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Ya lo decía el gran Don Ramón de Campoamor: “Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”. Eso si usted se toma en serio todo lo que manda a escribir Carlos Slim en el New York Times para que se favorezcan sus intereses y pongan bien feo a Donald Trump; usted se puede creer cualquier cosa que vea, oiga o que por retruque se reproduzca desde esa “tronco e’ fuente”.
Así pues prepárese para aceptar, con la misma seguridad de que mañana saldrá el sol por el este, que la liberación de los 250 rehenes políticos venezolanos, junto con los otros 10 ciudadanos norteamericanos secuestrados por el régimen de Caracas, salieron a la calle por los “buenos” oficios de la poderosa Chevron de José Luis Rodríguez Zapatero, de Stalin González y, por supuesto, del siempre útil Edmundo González Urrutia, quien no solo está pendiente de la suerte de su yerno, sino de la de todo el país.
En cambio, si usted le presta atención a todos los tuits, comentarios y declaraciones públicas del Secretario de Estado de este país, el señor Marcos Rubio, con toda seguridad se enterará de otra cosa muy diferente.
Porque para esta administración, según hemos podido conocer, es inadmisible cualquier operación comercial que involucre la venta de los recursos de los venezolanos que le permita al régimen de Maduro disponer de dinero fresco, blanqueado y legitimado para que continúe acabando con Venezuela.
Extrañamente con una sola excepción: la explotación sobre uno de los yacimientos de gas natural más colosales del mundo, que se está llevando a cabo en este momento a través de una empresa norteamericana en La Hoya del estado Falcón.
De igual forma, si a usted le da por seguir la lógica interna de algunos analistas pegados a los tubazos del New York Times sobre las relaciones entre el régimen de Venezuela y la Chevron, no le podrá parecer absurdo lo que lee.
Pues según “ellos”, la administración Trump tiene que tragar grueso y servirle de cómplice a la dictadura en Venezuela con el único objetivo de meterse como una cuña, sucia, pero necesaria, a la presencia de los chinos sobre los importantes yacimientos de hidrocarburos del país que ellos pretenden explotar.
Es decir: Yankis sí, chinos no. ¡Demoledor! Ahora, si me permiten, vengo yo, Yolanda Medina Carrasco. La pelea, hasta con los dientes, cuyo objetivo es preservar la continuidad del régimen de Maduro en el poder en Venezuela indefinidamente, es a cuchillo y también es a muerte.
Y cada quien, a cada lado de la ecuación de los negocios en que se encuentre, va a empujar hacia su bolsillo. Ahora bien: seamos suspicaces sobre aquellas almas tan bien intencionadas que continúan sosteniendo que el libre tránsito de los recursos naturales bajo control de aquellos mafiosos significa, o puede llegar a aportar, cualquier mejoría en la calidad de vida, o en las condiciones sanitarias, o educativas, o alguna mejoría general que logre disfrutar el pueblo venezolano.
Pues si el regreso de la Chevron, y el cese de todas las sanciones económicas que medio funcionan sobre la NARCODICTADURA venezolana hace aumentar las pensiones de los jubilados de 130 bolívares mensuales a, por ejemplo, 130 dólares mensuales, cuenten con la vocería y con el apoyo mediático de
www.venezuelaredinformativa.us para que siga la fiesta.
En caso contrario, ni nos busquen para que apoyemos el robo del patrimonio de todos los venezolanos. Digo, ¿así o más clarito?
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/chinos-si-yankis-no/
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