Me dirijo a ustedes no en un acto de ambición personal, sino en el cumplimiento de un deber sagrado. Nos encontramos en una encrucijada histórica donde alzarnos contra la tiranía no es una elección, sino una obligación moral. Nuestra causa no es un reclamo de poder, sino la defensa de los derechos eternos que pertenecen a toda la humanidad y que nos han sido negados.
Fundamos nuestra lucha en una verdad innegociable: la soberanía reside, única e inalienablemente, en el pueblo. Por lo tanto, afirmo ante ustedes y ante el mundo: en una nación que sabe que la libertad debe defenderse cada día, no hay lugar para el miedo. El miedo es la herramienta del opresor, y nosotros hemos decidido ser libres.
Que se escuche en cada rincón de nuestra amada tierra: la dignidad es el catalizador que unificará
nuestros corazones y mentes. Es la fuerza que nos inspirará a levantarnos desde esta oscura era de opresión con una sola, clara y firme misión inquebrantable: la libertad. Con esta convicción, les presento no un sueño, sino el mapa de nuestro destino.Nuestra Visión: Una Venezuela Renacida en Libertad
Una nación sin visión es una nación a la deriva. Pero nuestra visión es clara, unificada y poderosa. No es una fantasía lejana, sino el destino inevitable que construiremos juntos. Imaginen a Venezuela como el ave fénix renacida de sus cenizas: feroz, radiante e imparable. Una nueva Venezuela, renovada en espíritu y unida en propósito, porque la Tierra de Gracia protegerá nuestros derechos inalienables de futuras tiranías.
Y esta Venezuela renacida se alzará sobre tres pilares inquebrantables, tallados en la piedra de nuestra convicción: ¡Prosperidad para nuestro pueblo! ¡Democracia para nuestra república! ¡Y seguridad para cada familia!
Prosperidad: Regenerar la Economía de un Pueblo Libre
Construiremos nuestro primer pilar sobre la roca de la prosperidad económica. Afirmamos el derecho fundamental a la propiedad privada y nos comprometemos a recuperar lo que fue robado. La propiedad no es el privilegio de una élite, sino la manifestación del trabajo y la creatividad de una vida entera.
Se acabó el tiempo del modelo de intervención estatal que sofoca el espíritu humano. Imaginen un gobierno cuyo único propósito sea desatar el ingenio de su gente. Un gobierno que no impone cadenas, sino que despeja el camino para que florezca una economía libre y competitiva. Devolveremos el poder a los ciudadanos, a los emprendedores, al sector privado. Nuestra ambición es tan grande como nuestro potencial:
- Liberación Económica: Despertaremos una economía capaz de triplicar su fuerza en una década, liberando las empresas estatales de las cadenas de la corrupción y la ineficiencia.
- Soberanía Energética: Convertiremos a Venezuela en el principal centro energético del mundo, devolviendo la explotación de nuestros sectores petrolero y gasífero al ingenio de hombres y mujeres libres.
- Innovación y Liderazgo: Impulsaremos a la próxima generación de líderes en sectores de vanguardia como la agroindustria de alta tecnología, turismo ecológico, fintech, inteligencia artificial, robótica, minerales estratégicos y defensa.
Porque la historia nos ha enseñado una lección irrefutable: «cuando las personas prosperan como consecuencia de su trabajo, todos los demás derechos humanos vienen dados como consecuencia».
Democracia: Restaurar las Libertades Fundamentales
El segundo pilar es la restauración total de nuestras libertades. Estos son los cimientos no negociables de nuestra república:
- Libertad de Expresión: Es la piedra angular de toda libertad. Una Venezuela próspera y justa solo puede existir si cada ciudadano puede hablar sin miedo a la persecución, la censura o la represalia. El progreso depende del libre intercambio de ideas.
- Derecho al Voto: La urna electoral es la defensa del pueblo frente a la opresión. Exigimos que las elecciones vuelvan a ser un símbolo de honor, no de opresión, donde la voluntad del pueblo sea la única voz que se escuche.
- Libertad de Reunión: Proclamamos que las calles son del pueblo. La protesta pacífica no es una amenaza para la nación; al contrario, la fortalece. El renacer de Venezuela comenzará cuando podamos marchar sin temor, ondeando juntos las banderas de la esperanza.
