“La venganza y el revanchismo político comprometen la democracia”.
La frase la pronunció el pasado sábado Juan Guaidó con ocasión de la detención en Bolivia de la ex presidente del país, Jeanine Añez. La misma viniendo de él tiene extraordinario valor.
Factores venezolanos, desde distintas posiciones sostienen –y en condiciones normales éllo sería entendible- que cuando la situación del país cambie, quienes nos han llevado al estado en el cual estamos, deben ser todos juzgados y condenados y los partidos políticos en los cuales participaron inhabilitados –en esta vida y de ser posible también en la otra-.
Comparto el principio según el cual cada quien debe responder por sus actos, pero afirmo también que las responsabilidades son individuales y se asignan según la participación en el respectivo hecho. No existe por tanto responsabilidades genéricas. Pero también afirmo que lo ocurrido en Venezuela estos 22 largos años no es normal, al punto que quienes estudian los fenómenos políticos tienen dificultad para encuadrar el actuar venezolano en alguna de las caracterizaciones conocidas.
Cuando ocurre un conflicto y una parte vence a la otra, el vencedor tiene como opción sancionar severamente a quien derrotó, morigerarle las sanciones que cree pertinentes o perdonarlo. Sucede sin embargo que, visto lo ocurrido en todo este tiempo, en nuestra situación no habrá vencedores, lo que origina que la primera alternativa quede completamente descartada.
Si eso es así, los venezolanos tenemos que internalizar que la solución que construiremos pasará por sanciones moderadas o por perdón, así serán las cosas.
Cualquiera sea la decisión que se acuerde, es lo cierto que para que podamos retornar a una convivencia en paz, es menester re institucionalizar el Poder Judicial. La integración del mismo debe corresponderse de manera plena al país plural que somos. Pensar que se puede hacer con solo una parte de este generará que en lugar de justicia, tengamos venganza y con éllo el círculo vicioso que nunca terminará.
En nuestra actual condición, no habrá retorno cierto a la democracia, sino somos capaces de olvidar agravios y construir puentes para que aquello ocurra, lo que sin duda implica desprendimiento. Quienes eso comprendan dejaran de ser directivos y sin duda actuaran como estadistas.
Que Venezuela sea nuevamente libre y democrática vale cualquier sacrificio que estemos dispuestos a hacer. Eso firmemente creo.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural