Les invito a que se informen, que
reflexionen y que se unan a la lucha por un futuro mejor. No se trata de ser
perfecto, sino de hacer lo que está en nuestras manos para construir un mundo
mejor para las próximas generaciones. A
ustedes, les digo: no me subestimen.
Tengo la fuerza y la determinación para luchar por lo que creo. Y no me rendiré hasta que mis hijos puedan
vivir en un país mejor.
Este es mi país, y este es el futuro de mis hijos. Y lo defenderé con
uñas y dientes.
Aquellos que me tildan de ignorante, ingenuo, loco, imbécil, idiota o estúpido:
1. No me conocen. No saben del amor que siento por esta tierra que me vio nacer, ni de la esperanza que albergo en mi corazón por un futuro mejor para las nuevas generaciones.2.
No comprenden el dolor que me causa ver
cómo mi país se deteriora, cómo las oportunidades se esfuman y cómo el futuro
se torna incierto.
3.
No entienden la responsabilidad que
siento como padre o madre de familia de luchar por un mañana más próspero y
seguro para mis hijos.
Ignoran la valentía que se requiere para alzar la voz y defender
lo que se cree, a pesar de las críticas y el escarnio. Subestiman la fuerza que surge del amor por la patria y el deseo
de construir un futuro mejor.
No me llamen ignorante, porque amo mi tierra y
conozco su historia. He visto sus grandezas y sus miserias, y sé que, a pesar
de las dificultades, es un lugar con un
potencial inmenso.
No soy ignorante. He
dedicado tiempo a comprender la realidad de mi país, sus problemas y sus
potenciales soluciones. No me trago las mentiras ni la propaganda, busco
información veraz y contrastada.
No me llamen ingenuo, porque no creo en soluciones
mágicas. Sé que el camino hacia un futuro mejor es largo y difícil, pero estoy dispuesto a trabajar duro para
construirlo.
No soy ingenuo. Sé que el
mundo no es perfecto y que hay quienes se aprovechan de las debilidades de los
demás. Pero también sé que hay gente buena que lucha por un futuro mejor.
No me llamen loco, porque tengo sueños para mis
hijos. Quiero que vivan en un país donde tengan oportunidades, donde puedan
alcanzar su máximo potencial y donde no
tengan que emigrar para buscar un futuro mejor.
No estoy loco. Tengo mis
propios ideales y convicciones, y no me avergüenzo de defenderlos. No me dejo
llevar por la corriente, sino que pienso por mí mismo.
No me llamen imbécil, idiota o estúpido, porque
defiendo lo que creo. No tengo miedo de alzar mi voz y luchar por lo que es
justo, incluso si eso significa ir en
contra de la corriente.
No soy un imbécil. Soy una
persona inteligente y capaz, con la capacidad de discernir entre lo que está
bien y lo que está mal.
No soy un idiota. Tengo
suficiente sentido común para saber que el futuro de mis hijos depende de la
salud y el bienestar de mi país.
No soy estúpido. Sé que
defender mi país no es una tarea fácil, pero estoy dispuesto a hacerlo porque
es lo que creo correcto.
Sí, soy un soñador, porque
creo en un futuro mejor para mi país y para mis hijos. Y no me da vergüenza defenderlo.
A ustedes, que me juzgan con tanta ligereza, les digo:
No me avergüenzo de defender
mi país. Lo hago con pasión, con convicción y con la esperanza de que algún
día mis hijos puedan vivir en una nación donde reine la justicia, la paz y la
prosperidad.
No me intimidan sus insultos
ni sus burlas. Mi compromiso con mi país y con el futuro de mis hijos es
más fuerte que cualquier ataque verbal.
No me doblegarán sus palabras.
Seguiré luchando por un futuro mejor para mi patria, sin importar los
obstáculos que se me presenten.
La invitación es:
·
A reflexionar sobre sus propias acciones.
¿Qué están haciendo ustedes para construir un mejor futuro para las próximas
generaciones?
- A informarse mejor.
No se limiten a leer titulares o a escuchar opiniones sesgadas.
Investiguen, busquen diferentes perspectivas y formen su propia opinión.
- A dialogar. No me
insulten ni me menosprecien. Compartamos nuestras ideas con respeto y
busquemos puntos en común.
- Los invito a unirse a
mí, en esta lucha por un país más justo, más próspero y más seguro
para todos Defendamos juntos nuestro país y construyamos un futuro mejor
para nuestros hijos.
Juntos
podemos construir un futuro mejor para nuestra patria.
No seré silenciado
por aquellos que no tienen la valentía de defender lo que creen. Mi voz
seguirá resonando en defensa de mi país y del futuro de mis hijos.
Soy un patriota, un luchador,
un soñador. Y no me rendiré hasta que mi sueño se haga realidad.
A ustedes:
No se rindan. No se dejen
llevar por el pesimismo ni por la apatía. Sigamos luchando por un futuro mejor
para todos.
No estoy solo. Somos
muchos los que defendemos nuestro país y el futuro de nuestros hijos. No nos
callarán. No nos intimidarán. Seguiremos luchando por un futuro mejor para
todos. Y sí, estoy orgulloso de
defender mi país y el futuro de mis hijos. No me avergüenzo de mis
ideales ni de mi compromiso con la construcción de una sociedad mejor.
Este es mi país, tu país, nuestro país y somos el futuro de nuestros
hijos. Yo lo defenderé con todas mis fuerzas.
¡Juntos podemos lograrlo!
¡No me subestimen!
Atentamente,
Diego de la Vega.
Un padre que lucha por su país y por el futuro de sus
hijos
FUENTE: >>Diego de la Vega
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Así es mi amigo el hecho de pensar humanamente pareciera que molesta a los mercantilistas de la de las calamidades que hoy se vive en Venezuela! Siga así
ResponderEliminarLo que importa es que se cree más conscientes, y estén claros que el destino de nuestro futuro esta en nuestras manos ✋
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