Y, evento tras evento, el régimen siempre hace las trampas que sean y consigue mantenerse invicto en el poder; de paso disfrazándose de demócratas. Unos individuos que, por su parte, solo pueden mostrar como únicos logros, luego de casi una generación haciendo lo que han querido con Venezuela y con los venezolanos, nada que no sea haber saqueado todos los bienes públicos y privados que se les hayan atravesado por el camino.
Esa es la gente que, supuestamente, ha ganado una y todas las veces cualquier contienda electoral que mida su capacidad de respuesta social. O sea, según ellos, ¡somos un pueblo de masoquistas mentecatos! Así, ¡sencillito! ¡Y es que del lado de las cucarachas del siglo XXI no hay nada más que hurto, peculado, robo de lo privado y tumbe de todo lo público!
Ah, y de paso: discursos, habladeras, amenazas, echarle la culpa de su incompetencia y completa inutilidad para producir algo de bien común a cualquiera que a sus chulos de La Habana se les ocurra que deban señalar.
Ya sabemos: las conspiraciones de las iguanas que tienen destruido el sistema eléctrico. Las sanciones que tienen a los hospitales sin médicos, enfermeras, medicinas y equipos. Y así sume y siga… ¡Saquen la cuenta: casi tres décadas han sido más que suficientes para acabar con lo que una vez fue un país próspero! Porque aquello no es una simple dictadura que hace, cambia, transforma, moderniza, como la que vivió el país en el era de Pérez Jiménez.
Tremenda dictadura, pero que construyó de arriba hasta abajo a todo un país.
Muy por el contrario, esos carajos solo rompen, joden, destruyen y roban todo lo tenga algún valor. ¡No aportan ni construyen nada! Son malandros, inútiles totalmente para hacer algo bueno; por pequeño que eso sea.
Por el lado contrario al régimen, la oposición en Venezuela lleva igual número de años diciendo que hace que va a hacer, para nunca llegar a ningún lado. ¿Me equivoco?
También la oposición tiene baúles y baúles llenos de discursos y excusas para explicar su múltiples fracasos. Nos han jodido con las máquinas; y nunca han sido lo suficientemente potentes como para revertir las trampas en favor de la verdad.
Nos han mandado a bailar salsa, después de una de las tantas trampas electorales en las cuales nos han hecho caer, con el cuento idiota de que lo hacían por nuestro bien. Y la última: un estúpido que, cargando con el 75% del rechazo de todo un país en contra del régimen, toma la decisión de no hacer buenos los votos de toda la Venezuela del 28 de julio pasado; porque el señor es muy respetuoso y no quiere hacerle el feo a los delincuentes del gobierno de España, que le confirieron la condición de protegido de ese reino.
Poco importa que desde el rey de la baraja hasta el último de los banqueros de Madrid y Valencia resulten ser uña y sucio con «Delcy Heroína», Maduro y el resto de los hampones de Caracas. Porque el señor decidió que hasta que no estén dadas todas las condiciones de laboratorio dentro del país, él no se juramenta; se queda con el cargo vitalicio de “presidente democráticamente electo por el 75% de toda Venezuela” hasta que la rana eche pelos.
Total que desde hace muchos años Venezuela continúa atrapada. De no ser así no se habría largado del país casi que un tercio, ¡un tercio!, de su población humana. Y, mientras toda esta historia ha pasado en frente de nuestras narices y nos hemos hecho viejos, Venezuela, su gente, vive dentro de un país inmensamente rico en recursos, con un pueblo cada vez más y más empobrecido.
Y la miseria colectiva, la destrucción total de la capacidad del venezolano común y corriente para comer, comprar cosas, poder asistirse de una seguridad hospitalaria que le resuelva aunque sea un ojo morado, hace años que dejó de existir.
Esa Venezuela pata en el suelo; esa Venezuela hecha aliño por un régimen de hampones de barrio, tiene que esperar pacientemente a que a alguien se le ocurra un plan secreto y se deshaga de unos carajos que cada día que pasa están más ricos a punta de lo ajeno y más gordos comiéndose lo que debe ser de todo el país. ¡Eso sí que no tiene sentido!
Claro que hay que sacar a patadas a todos esos malandros del poder. ¡Desde luego que sí!
¡Chico, pero la gente no puede seguir esperando a que ocurra un milagro para volver a comer las tres veces, mandar a sus muchachos al colegio y tener luz en sus casas!
Por eso, el sentido real de la pelea en contra del régimen ya no puede ser exclusivamente político. A Venezuela le sale una pelea también por lo económico. Por los salarios. Por las pensiones y jubilaciones indexadas. Por un sistema de salud que funcione. Esa es la agenda de la Resistencia. Esa es la naturaleza de la crisis que hay que hacerle explotar al régimen en la cara.
¡Las terribles e inaceptables condiciones de vida que lleva el venezolano son más que suficientes para que 22 millones de personas se levanten arrechas en nombre de sus estómagos! Ni las rabietas de María Corina, ni las idioteces de Edmundo tumbarán al régimen.
El régimen se cae cuando un país, sin importar de donde venga, salga a la calle a exigir sueldos en dólares. Pensiones y jubilaciones que resulten capaces de pagar algo más que un paquete de Galletas María. Venezuela sale de estos malnacidos en una parada guapa, exigiéndole al régimen la recuperación de su extinta calidad de vida.
Déjanos saber tu opinión en los comentarios más abajo y no olvides suscribirte para recibir más contenido sobre noticias
FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/no-hay-de-otra/
Si quieres recibir en tu celular esta y otras noticias de Venezuela y el mundo, descarga Telegram, ingresa al link Https://t.me/NoticiaSigatokaVenezuela.
REDES: Twitter: @SigatokaNegra1 ; Instagram: @sigatokanegra ; Canal Telegram: @NoticiaSigatokaVenezuela ; Email: sigatoka.negra@yandex.com ; Tumblr: sigatokanegra
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR EMITIR TU OPINIÓN
Todos los contenidos publicados en este sitio web son propiedad de sus respectivos autores. Al utilizar este sitio web afirmas tu aceptación sobre las Condiciones de uso, la Política de privacidad, uso de cookies y el Deslinde de responsabilidades legales.