Por Omar González Moreno
El escándalo de los lingotes de oro llevados a España por la Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, es otra papa caliente para el desgastado régimen de Maduro.
El ocupante de Miraflores tiene la obligación ineludible de explicarle a los venezolanos y al mundo de dónde sacó su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, las 40 maletas repletas de lingotes de oro, que montó en un avión y se los llevó a España, dónde tenía prohibido ingresar debido a las sanciones aplicadas por los crímenes de lesa humanidad cometidos.
Igualmente, tanto la Asamblea Nacional como el Ministerio Público, tienen el compromiso legal de abrir una investigación "exhaustiva" sobre el caso.
En cualquier pais del planeta un hecho tan grave como éste, obliga al parlamento, como órgano legislativo y contralor, cuando menos a designar una comisión especial para investigar los hechos, recolectar pruebas y testimonios relevantes.
A pesar de que el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, es hermano de la principal sospechosa, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, la AN no se debe librar de investigar este bochornoso escándalo de corrupción.
Al contrario, si le queda algo de decencia, el propio Jorge Rodríguez, tendría que ser el primer interesado en que se aclare todo lo relacionado con esta fechoría donde la primera indiciada es su hermana, Delsy Rodríguez.
La AN tiene el compromiso forzoso de solicitar informes y la comparecencia de la propia Vicepresidenta y de otros funcionarios involucrados para que rindan cuentas sobre el traslado del enorme lote de lingotes de oro.
Por su parte, el Ministerio Público, encargado de la acción penal, también debe abrir una investigación para determinar los detalles del caso, quienes son los comprometidos y exigir la aplicación de la justicia.
Además, debería solicitar la cooperación de autoridades españolas y de otros países para rastrear el destino de los lingotes y obtener toda la información adicional que se amerita.
La imputación de robo de los lingotes de oro que fueron llevados a España, es ya un escándalo colosal en el mundo y no puede ser escondido ni ignorado.
Multiples evidencias revelan que la Vicepresidenta estaría involucrada en la sustracción de más de un centenar de lingotes de oro que fueron enviados a España, un hecho que ha levantado alarmas sobre la gestión de los recursos del Estado y la transparencia en las transacciones financieras.
El caso se enmarca en un contexto de crisis económica y política en Venezuela, donde el oro ha adquirido un papel central como fuente de ingresos para el gobierno frente a las sanciones internacionales.
Según fuentes, los lingotes de oro, que representan una parte significativa del patrimonio nacional, fueron transferidos a terceros de manera irregular.
La acusación ha provocado que diversos sectores de la sociedad, exijan una investigación para esclarecer las circunstancias de esta tremenda irregularidad.
Hasta ahora, el régimen de Nicolás Maduro ha desestimado las acusaciones como parte de una campaña de desestabilización y ataque a la imagen de su gestión.
En este delicado panorama, la imputación de Delcy Rodríguez no solo refleja la crisis institucional en Venezuela, sino también las tensiones internas en un régimen tambaleante que enfrenta múltiples desafíos, desde la economía hasta la legitimidad nacional e internacional.
La situación sigue evolucionando, y muchos están a la expectativa de los próximos pasos que tomarán tanto la oposición como el régimen en este escándalo que ha captado la atención mediática global.
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FUENTE: >>Omar González Moreno
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