Los cambios de los rectores del CNE en Venezuela no pasan de ser un enroque cosmético de unos bandidos por otros individuos aún más bandidos; los que entran ahora disfrutarán de una mayor confianza del NARCO-RÉGIMEN de Caracas que los que están de salida. El Departamento de Estado norteamericano debe sentirse cada vez feliz; todo pinta a un nuevo paso hacia la realización de las más “perfectas elecciones libres en Venezuela”.
¡Sí Luis!
Ni a la administración actual norteamericana ni a ningún otro gobierno de las grandes democracias occidentales parece ni alertarle ni mucho menos molestarle el hecho de que la Primera Combatiente y los cuadros más cercanos y arrastrados del colombiano Maduro sean quienes escojan o terminen siendo los nuevos rectores que se van a elegir para el CNE.
¿Quién puede tener dudas sobre la imparcialidad de la esposa del dictador, Cilia Flores, o de uno de los más afanados pillos de la revolución como lo es Francisco Ameliach, ambos metidos en semejante arroz con pollo? ¡Es de locos!
El síndrome Tareck Al Aissami tiene picada de culebra a la cúpula del NARCO-RÉGIMEN en Venezuela. O el temor inoculado por los siempre buenos para nada del sangriento régimen cubano, que jefea con mano dura a los cretinos de Miraflores y de Fuerte Tiuna.
Para ellos el riesgo de otra fuga de negocios y de lealtades comerciales continúa alborotando los albañales de la patria. Inteligentemente apuntan a la realización de un Control de Daños por adelantado. No quieren tomar ningún riesgo que pueda afectar la maroma electoral que el gobierno norteamericano les está patrocinando con el cuento chino de las Elecciones Libres presidenciales.
Y ahí todos aprovechan, todos sacan su pedacito de torta para llevarse a sus casas. Los candidatos a las primarias de la falsa oposición, con o sin CNE, han tomado oxígeno nuevamente gracias al régimen que los financia. Guapos y envalentonados, les da por patalear sobre la realización de sus primarias a la antigüita. Cuando todos lo sabemos; ya les han pagado con dólares sucios para que se traguen los acuerdos de México y jueguen el Baile de las Sillas entre ellos.
Ahora los candidatos fanfarronean. Se ponen intensos diciendo que van a realizar las primarias sin CNE, sin máquinas y sin trampas electorales. ¡Bien por ellos! Felicitaciones.
El asunto es cómo piensa hacer la oposición para no dejar en evidencia a la dictadura electoral venezolana y a su mejor sistema electoral del mundo. De llegar a prescindir del CNE y de no validar al corrompido sistema electoral sobre el cual está montado el régimen de Maduro, les tocará hacer como a las jovencitas del pueblo. “Diga no, mija”, aconsejaban las abuelas, para que le salga más caro el sí, porque tropezarán con la misma piedra en 2024; rectores, maquinas electorales, registro y plan Bolívar.
Todos los venezolanos, de adentro y de afuera, estaremos pendientes del siguiente capítulo de esta novela. Ya saben, a la misma hora y por el mismo canal.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/el-sindrome-de-tareck-el-aissami/
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