Seguridad: El Deber Sagrado de Proteger al Ciudadano
El tercer pilar es la seguridad. Todo individuo tiene el derecho inalienable a proteger su vida, su familia y su propiedad. Una sociedad democrática no puede existir si sus ciudadanos viven con miedo.
Por ello, emprenderemos una reforma profunda de nuestras fuerzas armadas y policiales. Su propósito sagrado y deber constitucional será, única y exclusivamente, defender al pueblo venezolano y su territorio. La confianza entre el Estado y el ciudadano será restaurada, y la paz volverá a ser la norma en nuestros hogares.
Pero una nación de instituciones fuertes y mercados libres es solo un armazón si no protegemos también la tierra que nos sustenta. La destrucción de nuestra Amazonía es una catástrofe moral que le roba el patrimonio a nuestros hijos. Una Venezuela libre protegerá su tierra y sus riquezas naturales con el mismo fervor con que defenderá a su gente. Y esta casa, fuerte y anclada a su tierra, es solo una casa vacía si su familia no está completa y en paz. Por ello, nuestra visión se ancla en un compromiso sagrado con el alma de nuestra nación: la justicia y el reencuentro.
Nuestro Compromiso: Justicia, Reencuentro y Liderazgo Global
Más allá de las políticas y las estructuras, nuestro proyecto tiene un alma. Se trata de los compromisos morales que garantizan que la nueva Venezuela se construirá sobre cimientos de justicia, humanidad y respeto.
El Retorno a Casa: La Reunificación de la Familia Venezolana
Una de las heridas más dolorosas es la diáspora. Nueve millones de venezolanos se han visto forzados a huir de su propia tierra, dejando atrás todo lo que amaban. Hoy les hago una promesa solemne y directa: Los traeremos de vuelta. Restituiremos su derecho y su libertad de regresar a su tierra natal, porque cada venezolano merece recuperar a su familia, su hogar y su futuro. Y que nadie se equivoque: esos nueve millones de venezolanos —nuestros ingenieros, médicos, emprendedores y trabajadores— no son una carga, sino el motor humano que nos ayudará a triplicar la fuerza de nuestra economía en una década.
Justicia Ineludible: Un Compromiso con la Historia
La paz no puede construirse sobre la impunidad. El clamor de los asesinados, torturados y desaparecidos resuena en nuestra conciencia. El sufrimiento de más de 18.000 presos políticos bajo este régimen es un testimonio brutal de la crueldad que hemos padecido.
Lo decimos con toda la firmeza de nuestra convicción: el régimen criminal debe rendir cuentas. Venezuela solo se levantará plenamente cuando quienes cometieron crímenes de lesa humanidad sean juzgados por la ley y por la historia.
Educación y Futuro: Forjar una Nación de Líderes
Nuestro futuro depende de la mente de nuestros hijos. Las escuelas y universidades de Venezuela deben volver a ser el núcleo de la indagación, el conocimiento y el orgullo. Invertiremos en nuestros educadores, en la tecnología y en la innovación para empoderar a nuestros hijos para que sean una nación de líderes, innovadores y pensadores. Pero esta misión no pertenece solo al Estado; nace en el hogar, porque las familias son la base de toda educación, inculcando los valores y virtudes que forman a ciudadanos honorables.
Con estas promesas, no solo reconstruiremos nuestra casa, sino que nos prepararemos para ocupar el lugar que nos corresponde en el mundo.
El Futuro nos Pertenece
Venezolanos,
Hoy hemos trazado el camino. Un camino impulsado por la dignidad, con la libertad como misión y la prosperidad como resultado. Esta es la nueva Venezuela que emerge de las cenizas, lista para reclamar su destino.
Volveremos a la comunidad de naciones democráticas no como un Estado fallido, sino como un pilar de seguridad democrática y energética en el hemisferio occidental. Seremos un promotor inquebrantable de la libertad en el mundo, porque hemos conocido su precio y valoramos su luz.
La tarea es monumental, pero la voluntad de un pueblo decidido es invencible. Miro sus rostros y no veo víctimas; veo a los arquitectos de una nueva república. Veo la valentía que ha sobrevivido a la oscuridad y la esperanza que se niega a morir.
Levántense conmigo, venezolanos valientes. Levántense por sus familias, por su futuro y por su tierra. Ha llegado la hora de que cada familia venezolana vuelva a estar unida, por siempre, en su propia tierra. Porque estamos en el umbral de una nueva era. Porque el porvenir pertenece a los valientes.
¡Viva Venezuela Libre!
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