, por efecto de la gravedad política caen en el ámbito de la incertidumbre. Además que cuentan con un índice de rescate bastante bajo. De ahí que muchos problemas políticos no salen airosos de la oscuridad en la que se sostiene la incertidumbre. Lo cual sucede toda vez que las decisiones que pudieron servir para el resarcimiento o restitución  de alguna situación política cuestionada, podrían comportarse de modo repulsivo dada la contradicciones que obran sus elementos.

A manera de conclusión
Mucho se ha hablado del desprestigio de una clase política que dejó pasar “frente a sus narices” la oportunidad de reconfortar la democracia como sistema político consolidado. Fue esa la razón que permitió que la antipolítica adquiriera la fuerza necesaria que la llevó a cuajar cuadros políticos que despotricaran de los partidos políticos, por ende, de la democracia. Y que sirvió como oportunidad para desvirtuar preceptos de la teoría política que fundamentaron la construcción de naciones alrededor del mundo. 

De todo ello queda un halo de peligro -en potencia- que podría afectar más aún el bienestar de la ciudadanía y el futuro del sistema político (democrático). Aún así, seguirá valiendo  todo esfuerzo dirigido a lidiar con la incertidumbre. 

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FUENTE: >>https://storage.googleapis.com/qurium/efectococuyo.com/opinion-lidiar-con-la-incertidumbre.html

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