Inspirado por Mibelis Acevedo & Fernando Mires.
Observando algunos trabajos de enorme profundidad intelectual, donde destacan los contenidos ideológicos y basamentos filosóficos, que dominan los individuos que me inspiran a hacer este escrito, entiendo que debo expresar mi visión en la dimensión terrenal, utilitaria o pragmática de como yo creo entender estas corrientes políticas, no en base a sus principios y valores que predican, sino a la conducta de quienes se expresan como sus profetas o apóstoles desde el punto de vista político, desviándose a veces de manera muy visible de lo que se dice en los libros y diccionarios políticos.
Introducción:
Fundamentando mi opinión en la experiencia soviética ( 1917-1991), que ha sido olvidada de manera muy conveniente y hasta sospechosa por quienes se denominan de izquierda, progresistas, de avanzada, antiglobalistas, antiimperialistas y otras banderas políticas, han olvidado que prácticamente todos los partidos del mundo nacieron o se alinearon con los intereses nacionales de dicho país. Este le proporcionaba dinero, adiestramiento político y técnico en propaganda, subversión y formación académica donde fuera necesario (Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos Patrice Lumumba, en honor al Primer Ministro de la hoy República Democrática del Congo, que abrió las puertas de su país a técnicos y militares soviéticos en plena Guerra Fría, siendo derrocado por la CIA y arrestado por mercenarios belgas que lo desmembraron en 1961 y apenas en 2022, se pudo recuperar un diente como único recuerdo físico de su existencia).
De esta época es la recordada III Internacional (1919-1943) fundada por Lenin y que tenía una cartilla de 21 condiciones rigurosas para que un partido político se afiliara y que en la práctica se simplificaba al hecho de convertir el movimiento político en un peón del ajedrez geopolítico soviético, como se demostró durante la época de la firma y aplicación del Pacto Molotov-Ribbentrop ( 23 agosto 1939). Como se recordará, el mencionado pacto permitió la división de Polonia con la Alemania Nazi y la ocupación de los Países Bálticos ( Estonia, Letonia y Lituania), más invasiones a Finlandia y Rumania, con la complacencia de los partidos y figuras comunistas a escala global, que veían en el capitalismo un enemigo superior al Fascismo. Apenas Alemania invadió la Unión Soviética en 1941, para que cambiaran el discurso y pasaran entonces a demonizar el fascismo y justificar alianzas con las potencias que llamaban explotadoras de los pueblos, por lo cual el gobierno de Josef Stalin se vio obligado a tener que cerrar nominalmente la Tercera Internacional, para no tener choques con sus aliados militares, consciente de que la IV Internacional fundada por su enemigo político León Troski, no tenía bases realista para amenazarlo seriamente después de sus asesinato por los servicios secretos soviéticos en México.
Terminada la guerra en 1945 comenzó la Guerra Fría, en la cual Stalin continúo manteniendo la dirección estratégica de la definición de que su persona tenía el don de determinar que era revolucionario, avanzada o socialista y al que no le gustara, lo calificaban de agente del Imperio, reformista o pitiyanqui, con la misma saña con la cual Putin califica hoy día de nazis a sus adversarios en Ucrania.
Es necesario reconocer el inmenso valor personal de los políticos europeos y latinoamericanos que lograron crear partidos políticos de izquierda, escapando de la égida del Partido Comunista de la Unión Soviética, destacándose en Venezuela los casos de Rómulo Betancourt y Teodoro Petkoff, lo cual no quiere decir que los partidos no sufrieron influencias internacionales durante este periodo de la propaganda soviética, que en Latinoamérica se filtró y se amplificó de manera colosal, a través de la Revolución Cubana y su líder Fidel Castro, que al igual que Stalin se convirtió es una especie de profeta, casi un semidiós para sus seguidores que se empujaban y agredían para tomarse una foto con el mismo, durante la visita realizada en 1989 a Caracas, por el inicio del segundo periodo presidencial de Carlos Andrés Pérez.
Comprender este protagonismo histórico, es fundamental para la comprensión porque la caída del Muro de Berlin y la desaparición del Bloque soviético no derivó en la destrucción del socialismo inspirado en la cultura soviética y sus ramas en los países en vías de desarrollo, puesto que el protagonismo político e ideológico pasó de Moscú a La Habana, que asumió hábilmente dichas banderas y en 1990 logran la creación del Foro de Sao Paulo, que disfrazó el discurso tradicional y se olvidó de la experiencia soviética modernizando el discurso político, con elementos nuevos como la defensa del ambiente, de la sexodiversidad, de la Mujer, entre otros, lo que le permitió en plena década de ideas neoliberales conseguir el apoyo comercial y financiero de países europeos y la neutralidad de la Administración Clinton, que no tenía ningún interés político en finiquitar al gobierno cubano, lo cual le permitió sobrevivir hasta la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela en 1999.
Es en este punto histórico, con los recursos financieros de la industria petrolera de Venezuela, que se relanzan todos los partidos políticos de izquierda revolucionarios, que jamás habrían llegado al poder, sin el apoyo logístico-financiero de Caracas y la asesoría y adiestramiento político y administrativo del gobierno de Cuba.
Su mayor éxito fue la Cumbre de Mar del Plata (2005), donde Argentina, Brasil y Venezuela mataron la iniciativa de una zona de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y sacaron a Latinoamérica y el Caribe de la Agenda de prioridades de la política estadounidense hasta oficialmente el mes pasado, cuando se oficializó la Estrategia de Seguridad Nacional de la Administración Trump que coloca al denominado Hemisferio Occidental como la primera área de importancia estratégica a nivel internacional.
Demás está decir que durante los últimos 35 años se ha librado en todo el Planeta una Guerra Cultural masiva, donde especialmente por la producción fílmica de Hollywood, las denominadas ideas progresistas han penetrado a través de la globalización, hacia otras latitudes, con claras excepciones de los países musulmanes y los gobiernos autoritarios de China y Rusia, donde el Partido Comunista Chino es muy diferente a lo que predicaba su fundador Mao Zedong, por lo cual las definiciones políticas de izquierda en el siglo 21 pasan por definiciones culturales que no reconocen sus raíces históricas, en una especie de "amnesia selectiva", si se le puede denominar de esta forma.
En los actuales momentos, en los cuales los gobiernos de China, Rusia, India, Estados Unidos y otras potencias regionales expresan un retorno a las ideas tradicionales y nacionalistas, se hace muy difícil para los defensores de las tesis socialistas defender sus puntos de vista fuera de Europa y cada vez en menos países de América Latina, por lo que de no ocurrir un retorno rápido del Partido Demócrata al Gobierno Federal en Estados Unidos, es posible un retroceso notable de las ideas de izquierda a nivel internacional de forma muy notable.
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FUENTE: >>https://www.elnacional.com/2025/12/derecha-e-izquierda-en-el-siglo-21-centralizacion-de-ideas-y-movimientos-politicos-i/
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