Señores el que no entienda esto es porque es un fanatico.

Un presidente electo legítimamente por su pueblo, incluso ante adversidades como el bloqueo del poder, la persecución o el exilio forzado, puede y debe actuar con firmeza para proteger el mandato que le otorgaron las urnas. Su legitimidad nace del voto popular, no de la aceptación del régimen saliente ni de condiciones impuestas por fuerzas antidemocráticas.

Lo primero que puede hacer es *juramentarse*, incluso desde el exilio o en territorio neutral, para dejar claro que asume la responsabilidad que el pueblo le confió. Este acto no es simbólico: es un paso clave para activar mecanismos legales, buscar reconocimiento internacional, nombrar un gobierno provisional y establecer una figura de liderazgo legítimo en medio del caos.

También puede *designar un gabinete*, crear una estructura paralela de Estado legítimo y coordinar con actores internacionales —países aliados, organismos multilaterales, diáspora— para presionar al régimen y encaminar una transición.

Un presidente electo no puede quedarse paralizado esperando condiciones “perfectas” o la acción de terceros. *El tiempo juega a favor del tirano cuando el líder legítimo vacila.* Por eso, incluso con obstáculos extremos, la firmeza, la claridad y la acción son las herramientas con las que un presidente verdadero se diferencia del opresor. Porque cuando un pueblo vota, no espera excusas: espera dirección, coraje y liderazgo.

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FUENTE: >>R/S/W

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