El dia de ayer, 14 de abril de 2025, han quedado finalmente planteadas entre Estados Unidos y Venezuela, las cartas que regularán las relaciones por los próximos meses o años.
Ese día, desde el Salón Oval y en compañía de ese adalid protector de los derechos humanos y el debido proceso que es el presidente Bukele, anunció el señor presidente Trump que, como consecuencia de las medidas por el adoptadas, que cerraban a la administración del señor Maduro el flujo de recursos económicos, este ya sabía que hacer.
Seguro estoy que la administración americana está consciente que, en Caracas, no harán lo que pretenden -apartarse del poder- lo que lleva a los dos escenarios internos posibles, el primero que la medida impacte, aún más, a quienes viven en Venezuela y como consecuencia de ello se produzca una reacción interna que trate de generar el cambio, con daños colaterales inclusive -ni más faltaba- y la segunda que, aún a pesar de eso, si es que se produce, el señor Maduro y sus acompañantes se mantengan en el poder.
No desarrollaré el primero de los escenarios pues dejo a cada lector sus implicaciones tanto presentes como futuras, respecto del liderazgo que las mismas promovió. Pensemos en las segundas, no solo a lo interno sino también, respecto de quien promovió la decisión.
Si la administración Maduro logra superar la apuesta americana y alguna experiencia tiene al respecto, tres grandes perdedores habrán consecuencia de ello, en primer lugar la administración Trump, en cabeza del señor Rubio por proponer la estrategia, pues el será el responsable y así lo anunciará mr. Trump; en segundo lugar el liderazgo venezolano promotor de la máxima presion y por último -y el orden de los factores no alterará el.producto- los venezolanos, víctimas de la incapacidad política general.
La medida americana será el argumento perfecto, hoy más que nunca, para justificar carencias, no importa que ellas no afecten a la nomenklatura. Ya lo hicieron con sanciones y ahora lo harán con privaciones absolutas las que, por cierto, ya nadie podrá aducir que son personalizadas. Ahora si, indudablemente, son generalizadas y tienen como destino uno solo, el país.
Tiempos mucho mas oscuros que el presente, se ciernen sobre Venezuela y los venezolanos. La incapacidad política, nacional e internacional, para afrontar la situación en la cual nos metimos en diciembre de 1998, así lo evidencia.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
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FUENTE: >>Gonzalo Oliveros Navarro
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