Cuando toca levantar la voz, lo hacemos con argumentos en mano, con datos y evidencias que sustentan una posición, sobre todo si se trata de una posición editorial.
Y hoy toca hacerlo para desmontar el lamentable episodio protagonizado por el represenatnte de oposición Edmundo González Urrutia en su entrevista con The Washington Post.
EGU sugirió al Gobierno de Trump que no negociara con Nicolás Maduro el plan de deportaciones de venezolanos, sino que los enviara a un “tercer país”.
La petición de González Urrutia responde a un cálculo político.
No hay mucho que ahondar.
La intención es que no se reconozca a Maduro como presidente de Venezuela y que, si Trump y su administración deciden planificar la deportación con Miraflores, lo estarían legitimando como garante de la vida de los venezolanos.
Pero resulta, señor Edmundo González Urrutia, que los venezolanos no son una moneda de cambio. Basta ya de poner la vida de nuestros compatriotas como ficha de un canje político.
El opositor, apoyado hoy como “presidente electo” en varios países, no mostró firmeza en esas declaraciones.
Ni siquiera sugirió un debate sólido en el que argumentara la importancia de la comunidad venezolana migrante para los Estados Unidos.
No pidió a Trump reconsiderar ni plantearse siquiera una revisión del caso venezolano, cuando él mismo sabe que el Tren de Aragua es una mancha criminal que se ha inflado para intentar igualar, en el crimen o en la presunción de este, a todos los venezolanos que hacen vida, se fajan y trabajan, incluso por aquello del Make America Great Again del propio Trump.
Hoy las angustias y el miedo de familias venezolanas enteras se difunden en redes, en llamadas telefónicas con familiares en Venezuela, en grupos de WhatsApp. Los que están en trámites con el TPS corren buscando asesoría legal que los proteja de cualquier eventualidad.
Hay familias que no envían a sus niños a la escuela, venezolanos y venezolanas que buscan la forma de pasar inadvertidos.
Pero EGU parece no estar en contacto con esa realidad, ni con el valor que mucho talento venezolano ha aportado a empresas, productos y servicios en Estados Unidos.
Hoy preguntamos: ¿Por qué, señor Edmundo? ¿Por qué no se planta con firmeza a negociar con Trump?
Siempre nos ha dicho usted y su equipo que hay canales abiertos con la Casa Blanca. Lo vimos en una gala latina antes de la investidura, acompañado de Javier Milei, presidente de Argentina. Lo hemos visto con el senador republicano Rick Scott, una figura de peso en el Gobierno estadounidense…
Y entonces, ¿hay o no hay canales para jugar a la diplomacia, en la que, por cierto, usted tiene gran formación?
¿O acaso los operadores políticos de siempre, manchados también por corrupción y que lo han llegado a rodear, le aconsejan y guían por otras rutas?
Señor Edmundo González Urrutia, como venezolano con relevancia política, actúe usted como tal, pues de seguir así se convertirá en una réplica del triste pasado con Juan Guaidó.
Carlos Alaimo
Presidente-Editor
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FUENTE: >>https://diarioversionfinal.com/editoriales/editorial-los-venezolanos-no-son-fichas-para-el-calculo-politico/
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