MCM: LUCHA, RESULTADO Y CONFIANZA

Luis Hidalgo Parisca

 
Después de 20 años de incesante actividad pública en el campo de la política nacional, María Coria Machado puede afirmar, al igual que en su momento lo hiciera el Apóstol San Pablo, que con toda valentía “ha combatido su combate” en defensa de la dignidad nacional, “ha llegado a su meta” logrando claros resultados al arrinconar a la tiranía genocida pronta a cesar la usurpación del poder y, “ha guardado la fe”, manteniendo incólume su creencia en los principios y valores humanistas, democráticos y civilistas, que le han hecho mantener la confianza y la fe del pueblo venezolano, en su mensaje de esperanza y cambio para una Venezuela mejor.

No ha sido fácil el trayecto recorrido desde la época de ser vocera y expresión de la sociedad civil apartidista, hasta convertirse en la máxima e indiscutida líder de la Venezuela democrática. Desde el principio, los cancerberos de la tiranía se lanzaron con toda su furia contra la naciente lideresa, que ya desde entonces percibieron como una amenaza real a su proyecto de dominación hegemónica.

Percepción en la que no se equivocaron, porque ciertamente María Corina encarnó un liderazgo distinto, no solamente al de los dirigentes de los partidos políticos tradicionales, sino también al de las organizaciones emergentes, dirigidas en su mayoría por un conjunto de figuras inexpertas, con poca o ninguna formación política y, sobre todo, con unos endebles resortes morales, que tan caros le resultaron a la sociedad venezolana en términos de tiempo, recursos materiales, frustraciones y vidas.

 
Esa constancia insobornable, esa clara percepción de la realidad nacional y la inequívoca caracterización de los enemigos de la sociedad nacional, le han permitido a María Corina edificar un nuevo tipo de liderazgo deslastrado de tentaciones populistas, de vedetismo banal y de irresponsabilidad ciudadana. Ella ha sido muy diáfana en sus análisis de la realidad nacional y en sus propuestas para enfrentar y salir de la crisis que nos agobia. Nada de demagogia ni de soluciones mágicas. Nada de papá Estado asumiendo y resolviendo todos los problemas. Trabajo, sacrificio, esfuerzo individual, responsabilidad personal y participación social, eso si, todo amparado por un Estado que garantice la plena vigencia de la justicia, de los derechos humanos, de la seguridad jurídica, social y personal, de la educación y salud para todos los ciudadanos, sin condicionamientos de ninguna índole.

No se trata de encumbrar un nuevo tótem o un reencauchado mesías que va a bajar de las nubes para hacernos la vida feliz sin que hagamos nada. Se trata de una ciudadana con una trayectoria de vida personal, familiar y profesional ejemplar, con una formación moral, ética y política, que ha generado un nivel de confianza muy alto en la población, ofreciéndose para conducir al Estado y a la sociedad venezolana hacia un estadio superior de bienestar y desarrollo inherente al bien común.

Esa extraordinaria lideresa constituye en estos momentos el principal referente nacional para producir el cambio que el país reclama. Ella está en la mira de todos los venezolanos: en la de los malvados que quieren impedir su ascenso al poder, porque ello implicaría el fin de sus inmerecidos privilegios, de la mentira y de su grotesca impunidad y en la de los ciudadanos de bien, porque su llegada al poder significa la reivindicación de la paz, la justicia, la seguridad, el amor y la verdad..

Duaca, 4 de julio de 2025

 
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FUENTE: >>R/S/W

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