Gonzalo Oliveros Navarro: Responsabilidad personal

Antes lo he escrito y hoy lo reitero, todos somos responsables de lo que hacemos. Pasa en el ámbito privado pero también en el público.

Gonzalo Oliveros Navarro

@barraplural

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Uno observa la actitud de abogados que actúan como jueces y magistrados en la actual situación del país y concluye que,  en lugar de ejercer su magisterio, obran como vengadores del poder, a instrucción de los fiscales o por órdenes superiores.

Es lo cierto para éllos que en el futuro, cuando corresponda rendir cuentas producto de su conducta, se encontraran con el problema que la gran mayoría de las actuaciones que cumplieron – sino todas- fueron verbales y por tanto de casi imposible prueba, pero que además, de existir aquéllas,  las mismas reafirmarán su conducta contraria a la norma.

Demás esta decir que, lamentablemente, el estado venezolano –consecuencia de la responsabilidad compartida- será llamado a reparar los daños que habrían causado en el patrimonio de los afectados el actuar de esos funcionarios, quienes obraron mas como juristas del horror que como defensores de la ley y la justicia. 

Una cosa son las responsabilidades institucionales y otras las personales. Estas, a mi juicio, mucho mas graves son pues el juzgador conoce los límites de la ley, el estado en todo caso habría incurrido en una culpa in eligendo. 

Ciertamente que eso ocurre porque quienes ocupan el poder en buena parte de sus designaciones, han privilegiado la lealtad antes que el cumplimiento de la ley, facilitando con éllo el accionar contra todo el que consideran adversario político o personal, lo que permite medidas cautelares excesivas e innecesarias, procedimientos interminables y condenas desproporcionadas.

Quienes llegaron al poder en febrero de 1999 eran acérrimos críticos del sistema judicial imperante y defensores a ultranza de los derechos humanos. De los segundos se olvidaron y respecto del primero lo envilecieron a mas no poder.

Debemos tener presente que cuando el estado de cosas cambie, cantidad de demandas habrán de incoarse contra el estado venezolano por su conducta, más allí sin ninguna duda deberá hacerse ejercicio de repetición económica contra quienes en esos hechos incurrieron bien por emitir una orden contraria a la ley o por acatar la recibida de esas características a  pies juntillas. 

Los venezolanos hemos concebido el patrimonio público como un ente extraño a nosotros y resulta que el está formado –entre otros rubros- por  la sumatoria de todos los aportes que diariamente al mismo le hacen quienes en el país viven y los que afuera se encuentran requiriendo sus servicios consulares, de manera que debería dolernos, lo cual lamentablemente no ocurre. Ese patrimonio no puede ser afectado por la conducta activa o pasiva  de quienes ejercen funciones públicas. Estos deben responder con sus bienes personales.  Esa es la ley.

Mucho debe meditar quien con su actuar en función pública causa daño. Un cambio de paradigma al retornar la democracia, deberá ser el de exigencia de responsabilidad tan íntegra como lo prevé la Constitución.

Quien crea que el estado de cosas que vivimos en Venezuela permanecerá eternamente, desconoce la historia.    

FUENTE: https://miamimundo.com/gonzalo-oliveros-navarro-responsabilidad-personal/

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