Marketing político vs poder real: la verdad incómoda de Venezuela

Decir que el supuesto “proceso de liberación de Venezuela” se debe a María Corina Machado es desconocer por completo la política, la historia reciente y la realidad del poder. Y no, esto no es una opinión: son hechos verificables. Como ya van a ver, el problema no es de fe, es de memoria.

Primero, Estados Unidos nunca apostó su estrategia a María Corina. Donald Trump no se reunió con Edmundo González, María Corina ni siquiera ha ido a  Estados Unidos, y la administración norteamericana sacó a toda la oposición venezolana del centro de las decisiones reales. Quien crea que Washington está ejecutando un plan de liberación dirigido por MCM vive en una narrativa emocional, no en la geopolítica.

Pero esto no fue todo.

Segundo, Edmundo González no fue una “jugada genial”, fue una imposición política de Manuel Rosales como respuesta directa al intento de María Corina, Juan Pablo Guanipa y la estructura de Vente de destruir a Rosales en el Zulia. Rosales simplemente devolvió la jugada. Y María Corina —ya sin salida tras venderle al país que “por elecciones salíamos del régimen”— no tuvo otra opción que montarse en ese camino.

No sé pierdan esto.

Tercero, María Corina engañó deliberadamente al país cuando afirmó que con Petro y Lula se forzaría a Maduro a entregar el poder. Eso quedó grabado en video. El resultado está a la vista: Maduro sigue en Miraflores.

Y no bastó con eso.

Cuarto, el reconocimiento y los premios internacionales —presentados como “Nobel” o antesala de él— cierran cualquier posibilidad de una salida de fuerza. Ese tipo de galardones se sustentan en el discurso pacifista. Y seamos claros: estas narco-terroristas dictaduras no salen con pancartas ni con votos. Salen por presión real, interna o externa, por una amenaza creíble que la oposición nunca logró construir y dijo que tenia.

También ocurrió algo más.

Quinto, mientras el país se hunde, se recauda dinero con premios, giras, eventos y discursos. Porque el show debe continuar. Esto no es liberación: es sostenimiento de una narrativa rentable. Y si mañana ocurre un quiebre y se convocan elecciones, ellos ya tendrán la campaña armada, no porque liberaron al país, sino porque supieron capitalizar la esperanza ajena.

Aquí viene otro punto clave.

Sexto, algunos creen que “todo fue por las actas”. Falso. Las actas ya las teníamos en 2015, y esa estrategia ya fracasó: a la Asamblea Nacional no la dejaron hacer nada y terminaron comprándola. Lo único que se hizo fue repetir el mismo libreto con otra figura, la que tocaba “al bate” en ese momento.

La verdad incómoda es esta: Venezuela ha sido engañada una y otra vez, no por ignorancia del pueblo, sino por líderes que saben vender ilusiones mejor que soluciones reales. Y mientras sigamos confundiendo marketing político con estrategia de poder, el régimen seguirá intacto.

Esto no es odio, es memoria.

Y sin memoria, no hay liberación posible.

Nadie me lo contó. He participado en cada uno de estos procesos. Apoyé elecciones porque había que prender el peo. Apoyé a Trump porque sabía que era el único que podía hacer algo. Asesoré… pero al final terminaron haciendo lo que siempre hacen.

Juan Carlos Justicia Vzla 🔥

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FUENTE: >>Juancarlos Justicia

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