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viernes, julio 18, 2025

Decían los romanos: Las oportunidades las pintan calvas

Con Lilian Tintori arropada con la bandera de Venezuela, montada en bicicleta y haciendo el Camino a Santiago de Compostela en el verano gallego, Venezuela no hace un carajo.

Tampoco hace nada un tipo como Edmundo González Urrutia, cuando desde la Cava de San Miguel en Madrid, se dispara unas cañas acompañadas con unas gambas al escabeche hablando peperas y recomendándole a las amas de casa de nuestro país que laven su ropa blanca con ACE.

Ni Leopoldo dando conferencias sobre lo siniestras que son las prisiones militares en Venezuela en donde, con toda seguridad, pasó días y largas noches bajo el esquema de “propiedad multicompartida” y recordando que quien lo condujo de la plaza Brion en Chacaíto a la cárcel después de un arreglo con su familia fue el propio Diosdado Cabello, donde tenía libertad para salir de la cárcel a su libre arbitrio.

Si Luisa Ortega y Miguel Rodríguez Torres se pasean por los mismos sitios que todos ellos, estamos perdiendo el tiempo dentro de unos espacios que muchos, alguna vez, creímos eran propiedad de la democracia y de los valores con se mueve Occidente.

Que eso ocurra en Teherán, en Beijín o en San Petersburgo tendría, eso sí, lógica interna.

Pero en España, de donde llegó nuestro idioma y nuestra sagrada fe, no, ¡ahí sí que no!

Porque si le quitamos el discurso, las declaraciones más vacías que botellas tiradas y los desgarramientos de vestiduras de tanto hablachento de la vieja Europa, muy pocas cosas puede sacar en limpio Venezuela.

Porque allá lo único que hay para el país es lavado de dinero robado a todo un pueblo, crudo y gas vendido a precios de gallinas también robadas y acuerdos y negocios “multipolares” sobre lo que los europeos ya empiezan a considerar se pueden hacer sobre las cenizas del poder que una vez llegó a tener Estados Unidos en esta parte del mundo.

Si bien es cierto que luego de cualquier sonado y muy traumático ilícito electoral en Venezuela siempre queda un “prócer” dando vueltas, preso, escondido o agitando entre las sombras, pienso que el tiempo de las mentiras desde Europa ya está todo agotado.

Si Europa quiere hacer algo de verdad-verdad por una Venezuela que igual le podría ser de muchísima utilidad en el futuro, pero sin enchiquerarse con el presente feo del régimen actual de Caracas, que le ponga las mismas ganas a Venezuela, que le meta el hombro tal como lo hace a la Ucrania de Zelensky.

Una Venezuela libre, democrática y próspera es un mercado limpio y sano para una Europa que ya está haciendo planes para vivir sin Estados Unidos en el futuro.

Pero para llegar a “eso” Europa tiene que dejar de actuar como aguantadores de asesinos y de ladrones, como lo que son los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, a los cuales tanto protegen e invierten.

Un mundo serio, limpio y decente, no solo puede soñarse sin las amenazas de una mala imitación enana del zar Putin I. También pueden, y deben, construirse sin la presencia del colombiano Maduro y de toda su banda de hampones en Venezuela.

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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/decian-los-romanos-las-oportunidades-las-pintan-calvas/

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