Cada vez se acerca más el momento de entrar en vigor las nuevas acciones de política comercial de este país en forma de aranceles.
Lo que originalmente se había entendido como un plan para disuadir a aquellos países que, por una u otra razón están involucrados en el tráfico del fentanilo y de la migración humana como industria, ahora es otra cosa.
La batería de aranceles que entrarán en vigencia en las aduanas de este país a partir de los primeros días del mes que entra, tienen más cara de ser unas potentes armas de tipo comercial, cuyo alcance se pasea desde la protección a la industria norteamericana, hasta el castigo comercial por mantener fuertes lazos de negocios con la China del Partido Comunista de los Trabajadores.
Y, como siempre, las sardinas en el medio de los grandes predadores, listas para ser enlatadas y comidas. Primero los venezolanos.
Hombres, mujeres y niños con también tiempo marcado para salir de este país. Todos aquellos a quienes se les han revocado los recursos de protección migratoria, como con los aranceles, ya están colocados en listas.
Y para Venezuela, con el régimen de Maduro, un extraño estatus de incierta tolerancia es lo poco que se mira. Pues lo único que tenemos claro es que se le exige a las empresas que le roban los hidrocarburos al país encompinchadas con el régimen, suspendan lo que están haciendo. Dejen de ser cómplices en quitarle a los venezolanos lo que les pertenece, a menos que quieran exponer a los productos que exportan sus países de origen a Estados Unidos a un castigo del 25% de aranceles.
Y en el cuanto a la CHEVRON, todo indica que continúa sirviendo como socio industrial a la dictadura del colombiano. Mantienen su “patente de corso” siempre y cuando todo lo robado, tanto el crudo como el gas de los venezolanos, termine en los puertos de este país.
O sea, como James Bond: ¡con licencia para matar! Así parecen estar las cosas.
Por otro lado, mientras esos acontecimientos están en macha, el sindicalista petrolero Iván Freítez denuncia que el buque Cristina o Cuba-petróleo, está cargando en uno de los terminales de la refinería de Cardón, estado Falcon, 100 mil barriles de Jet TA1 combustible para aviones. Por lo visto, los capos Maduro y Díaz-Canel sí tienen licencia frente a los aranceles del presidente Trump.
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