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lunes, mayo 05, 2025

Tercera Carta al presidente Petro

Por: Gonzalo Oliveros Navarro

Señor presidente:

Publica el diario EL TIEMPO, en su edición del 4 de mayo 2025, unas cifras relativas a la presencia de la migración venezolana en Colombia que, a nosotros, como venezolanos y a usted como jefe del Estado, deben preocupar.

Se desprende de las mismas que en esta tierra de Nariño y Caldas nos encontramos 2.809.567 connacionales; que, dentro de esa población, quienes están en edad de trabajar, se encuentran en un 18% en calidad de desempleados -cifra esta cuatro puntos porcentuales por encima de la de los nacionales colombianos-  y que, el 86,4% es trabajador informal, de los cuales el 96% está en la economía del rebusque, con la característica de que nueve de cada diez de los venezolanos, percibe por su labor menos del salario mínimo, pero no reclama por ello puesto que, ante el Ministerio del Trabajo, solo se han radicado 469 denuncias por violación de derechos laborales de nuestros paisanos.

Adicionalmente, según las mismas cifras, al 48,5% de la población migrante se le exige para acceder al trabajo, documentos que no tiene y quienes al mismo acceden, son vinculados en un 78% de manera verbal.

Las cifras, señor presidente, así lo creo respetuosamente, son un llamado de atención para su gobierno pues evidencian, por una parte, la crítica situación venezolana -que debemos resolver nosotros- y por la otra, la necesidad de que su administración diseñe y ejecute una política pública que dé un vuelco a la situación.

El diferencial en la remuneración que existe entre los colombianos y los venezolanos tiene una explicación clarísima, la inexistencia de documentos que permitan al migrante -y al refugiado- trabajar.

Lamentablemente, las medidas adoptadas por su gobierno han sido pocas y limitadas a determinado número de personas, conllevando a que buena parte de la fuerza laboral venezolana compita con la colombiana por los mismos puestos de trabajo, no por su habilidad o aptitud para ocupar el puesto correspondiente,  sino por remuneración, y en este ámbito, el migrante tiene una ventaja pues, la situación interna venezolana, donde la remuneración mínima, que no salario, no llega a los 150 dólares mensuales, obliga a aceptar menor retribución a la que, por ley, correspondería, la cual en la mayoría de los casos, será superior a la que reciba en nuestra tierra.

Bajo ese supuesto, una medida audaz que permitiría afrontar de manera definitiva esa situación, sería que su administración conviniere con la del señor Maduro, que los nacionales de ambos países que quisiéremos trabajar en el lado contrario de la frontera, pudiéremos hacerlo sin más limitación que la que se establecen para las profesiones regladas y bastando para ello tener, simplemente, cédula de identidad en Venezuela y de extranjería en Colombia. Ello permitiría a los venezolanos, resolver el problema que nos ocupa actualmente en la tierra que elegimos para desarrollar nuestras vidas y a los colombianos poder participar en el desarrollo y crecimiento de Venezuela, una vez se superen las limitaciones que actualmente en nuestro país existen.

Sin embargo, si ello no fuere posible, lo conducente sería, en tal caso, reabrir un nuevo registro de migrantes para permitir que, quienes estando en Colombia en condición de regularidad o irregularidad migratoria y considerando que le pueden aportar sus conocimientos y esfuerzos al crecimiento del país, puedan inscribirse en el mismo, lo que conllevaría, adicionalmente, que su administración conociere del potencial de quienes en el mismo se inscriban y los redireccione hacia las regiones del país donde sus habilidades sean mejor apreciadas. Así, ese migrante identificado, con documentos que le permitan trabajar, estudiar y emprender, coadyuvará al crecimiento de Colombia y minimizará el riesgo de xenofobia producto de competencia laboral desleal.

Señor presidente:

Como le he escrito en otras ocasiones, nuestra presencia en Colombia es producto, ciertamente de la situación de nuestra tierra, pero también lo es de que estamos uno al lado del otro y cuando desde ambos lados de la frontera, podamos pasar al contrario porque la violencia en alguna parte del territorio de uno termine y la crisis política y humanitaria en el otro finalice, lo haremos con la mayor rapidez, bien para retornar a nuestro terruño o a visitar nuestros afectos en el mismo y regresar a donde estemos residiendo para continuar laborando allí.

Los venezolanos, señor presidente, queremos ayudar a construir a Colombia el mejor sistema migratorio del siglo 21; uno que le sirva de ejemplo al mundo respecto de lo que pueden hacer dos pueblos hermanos que comparten problemas y sueños. Permítanos que lo hagamos y así, si usted lo dispone, de alguna manera, honraríamos el legado del Libertador que para usted es tan preciado, al construir con medidas migratorias de plena integración, una Gran Colombia para todos.

Con el mayor respeto.

Gonzalo Oliveros Navarro

@barraplural @fundacion2pais1

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FUENTE: >>https://www.gacetaregional.com/sitegr/tercera-carta-al-presidente-petro/

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