Aquello ha sido una “obra” a muchas manos, muchísimas voces y cantidades indeterminadas de bolsillos.
Los cubanos, gracias al jalabolas de Chávez, no llegaron solos. Es cierto, él los fue a buscar. Pero muchos, muchísimos le rieron la gracia. Con el cuento de la salud que venía dando tumbos en el país, se les abrieron las agallas a muchos.
Más de un privado y machos militarotes de la patria salieron multimillonarios con las medicinas, las construcciones y las dotaciones de la “maravilla” que administraban los chicheros cubanos, disfrazados de médicos.
En cuanto a los chinos, los rusos y los mismos iraníes, claro que se los buscó el régimen.
Pero, ¿se han puesto a sacar las cuentas de la increíble cantidad de “hombres de negocios” árabes, chinos e ilustres caballeros de FEDECÁMARAS que hicieron, hacen y siguen haciendo todos los negocios del mundo con esos pajarracos que el régimen les puso en bandeja de plata para llenarse a costas del gobierno?
El asunto político, y el mismo ideológico, ha sido solo un parapeto, una excusa sin ningún valor. Alla, en Venezuela, de lo que estamos hablando es de negocios, de grandes operaciones comerciales que han dejado y dejan muchísima plata a un gentío a punta del dinero de todos los venezolanos.
¿Acaso el único malandro de la patria es el “paisa” Alex Saab? ¡No, que va! A quienes vemos y oímos es a Maduro, o a Diosdado, a Padrino, a Delcy o a su “hermanito”, pero, por favor, ellos no están solos en eso.
Detrás de todo criminal hay gente, y mucha, que les cubre las espaldas. Aquellos grandes carajos montaron, año tras años, una increíblemente grande y compleja organización criminal, que ni se formó a punta de inteligencia artificial ni es manejada por monos de circo en este momento.
Gente, Venezuela, gente de todas las aceras de la calle política del país es con se llenó aquella HAMPOCRACIA. Y así, como seguramente hay vida inteligente extraterrestre, la porquería del siglo XXI cuenta con legiones de marcianos que parece que no mojan, pero empapan.
Y están allá, o en España, o en los Emiratos, o en Malta, Andorra, y sabrá Dios cuántos lugares más. Y todos esos “angelitos” acompañan el esfuerzo de quienes finalmente dan la cara de “hacer patria”, como decía el Hampón Mayor, Hugo Chávez.
Todos ellos le hacen comparsa al régimen. Son parte del régimen, pero aparentan ser cualquier otra cosa. Los asisten. Y, de paso, ya ni se molestan en mantenerse en secreto, ocultos. ¡Hace años que dan la cara!
El Departamento de Estado y la Comunidad de Inteligencia de este país, y de buena cantidad de países del “mundo libre”, saben de ellos. Conocen dónde es que tienen su platica mal habida y cómo se mueven para que siempre, pero siempre, caigan parados.
O, por ejemplo, ¿no es acaso una oportunidad de oro que los exportadores chinos den por dificilísimos los precio de entrada de sus cachivaches que exportan a América, y de pronto empiezan a aparecer docenas de ofertas en electrónicos y electrodomésticos chinos visiblemente aboyados en Venezuela, en tiendas a todo trapo de árabes que todo el mundo sabe que están más enchufados que las luces de un arbolito de navidad?
Maduro y sus “muchachos” ni están solos ni han llevado a cabo todo el mal que le han hecho al país ellos solitos.
Desde los mejores picos de la oposición hasta los aguantadores políticos de oficio que el régimen se ha comprado, Venezuela ha sido repartida como una torta de cumpleaños entre muchos invitados. Sin dudas: el mayor y mejor pedazo, el que lleva el chocolate y las nueces, ha sido solo para unos pocos. Pero dejémonos de vainas: ¡un gentío ha comido y hasta le llevó torta y gelatina a su mamá!
Venezuela, desde todas esas joyitas que venimos cargando desde la Cuarta y desde la más completa y total falta de escrúpulos por el país a los “fichados” de cada seis años para los juegos democráticos del mejor sistema electoral del mundo, el régimen ha empleado muy bien en todos estos años el dinero robado que ha invertido en tanto traidor y vividor a expensas del poderoso estado petrolero venezolano y, según ellos, ha sido muy bien gastado.
Por eso Venezuela: no puedes seguir pensando, ni confiando, ni esperando que llegue ningún salvador designado por la patria. Y, por cierto, me incluyo.
Venezuela, ya no creas sino en Dios Todopoderoso y en el esfuerzo por la malas para sacar a todos estos desgraciados del poder. Después de que eso ocurra, pero después de que salgan, ya veremos cómo y con quiénes rehacemos al país.
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FUENTE: >>https://venezuelaredinformativa.us/entre-enchufados-te-veas/
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