La Venezuela profunda se lanzó a las calles, a las autopistas, a las carreteras, a trancar los puentes y todas las avenidas del país con la única intención de cobrar el triunfo de más del 75% de los votos de un país bien arrecho por la vida de mierda que unos poquitos le obligan a llevar a tantos.
Unos votos que, la noche anterior, a un grupo de desgraciados les dio por cambiar a favor de ellos mismos. Y así, con los cojones que no tuvo Edmundo González Urrutia, quien salió corriendo a esconderse en la casa del hampón del embajador del reino de España, Venezuela sí que salió a cobrar lo que era, lo que es y lo que siempre será suyo: ¡su dignidad!, como siempre, como siempre ha hecho Venezuela desde que el mundo es mundo y empezamos a ser un país, Venezuela otra vez dio la cara.
Y, como ya es costumbre, los que siempre cuentan con planes super secretos que solo ellos se creen, tuvieron las santas bolas de pedirle al pueblo que se calmara. Que la gente no se desbordará. Que confiara en la potente acción internacional de los países amigos, que no iban a dejar pasar otra vez la trampa del régimen tramposo.
Que tuviese fe en la Comunidad de Cómplices Europeos, en los gobiernos del Brasil, de Colombia y de Panamá. Que todos ellos harían valer, que harían buenos, los votos de un pueblo que salió ese domingo de sus casas con las manos peladas en contra de una dictadura asistida y armada hasta los dientes, con la profunda fe y convicción que sí se podría cobrar esta vez.
Y lo único que recibió por su valor el pueblo venezolano resultó ser más persecución, más cárcel, más desapariciones y más crímenes inventados por un régimen que parece tener más amigos de los que uno es capaz de creer. Y digo yo: ¿Será que, aparte de las declaraciones bien bonitas hechas por YouTube, alguna familia, alguna de las madres o de las hermanas, o de las esposas de los tantos muchachos y no tan muchachos que todavía continúan presos después de esa jornada, habrá recibido algún tipo de apoyo por parte de nuestros salvadores que recibieron grandes sumas de dólares para la campaña electoral.
¿Esos salvadores que no han logrado salvar ni a su propia gente pasando penurias en la Casa del Embajador de la Argentina en Caracas, les estarán tendiendo la mano a esa pobre gente?
¡Ojalá y sea así!
¡Porque aún quedan casi mil personas que tuvieron los cojones de salir a cobrar, como tantas veces se dijo; los hicieron presos y ahora están bien solos en las manos de esos rufianes!
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/el-pueblo-salio-a-cobrar/
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