Es absurdo, es descabellado imaginar, muchísimo menos plantear, la posibilidad de un gobierno compartido con las ratas del siglo XXI. Intentar mezclar a aquellos bichos con las fuerzas democráticas que barrieron electoralmente a Maduro y a todo su régimen el 28 de julio en Venezuela es simplemente inaceptable.
Es que ni en papel existe, un gobierno de origen democrático tutelado por hampones como Padrino López, Diosdado y las fuerzas más asquerosas del planeta resulta completamente demencial.
El poder, el poder verdadero, jamás sería realmente compartido. Sería imposible volver a echar a andar al país con esas cucarachas dando vueltas entre la cosa pública; produciendo y vendiendo sus drogas, robándose los hidrocarburos y todos los recursos del país legitimados por un baño de verdadera democracia participativa.
Sería algo así como el pabellón de un manicomio administrado por un chiflado.
Igualmente resulta un asunto de risa plantear soluciones de un posible gobierno “mixto” con la incorporación de rufianes como Manuel Rosales en la vicepresidencia de la república. La robadera se haría aún más exponencial.
Lo mismo que la posible incorporación de cualquier otro pajarraco de la especie corrupta y mediocre como la del fulano Timoteo Zambrano. El “negociador” de la oposición Gerardo Blyde, que exige la juramentación sin aviso ni protesto del colombiano el 10 de enero pues, según él, Maduro ganó las elecciones del 28 de julio de rabo alzao.
Porque no solo viene Donald Trump con Marco Rubio para ajustarle las tuercas a la muy cabrona CHEVRON. Es que el pueblo venezolano, la gente a todos los niveles, colores y edades en nuestro país, es quien está arrechísima.
Las cucarachas del siglo XXI han destruido familias completas, se han robado al país y le han robado todo lo que tiene algún valor a la gente en Venezuela. Han hecho presa a toda una nación. Le toman el pelo como les da la gana, usan el chantaje y abusan en todas las formas inimaginables, enseñadas por sus maestros cubanos, para aterrorizar a todo un país.
Encima ponen a una marica loca, desde la fiscalía, a inventarle delitos falsos y absurdos a ancianos, adultos y niños, simplemente por no estar de acuerdo con esa porquería que ellos llaman revolución del siglo XXI. Señores: ¡esta vaina está que se acaba!
El único empujón consiste, si se quiere que se den las cosas por “las buenas”, es que los hijos de puta del siglo XXI escojan el cómo, el cuándo y de cuál manera se piensan ir pal carrizo.
Lo demás, cualquier otra propuesta no tiene ni pies ni cabeza. Y esta vez, en esta oportunidad, tanto el país como todo el mundo lo sabe. Como suele repetir con cadencia del tiempo que se les acaba el sabio Franklin Vírgüez: “Tic-tac, tic-tac, tick-tac”.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/como-anuncia-franklin-virguez-tic-tac-tic-tac-tic-tac/
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