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viernes, diciembre 20, 2019

Regresarán los emigrados y habrá justicia en Venezuela

Hola, amigos.

El evangelio de hoy según Mateo, nos dice que Jesús es “Enmanuel”, que significa “Dios con nosotros”, engendrado por la unión del Espíritu de Dios y una mujer: María. También se llama “El Señor es nuestra justicia”, según Jeremías. También es “El que congrega de vuelta a los emigrados de Israel”, según el mismo profeta. También es el protector y salvador, según el salmo.

Qué nos queda de todo esto, según hemos estado comentando?

1. Que Dios se encarnó en nosotros, el pueblo, los ciudadanos, y por tanto tendremos todos sus poderes mencionados en sus distintos “nombres”, en particular, que no somos solo carne, sino que somos también espíritu, y de Dios: somos Hijos de Dios, y príncipes de su Reino. Por lo cual:

2. Nosotros mismos nos liberaremos al comportarnos como jugadores, “reyes”, soberanos, o sujetos de nuestro destino, y no seremos simples espectadores del juego de otros, de los agentes del caza-rentismo, la partidocracia.

3. Nos salvaremos, y liberaremos nosotros mismos, con esa fuerza de Dios que tenemos ahora, la de la luz que vence las sombras, de nuestros enemigos: los opresores, abusadores, corruptos, usurpadores, ocupadores. En particular, nos liberaremos de los caza-renta del desgobierno, de la oposición corrupta, y de quienes mueven los hilos en ese teatro de títeres, de mentira.

3. No habrá división en el pueblo, ni territorial, ni de partidos o fanatismos, ni de lo espiritual y lo económico, social y político. Lo primero, porque los emigrados y dispersos volverán a congregarse en nuestro país. Lo segundo porque no pelearemos y dividiremos entre nosotros, al apoyar unos a unos títeres, y otros a otros, sino que nos uniremos, nos congregaremos unidos, contra los mismos titiriteros que nos pretenden dividir y poner a pelear entre nosotros, cuando ellos están básicamente unidos, aparte de pocas pugnas internas. Por último, nuestra condición de unidad mixta terrenal y celestial, permitirá que hagamos milagros económicos, sociales y políticos, inspirados por el espíritu, la energía divina (el Amor, al fin y al cabo) y aplicados a la materia.

4. Nos liberaremos no solo de los caza-renta, sino que derrotaremos al sistema caza-renta mismo. Con las reformas institucionales que curarán la enfermedad, como han hecho Noruega y muchos otros países que han adoptado los remedios que inventaron venezolanos como Juan Pablo Pérez Alfonso, y que el liderazgo político no ha podido aplicar, hasta ahora.

5. Administraremos justicia eternamente en esta nueva República, cuyo fundamento será la ciudadanía empoderada, desde abajo, y no nos dejaremos maltratar por los abusadores, violentos, ladrones y corruptos. Y estableceremos un estado de derecho, de justicia y de servicio. En que el centro sean los ciudadanos. A los que sirven todas las instituciones del estado, como los gobiernos y los partidos aspirantes a gobierno, los militares, los policías. En que cada quien trabaje, realice sus sueños, y tenga oportunidades.

6. Nos protegeremos de enemigos externos e internos, en particular de las tentaciones de volver al caza-rentismo de nuevo, y de la cultura de la corrupción, el populismo rentista, el centralismo territorial, el centralismo institucional, el militarismo, el amiguismo, el nepotismo, la viveza criolla para robar la hacienda pública, y todos los otros males que nos han aquejado y dejado atrás del bienestar.

7. Protegeremos nuestras riquezas naturales, y las conservaremos como patrimonio de los venezolanos y del mundo entero, con el concepto y la sabiduría de nuestros aborígenes.

A ver qué les parece:

*Jeremías (23,5-8)*

Mirad que llegan días —oráculo del Señor—
en que daré a David un vástago legítimo:
reinará como monarca prudente,
con justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.
Y le pondrán este nombre:
«El-Señor-nuestra-justicia».
Así que llegan días —oráculo del Señor— en que ya no se dirá: «Lo juro por el Señor, que sacó a los hijos de Israel de Egipto», sino: «Lo juro por el Señor, que sacó a la casa de Israel del país del norte y de los países por donde los dispersó, y los trajo para que habitaran en su propia tierra».

*Salmo 71,1-2.12-13.18-19*

En sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!

*Mateo (1,18-24)*

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

Cordialmente y pendientes, que lo bueno ya llegó

Felipe Pérez Martí
(Estas son mis opiniones personales; no las del Movimiento Libertadores, ni del Pacto Republicano, donde hay libertad religiosa e ideológica).
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