Frente a frente, sentados ante un tablero de ajedrez, un pulpo de mil brazos juega las blancas. Delante, con las negras, está un mocho drogadicto que pide siempre ayuda para mover sus piezas a lo peor que existe en este mundo. El pulpo, que inició el juego, salió poniendo una colosal flota de guerra en aguas internacionales del Mar Caribe, cerquita de las costas de Venezuela.
Todo nuestro país lo sabe. Venezuela, sola, no puede deshacerse de aquella peste «matagente» que significa el NARCO-RÉGIMEN del siglo XXI. Por años, el mocho drogo ha contado con opositores disfrazados que le han servido para hacerse pasar por demócrata. Así que por casi tres décadas, ambas mafias han trancado el juego de la libertad para Venezuela y para los venezolanos.
Así las cosas, a principios de esta semana que está por terminar, el mocho-droguete monta un “falso positivo” a las puertas de la Embajada norteamericana en Caracas.
Dice que para proteger al territorio diplomático norteamericano en Venezuela, el régimen, en su infinita bondad, ha decidido precintar y llenar de facinerosos el perímetro donde se encuentra la fortaleza que tiene montada Estados Unidos con sede en Valle Arriba, Caracas, Venezuela.
Según el decir del “confiable” Jorge Rodríguez, la ultraderecha venezolana pretendía hacer explotar la sede diplomática norteamericana, para luego echarle el muerto a los “angelitos” del régimen y así que se prendiera el peo. A la cubana: otra voladura del Acorazado Maine en la Bahía de La Habana. Todos saben que María Corina Machado lleva meses al resguardo en la embajada norteamericana de Caracas.
Es por eso por lo que el mensaje de los chantajistas del NARCO-RÉGIMEN de Caracas es claro y directo: “vamos a violar la sede diplomática de Estados Unidos y nos vamos a llevar presa a María Corina si nos siguen fastidiando nuestro negocio en el Mar Caribe y en los laboratorios y pasos territoriales que controla el Cartel de los Soles en el país”.
Un instante temerario, ¡un movimiento de fichas muy arriesgado! Sobre todo cuando, después de la destrucción de la última barca de pescadores de perico, la Casa Blanca dijo, con señas y colores, que van a Venezuela por Maduro, Diosdado, Padrino y compañía, pues deben ser juzgados y dar cuentas de sus fechorías en los tribunales de Estados Unidos por delitos de conspiración, terrorismo y tráfico de drogas con destino a este país. Muy mala jugada, digo, la del mocho. ¡La peor!
Pero, sin embargo es la que mejor se conocen los iraníes y los cubanos con el mismo contrincante, en sus respectivas oportunidades. Y, además, con resultados exitosos que mostrar.
En ambos casos, la “jugada” de aquellos otros rufianes les salió muy bien. Tanto en la “defensa” y “toma” de la embajada norteamericana en Teherán, como con el caso de la Embajada Peruana en La Habana. En ambos eventos nada pudo salir mejor con el mismo movimiento de fichas del ajedrez que le recomiendan que haga al NARCO-RÉGIMEN de Caracas en esta oportunidad.
Para Irán y para Cuba es un asunto de estadística. En su momento ellos salieron de sus tableros con el premio “gordo” debajo de los brazos. Los iraníes recuperaron parte de los fondos que les habían congelado los norteamericanos tras la caída del Sha. Y para pasapalo, hasta le montaron una trifulca para ponerse en las armas que tanto necesitaban para su guerra en contra de Irak.
Le recuerdo: El caso Irán-Contras comenzó igual; todo empezó con la extorsión sobre la embajada norteamericana en Teherán. Y en cuanto a los cubamos: el caso de la embajada del Perú en La Habana les reporto dinero y no se sabe cuántas cosas más. ¡Sus jefes y “hermanos mayores” saben muy bien cómo hacer todo eso! Total, diría Jorge Rodríguez: “a iguales no hay trampas”.
Según la imaginación enferma por tanta droga, el NARCO-RÉGIMEN de Caracas espera iguales o mejores resultados que en los dos casos antes mencionados. Solo han dejado, a mi juicio, varios detalles por fuera de su “brillante” estrategia. Se les pasó evaluar una que otra “cosita” en esta oportunidad.
Primero: ya no estamos en la parte más caliente de la Guerra Fría. China y Rusia, en este momento, saben perfectamente lo que pueden y lo que nos les conviene hacer en el caso venezolano… Y lo otro es que, el pulpo que referimos al principio de este cuento, posee miles de manos.
Donald Trump no es ni prójimo del expresidente Jimmy Carter. Porque, para guinda de la torta, el mencionado pulpo en cuestión, ese con miles de manos, lleva en cada una de ellas un potente y descomunal guante de box que ya lo hemos visto utilizar en otros encuentros, en otros “rines”, golpea como una máquina de escribir de las de antes y en plena cara.
Total que la primera parte de la recuperación de las libertades en Venezuela va a ser resuelta a punta de juegos.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/ajedrez-geopolitico/
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